Amiga con derechos

Hola amigos foristas, les cuento algo que me pasó hace varios años con una chica de la universidad.
Yo acababa de terminar la universidad y empecé a trabajar como jefe de prácticas, de esta manera podía tener tiempo y recursos para terminar mi tesis al mismo tiempo que seguía en el mundo académico.
Así es como conocí a Lucero, una chica simpática de rostro, no muy alta, de piel blanca y ojos claros, ni muy delgada ni muy llenita, digamos que estaba en su punto, pero que llamaba la atención de varios chicos. Como decía uno de mis mejores amigos, se le veía mucho mejor cuando se despedía que cuando la saludabas (si me entienden no?).
Yo llevaba la jefatura de prácticas de un curso complicado y era muy cercano al profesor, a tal punto que durante las prácticas, solía dejarme a cargo de la clase, casi todo el tiempo solo. Los alumnos de ese salón me respetaban y admiraban porque también acostumbraba dar clases particulares a los que tenían problemas con sus notas. Ese era el caso de Lucero, la chica se esforzaba, pero lamentablemente los números no eran para ella.
Eso me había dado la oportunidad para acercarme a ella, primero sin otras intenciones, pero luego sí con algo de malicia. Trataba de acomodar mis horarios para que las clases particulares con ella sean exclusivas y así poder conocerla un poco más, poco a poco fuimos más amigos, pero siempre me mantuve muy profesional en mi rol de jefatura de prácticas. Ella sabía que me gustaba, por ese entonces yo salía con una chica de mi edad aunque no por mucho tiempo y ella había terminado con su enamorado después de 2 años de relación, en varias ocasiones la veía triste, sabía que esa ruptura la había destruido, además porque su ex estaba ahora saliendo con una anterior ex a quien ella odiaba.
Recuerdo que en el final del curso ella debía sacarse 13 para pasarlo y no tener que ir a susti, tenía problemas para resolver una de las preguntas y me llamó como para preguntar algo del enunciado; cuando me acerqué vi en su expresión que estaba en problemas, se le veían los ojos llorozos, la cara colorada por la presión de no saber cómo responder y la voz temblorosa; me hizo una pregunta tonta del enunciado pero lo dijo tan despacio que tuve que acercarme a ella y pedir que lo repitiera, cuando lo hice me miró a los ojos y sólo movió los labios pidiendo mi ayuda, recuerdo que en ese momento la vi demasiado vulnerable, quería un salvavidas, se veía en desesperación y sabía que sólo yo podía ayudarla. Hice como que le respondía a su duda, salí del salón un momento como para ir al baño y luego escribí una nota con pistas para la respuesta en un pedazo de papel que tenía en la billetera. Volví al salón, ella levantó la mano nuevamente y cuando me acerqué volvió a repetir su pedido de ayuda, sin dejarla terminar deslicé el papelito debajo de su hoja del examen, le dije cualquier cosa y regresé al frente del salón. El examen terminó y me quedé recogiendo los papeles, la calificación la haría el profesor.
En esos días no había whatsapp, así que sólo recibí un sms en el que me agradecía enormemente por la ayuda, ella sabía que estaba en una deuda demasiado grade conmigo, sabía que yo era muy ético y profesional con mi trabajo y que por ayudarla había roto alguna reglas muy personales. Terminó el ciclo y dejamos de vernos, un par de semanas después los chicos volvieron para verificar sus notas, ella había pasado con 16, salvó el curso y el ciclo. Yo seguía en la universidad avanzando mi tesis, un día mientras estaba en la biblioteca ella se acercó para saludarme, me pidió que vayamos a la cafetería a conversar y me agradeció mucho por la ayuda. Le explique que había sido cosa de una vez en la vida y que me la jugué por ella y porque me preocupaba mucho su bienestar, para agradecerme ella me invitó a la fiesta de fin de ciclo, yo conocí a varios de los chicos y chicas así que acepté.
Yo vivía en un depa alquilado cerca de la universidad, con mi hermano, pero él había viajado a visitar a mis padres así que tenía el depa solo para mí ese verano. Llegado el día de la fiesta, desde la mañana tenía unas ganas tremendas de que pasar algo más con Lucero, sabía que ella estaba muy sensible por lo de su relación anterior, pero no podía negar las ganas que tenía de estar con ella. Me preparé bien para la noche, un hepabionta para proteger el higado del alcohol, hice algo de ejercicios, me bañé y cambié para estar más que presentable.
Quedamos en encontrarnos en la discoteca directamente así que así fue, cuando llegué ella estaba espectacular, una blusa ligera de tiras, claramente llevaba un brasier que hacía que sus pechos se vieran más grandes de lo que yo intuía que eran, un pantalón de tela blanco súper apretado, que marcaba demasiado sus curvas, una caderas prominentes y un culo realmente firme y levantado, sus nalgas y piernas ponían a prueba la resistencia de la tela al estirarla al límite, unos zapatos de tacos cómodos que la hacían ver más alta pero aún no de mi tamaño.

Nos saludamos con un beso en la mejilla y un abrazo y nos fuimos a la barra a buscar a unos amigos. Pedimos unos chilcanos y estuvimos conversando mientras tomábamos, podía ver cómo los chicos que estaban cerca la veían como lobos estudiando a su preza, la barrian con la mirada y admiraban el rabaso que se marcaba cada vez que caminaba o bailábamos. No lo supe hasta ese momento pero ella no era mucho de tomar, así que bastaron 2 vasos para que esté bastante deshinibida, era la primera vez que bailábamos y ya estábamos bastante cerca, bailabamos pegado y yo trataba de ganar terreno cada vez más, tocando su cintura y apretándola cada vez que podía, ella no ponía resistencia así que en la siguiente pieza bajé a la cadera, la apretaba y notaba que ella no decía nada, sólo me miraba, sonreía y seguía bailando. En un descanso fuimos a la barra y pedí un par de shots de tequila, este fue el fulminante que la encendió. Luego de brindar por su nota y tomarlo seco y volteado, fuimos a la pista de baile y al rato ya era otra, me agarraba de la cintura y me acercaba a ella, yo no perdía el tiempo y le tocaba la espalda, recorría desde la mitad de su espalda hasta el inicio de sus abultados gluteos. No importaba que sonara reggeaton, la tenía bailando como si fuera una balada, yo cogiendo sus caderas y parte de sus nalgas y ella de mi cintura. Me decidí a bajar las manos un poco más y fui a dar con esas montañas de carne, ese par de nalgas que parecían dos pelotas firmes y duras, bajé hasta cubrir con mis manos toda su nalga y apreté con fuerza, fue tanto así que ella dio un pequeño salto. Entonces me miró a los ojos y nos besamos, el primer beso fue con desconfianza, suave, como para que nuestras bocas se vayan conociendo. Un apretón de nalgas más bastó para que los besos también subieran de tono, nuestras lenguas se buscaban con frenesí, me metía la lengua hasta el fondo y me mordía los labios. Sinceramente me sorprendió esa actitud, no la imaginaba tan caliente. Lo que hizo después me volvió loco, claramente mi cuerpo no podía resistir tal excitación, tenía el miembro completamente erecto dentro del pantalón, apuntando hacia abajo mientras podía, atrapado en el boxer que no lo dejaba levantarse y que evitaba mi evidente placer, mientras nos besábamos, tocábamos y movíamos al ritmo de la música, sentí que una de sus rodillas subía por mi pierna, pegada a mi pantalón, hasta encontrarse con mi glande, completamente duro, lo hizo dos veces más hasta que no aguanté más y le dije al oído que nos debíamos ir.
Salimos del local muy rápido, ella me tomaba del brazo, pero no dijimos nada. Chapé un taxi a mi depa y una vez sentados en los asientos posteriores, nos empezamos a besar con lujuria, los besos eran cada vez más tórridos, yo seguía con una erección increíble, ella me dijo al oído que estaba demasiado ebria y excitada, que quería quedarse toda la noche conmigo.

Llegamos a mi depa, tuve que agarrarla para subir las escaleras de lo ebria que estaba. Luego de cerrar la puerta, nos besamos con locura. Sabía que quería hacerla mía y que ella no pondrá resistencia a nada, me había demostrado lo morbosa que podía ser y yo quería más. Mis besos bajaron por su cuello y luego atacaron la parte posterior de su oreja, eso la volvió loca, le quite la blusa y seguí besando su cuello mientras amasaba esas tetas sobre el brasier. Ella se separó un poco para quitárselo mientras yo me desvestía de arriba y el pantalón. Cuando nos volvimos juntar ataqué su pecho, besaba sus tetas alternadamente, eran pequeñas pero tenía las areolas rosadas completamente hinchadas y sus pezones parecía que iban a explotar, gemía cada vez que le besaba las tetas y le encantaba que succionara sus pezones.
La giré para que me diera la espalda, retomé los besos en su nuca y bajé poco a poco besándole toda la espalda, mientras me aferraba a ese par te tetas firmes y duras, mis manos bajaron al cierre y botón de su pantalón, lo desabroché mientras seguía besando sus caderas, con dificultad tiré del pantalón para abajo, con esas caderas y rabazo que tenía era una tarea muy difícil, pero el premio lo valía, ante mí se mostró el culo más parado, redondo, firme y carnoso que había visto jamás. Como sabiendo lo que tenía ella volteó para mirarme hacia abajo y preguntó si me gustaba, sólo atiné a decir "uuuuuffffff que rabazo!", ella se dio una nalgada y terminó de sacarse los zapatos, las medias y el pantalón. Yo me desnudé de la forma más rápida que jamás habia hecho y nos volvimos a besar. Mi pene totalmente duro, parado y húmedo ahora estaba entre nuestros vientres, ella lo notó porque se sobresaltó, pero ni hizo nada más, seguimos besándonos y nos fuimos así caminando y rebotando en las paredes hasta mi cuarto.

Cuando llegamos, la eché sobre la cama y seguimos besándonos, ella me agarró los testículos con una mano mientras que con la otra recorría el tronco de mi abultado y endurecido pene. Sus besos eran demasiado húmedos, yo quería besarla toda, así que volvía a bajar con mis besos por todo su torso, primero sus tetas y repasé cada una de ellas con dedicación, jalé, mordí y succioné sus pezones mientras la oía gemir una y otra vez, mientras lo hacía ella se acomodaba y me abrazaba intentando jalarme para que se la clavara....pero yo tenía otros planes. Le besé el vientre, el ombligo y fui bajando hasta encontrarme con sus vellos púbicos, recortados como a mí me gustan, mis manos fueron a sus tetas y apretaban con fuerza con queriendo ordeñarlas, mientras mis besos atacaban su pelvis y sus piernas. Ella entendió lo que quería y flexionó y abrió las piernas para darme espacio, con delicadeza besé sus labios mayores, cada beso era acompañado de sus gemidos. Lamía la parte externa de su vagina, de arriba abajo y de lado a lado, besaba sus labios con lengua como si fuera su boca, eso la volvía loca, yo lo notaba porque sus gemidos iban en aumento. Mi lengua agarraba valor y por ratos se introducía en su vagina, su sabor y olor eran exquisitos, Lucero estaba demasiado mojada, era un charco de flujos vaginales que yo sorbía y lamía para saborear. En medio de su desesperación, con la respiración entrecortada al compás de mis lamidas me pidió que por favor la penetre: "métemela yaaaa!", "la necesito adentro!", "quiero sentirte dentro de mí!", "quiero que me metas pinga ahora!" es lo que repetía entre jadeos y gemidos. No le dí ese placer e introduje dos dedos en su concha, totalmente dilatada y empapada de mi saliva y sus flujos, fui en busca de su punto G mientras mis besos subían hacia su clítoris, mis besos cambiaron a succiones cuando llegué a su diminuto clítorís, que sabía que debía ser muy sensible, y mis dedos voltearon hacia abajo para cogerla como si la estuviera cachando....entonces empecé a chuparle el clítoris mientras la penetraba profundo y con fuerza con mis dedos, ella me cogió de los cabellos y presionada mi cabeza contra su clítoris cada vez más fuerte, sus gemidos se convirtieron en gritos de placer, me decía "...que me haces?", "ay no, ay no, que me pasa?", "!, me voyyyyyyyy a veniiiiiiir", "sigue! sigue! por favoooor!", ella controlaba ahora el movimiento de mi succión, no sé cuanto tiempo más pasó hasta que empezó a mover las caderas de arriba a abajo mientras seguía sosteniéndome y sus gemidos eran demasiado fuertes, levanté la mirada y pude ver sus tetas totalmente duras, paradas, su piel terza y brillante, aprisionadas por sus brazos; sus piernas me apretaban las orejas así que a lo lejos oía que gritaba que se venía, un "miiiiieeeeeerdaaaaa me veeeeennngoooooooooo" y sus manos jalando de mis cabellos al mismo tiempo que la pelvis le temblaba, me hicieron saber que había llegado al orgasmo.
Me soltó del cabello y sus piernas se cayeron sobre la cama agotadas, aún respiraba muy fuerte y jadeante, con la voz entrecortada sólo pudo decir...."fue demasiado". Sabía que jamás había tenido un orgasmo así, no sabía si éste habría sido su primer oral o no, lo único que tenía claro era que ya iban dos favores y yo estaba dispuesto a cobrármelos el resto de la noche.

........continuará.

 

Uy mi hermano, siga con el relato. No dudo que aún la sigues viendo o, mejor dicho, ella te busca. Adelante..

 

Continúa amigo tu relato chevere

 

Espectacular tu relato cofrade, continúe deleitandonos con su experiencia con esa femina...... Saludos

 

Continuación de lo sucedido aquella noche....

Mientras Lucero se recuperaba del potente orgasmo que había tenido, yo iba a buscar un preservativo para continuar con la faema y descargarme toda la leche que llevaba aguantada, tenía planeado dársela hasta la última gota.
Con su entrepierna completamente mojada, la jalé hacia mí acercándola un poco más al borde de la cama y luego separé sus piernas aún dobladas para facilitar mi ingreso, esta vez fui subiendo con mis besos desde su ombligo, su vientre, nuevamente esas tetas que aunque algo más relajadas y con los pezones algo más flácidos, cogía una de sus tetas con una mano mientras besaba y succionaba el pezón de la otra, seguí lamiéndola en esa zona por un buen rato hasta que conseguí que volvieran a estar firmes y algo más retraídas. Ella sólo sobaba mi espalda y me rodeaba con las piernas a la altura de mi cintura, besé su cuello, sus orejas y finalmente sus labios. Estuvimos un buen rato besándonos, poco a poco nuestros besos se volvían más intensos mientras rozaba mi erecto miembro contra su pelvis y buscaba repasar su clítoris con él, con movimientos hacia delante y atrás. Ella se iba prendiendo y me mordía los labios, sus manos apretaban más mi espalda y por ratos sentía que movía sus manos como queriendo arañarme. La seguí provocando con mi pene hasta que un movimiento de más me hizo penetrarla hasta la mitad de mi miembro, ella saltó por lo que sintió, estaba demasiado mojada abajo como para oponer alguna resistencia, mi pene entró con facilidad y entonces empecé a meterla y sacarla lentamente mientras seguía besándola. Ella me pedía que se la metiera toda, decía cosas como "quiero sentirla toda adentro", "métela toda", "soy tuya, métela, métela".
Decidí complacerla, así que me separé de ella, cogí sus piernas por las rodillas, me puse de pie inclinado hacia la cama y empecé a empujar mi miembro hacia dentro, ahora sí sentía cómo me costaba meterla, metía mi pene desde la mitad hasta el fondo de manera lenta pero firme, luego lo retiraba hasta la mitad y volvía a introducirlo hasta el fondo, la cantidad de flujos que emanaba de esa vagina era impresionante, podía ver como estaba mojando mi tronco de carne. Fueron unas cuantas penetraciones lentas y luego, sin decir nada, retiré mi pene hasta tener el glande a la altura de su entrada y la clavé por completo, oí el choque húmedo de nuestros cuerpos y vi sus ojos abrirse, empecé a penetrarla de esta manera un poco más acelerado, pero más que velocidad, quería que ella sintiera la fuerza con la que la clavaba, descubrí que eso le gustaba, dentro de mí pensé que a esta perrita le encantaba sel sexo duro y más adelante confirmaría mi teoría.
Mis penetraciones se aceleraban, extendí sus piernas y las apoyé en mis hombros y empecé un mete y saca que ella agradecía con gemidos, era demasiado intensa para gemir, era una loca en la cama, estaba completamente deshinibida, podía ver que lo estaba disfrutando demasiado. Le pedí que se sobara las tetas mientras la cachaba, ella llevó dos dedos de cada mano a su boca para ensalivarlos bien y luego bajó a sus pezones para acariciarse, me excitó demasiado verla mirarme a los ojos con esa mirada de perra en celo, mientras se apretaba y jalaba los pezones hacia arriba, seguí dándole en esa pose durante algunos minutos. Pero lo que en realidad quería era ver ese tarraso que se manejaba, así que le pedí que se ponga en cuatro, ella se volteó, avanzó en la cama y se puso a cuatro patas, luego volteó la cabeza y me dijo "me vas a dar de perrito? quiero ser tu perra!", ptm eso me puso demasiado, yo me masturbaba mientras me acercaba a su culo, tenía todo el tronco y la cabeza completamente empapado de sus flujos. Me arrodillé detrás de ella, le metí una nalgada que la hizo quejarse y le dije que era mi perra, que tenía el culo más grande que había visto jamás, que lo tenía enorme y que quería enfermarme amasándoselo, empecé a sobarle la concha con mi pene mojado, sólo por fuera para mantenerla apunto y empecé a manosear ese culazo que con las caderasas que tenía Lucero, era una verdadera pera, unas nalgas carnosas y redondas que se rebalsaban. Apunté mi glande a la entrada de su concha y se la clavé toda de una!, Lucero soltó un pequeño grito, se contuvo con los brazos para recibir la embestida y me dijo que lo sintió hasta el fondo, ", la tienes enorme, sentí que me rompías adentro, quiero que me caches como perra, dámela toda, quiero que me partas en dos!", la agarré bien de las caderas y ella gimió de placer, eso le gustaba, saqué todo mi pene hasta la entrada y se lo volví a clavar hasta el fondo, me decía que sentía todo el largo. Yo la sentí mucho más ajustada ahora, lo único que facilitaba la penetración era que la mujer estaba empapada adentro, continué con las embestidas lentas pero fuertes, muy fuertes, tanto que nos fuimos adelantando hasta llegar a la cabecera de mi cama. La agarré con una mano de esas caderas carnosas y prominentes y con la otra la cogí del cabello, Lucero enterró la cabeza en el colchón y levantó el culo dandome un espectaculo increible. Se la clavé hasta el fondo una y otra vez, ahora mucho más rápido y más violento, ella gemía y gemía de placer, sus gemidos eran demasiado altos, definitivamente iba a tener problemas con los vecinos de mi edificio pero en ese momento sólo podía pensar que sus gemidos me daban más placer a mí y me ponían más salvaje, mis embestidas siguieron fuertes y rápidas, la perra echaba el culo para atrás para clavársela toda mientras yo iba hacia adelante, juntó más las piernas para apretar más la concha y era demasiada la sensación, estaba a punto de venirme, le dije que me vendría pronto que estaba ajustando demasiado y ella me dijo que quería sentir mi semen, "quiero que me des tu leche caliente, quiero sentirla bien adentro", estaba demasiado excitado, saqué mi miembro, jalé el condón como pude y lo tire por ahí, se la metí de nuevo fue increible,la sentí mucho más caliente, más apretada, hasta el fondo, exageradamente mojada y ella sólo pudo decir que sentía mis venas, que le encantaba el grosor de mi pinga y que quería más. "más!", "dame más!, "quiero más!", "dame tu leche!", "quiero leche!", "quiero leche!" repetía ella, yo no podía más así que apreté aún más sus caderas, y la clave con una fuerza brutal, la perra gritaba "sí!", "así!", "me vengoooo!", "me vengoooooo!", yo no pude más y sentí como ese cosquilleo subió por mi espina dorsal hasta el cerebro y cómo mis huevos vaceaban toda mi leche a través del tronco y por mi glande salían tres chorros de semen bien caliente. Lucero gritó un "ahhhhhhhh" cuando sintió mi líquido espeso golpearla por dentro, yo la seguí metiendo por unos segundos más y ella sólo retorcía la cabeza en el colchón y mantenía su respiración entrecortada. Cuando sentí que la última gota había salido y los espasmos de mi verga habían terminado, la saqué despacio y me tiré a la cama. Ella se tiró a mi lado me abrazó y me dijo al oído que había sido bárbaro.
Hasta ese momento había descubierto muchas cosas, que Lucero era una puta en la cama, sus gemidos podrían hacer venir a cualquiera de sólo oirlos. Le encantaba que le dieran duro y la maltratara a cuatro patas. Le encantaba el sexo oral y su concha demás de oler y saber muy rico, era capaz de chorrearse de manera exagerada. Sabía que disfrutaría mucho del sexo con ella, aunque una pregunta rondaba mi cabeza mientras recuperaba el aliento, cómo es que podía ser tan perra en la cama, quién y de qué manera la habría vuelto así?

.... continuará

 

Buen relato amigo continue

 

Excelente relato se me salió la leche gloria

 

Muy buen relato amigo Charlie20. Excitante, morboso. Una perra en la cama. Estamos seguros que las sesiones de clases no terminaron ahi. Llegó a pasar el curso?, esta historia continuará

 

Buena cofra, rekato muy bueno esperemos que no sea kine

 

Gracias por sus comentarios, continuando con el relato...

Quisiera contarles que estuvimos tirando toda la noche, pero la verdad es que no fue así, después de ese par de sesiones de sexo intenso y los tragos de la noche, caimos rendidos. A la mañana siguiente Lucero de desperto muy apurada, debía ir a desayunar con su familia así que no tuvimos casi tiempo de conversar, solo un piquito de despedida y me dejó. Los días pasaron súper lento, eran vacaciones y solo hablamos por teléfono durante varios días. Ella al parecer seguía algo deprimida por su relación que había terminado, así que un día aceptó salir a tomar algo y conversar. Quedamos en un bar concurrido de chacarilla, ella venía arreglada como para matar a cualquiera, cabello alisado, maquillaje sobrio pero que resaltaba su rostro y labios, polo blanco de tiras apretado y seguramente un brassier que hacía levantar sus tetas, un jean celeste claro tan apretado que parecía que pedía a gritos que lo liberaran, formaba esas caderas redondas y esas nalgas abultadas y bien paradas, verla caminar era un espectáCULO.
La noche avanzaba, los tragos iban y venían, no habíamos hablado nada de nuestro encuentro sexual, solo de su relación y como se sentía. Pero el alcohol es un excelente dehinibidor e hizo su efecto, en un momento Lucero me preguntó que le había gustado más de la otra noche, sin preámbulos le dije las tres cosas que me volvieron loco: la firmeza y belleza de su cuerpo desnudo sobre todo su culazo, su actitud tan perra en la cama y esos gemidos de puta que no habían podido abandonar mi mente desde aquella noche. Recién había terminado de decirle esto cuando vi que se mordió el labio inferior y bajo la mano derecha por debajo de la mesa y con voz más sensual, me preguntó..."tanto te gusta mi trasero? Esperabas que fuera así?". Yo le dije, uuuffff jamás imaginé que tu culo desnudo fuera tan rico, tu piel blanca, tan tersa, tus caderas tan anchas y redondas, tus nalgas demasiado carnosas, abultadas, redondas pero con mucha firmeza, bien levantadas y que era una delicia ver caminar desde atrás, cómo se marcaban esas montañas de carne sobre tus piernas, la forma de pera tan descomunal que se quedó grabada en mi cerebro desde que te vi a cuatro patas, terminé por confesarle que en los días siguientes esas imágenes mentales habían sido objeto de mis más excitantes masturbaciones. Al decir esto se le abrieron los ojos, se inclinó hacia adelante como más atenta y me preguntó si me había masturbado por ella, obviamente le dije que si, era imposible contener tanto deseo por volver a tenerla después de haberla probado. Volvió a morderse el labio inferior, su mano seguía debajo de la mesa desde que comenzó esta conversación, pero ahora yo también bajaba una mano, mientras mantenía la mirada fija en sus ojos, solo para comprobar lo dura que me la había puesto. Movi mi asiento para acercarme a ella y sin decir nada, mientras la bulla del bar y el ajetreo de la gente en el local nos encubría, tome su mano visible y la pose en mi entre pierna, ella no me quitó la mirada y fue palpando y apretando mi miembro mientras se mordía y se relamia el labio. Cambio de mano para tocarme y se inclinó hacia mi para decirme algo que me dejó helado....."quiero sentir este pedazo de carne, duro, gordo y venoso. Quiero que me abras la concha con él y me lo voy a comer hasta que me destroces la garganta". Ptm dije dentro de mí, jamás habría imaginado eso, era claro que el alcohol la encendía demasiado. Sabia que demorariamos en llegar a mi dpto así que pedí dos shots de tequila en ese instante para mantenernos bien alcoholizados y nos fuimos del local. En el taxi nos metimos mano por todos lados, parecía que estuviéramos solos y estoy seguro que el taxista la tendría bien dura después de vernos y sobretodo de oírla gemir en la parte trasera e su carro.

Por fin llegamos y fuimos de frente a lo que deseábamos, nuestros besos eran demasiado intensos y eso me encantaba, parecía que ella quería devorarme la lengua y meter su boca en la mía, mientras la besaba, mis dos manos amasaban intensamente ese culazo por encima del pantalón, le daba unas nalgadas ricas y la seguía sobando y apretando. Ella me sacó la camisa, me abrió y bajo el pantalón y dejo que me quitara los zapatos y las medias, me deje la ropa interior porque quería que ella me la sacara, mientras lo hacía, su mirada se clavó en mi bulto y se llevó un dedo a la boca.....esta mujer esta demasiado arrecha y quiere que la taladren bien duro, pensé. Ella solo desabrochó y bajó el cierre de su pantalón, al mismo tiempo que se quitaba los zapatos. Era claro lo que quería y yo disfrutaría mucho de hacerlo.
Sin dejar de mirarla a los ojos me acerqué y ataqué sus labios, mis manos se fueron esta vez a su cabeza, cuello y hombros, una bajo a la cintura y caderas mientras que la otra se fue a uno de sus senos, que ya se notaba endurecido. Con esa mano retire la tira de su polo y desabroche el brassier por dentro, esa mano se quedó acariciando su espalda tersa y firme, mientras que la otra repetía el movimiento del otro lado. Retire su brassier y me aleje un paso para ver cómo sus pezones se marcaban como dos pitones por debajo de ese polo blanco, un paso al frente y le quite el polo para luego besarle el cuello y agacharme lo suficiente como para comerme ese par de tetas tan ricas y succionar sus pezones con fuerza, sus gemidos invadían nuevamente mi cuarto y eso solo me ponía más arrecho. Me puse de rodillas y mientras le besaba el vientre, mis manos se fueron a su rabazo, sobando y amasando nuevamente, hasta que cogi su pantalón y lo fui jalando hacia abajo, mientras bajaba el jean con dificultad, podía percibir el olor de su concha que seguramente estaría empapada. Su pantalón bajo a los tobillos y apoyada en mis hombros ella terminó de sacarselos, dio un paso hacia mí tratando que su ropa interior llegara a mi nariz, era una prenda diminuta, le cubría poco por delante y dejaba ver algunos vellos por los lados, le di la vuelta para mirarla por atrás y vi ese par de globos carnosos de ensueño, que parecía que se comían la fina tela del calzón entre su redondez. Otra vez de vuelta frente a mi, seguía besando su pelvis encima de la tela mientras jalaba hacia abajo de los costados, era impresionante ver como sus enorme caderas, culo y piernas hacían que retirar cualquier prenda fuera tan difícil. Ella abrió un poco las piernas y me sorprendi al ver que un hilo de su flujo vaginal bajaba desde esa conchita hacia su ropa interior, conforme yo tiraba hacia abajo de ella, era un hilo brillante y delgado. Solo fueron unos segundos, pero fue demasiado excitante ver eso. Apure a bajarlo todo hasta que se lo saque y apenas me acerque a besarle y lamerle la vagina, cuando ella me detuvo. Me jalo de los hombros hacia arriba y fue ella la que luego descendió mientras me besaba, sabía sus intenciones y deseaba mucho que lo hiciera. Sus labios sobre mi piel bajaban más rápido que sus manos mientras me acariciaba el cuello, el pecho y el abdomen. Cuando llegó a mi bulto, se detuvo, lo olió y recorrió con la cara completa por encima de la ropa interior. Supongo que ella estaba más arrecha, me jalo el calzoncillo hacia abajo en un solo tirón y lo llevó todo a los tobillos para lo sacara. Cuando lo hice, se alejó un poco para mirarme, yo la tenía demasiado dura, muy gruesa de lo excitado que estaba, mi glande estába rojo he hinchado y la punta estaba visiblemente húmeda y lagrimeando. Ella se acercó, levantó mi miembro y lo dejó caer sobre su cara con el peso de la gravedad, mis manos fueron a su cabeza pero sin hacer ningún movimiento, ella jugaba con mi pene como si quisiera golpearse la cara con el y en cada rebote me agarraba fuerte de las piernas. Con una mano lo tomó por la base y con la otra empezó a masajear mis testículos, mientras su lengua recorría mi tronco. Yo la veía y era alucinante, a pesar que el oral me lo hacía a mí, ella seguía con sus gemidos, aunque lentos y bajitos. El recorrido de su lengua era demasiado, por ratos me mordía y por ratos besaba. El último recorrido fue largo,desde mis vellos hasta la punta de mi glande y ahí se detuvo, se metió todo el glande en la boca y lo succionaba, se sentía delicioso, luego lo sacó un poco para chuparme solo la punta mientras su lengua lamía la salida de mi glande como queriendo absorber y tomar todo mi preseminal, estuvo así un momento hasta que de pronto se paró y me dijo que quería que nos bañaramos. Me cogio del pene y nos fuimos a la ducha.

Una vez dentro nos besamos con lujuria mientras calentaba el agua, la arrincone en la esquina mientras le sobaba una teta y le amasaba el culo con la otra mano. Ella repetía "si, si, así, agárrame toda", "mi cuerpo te pertenece, tómalo todo, todo es tuyo". Los chapes y manoseos seguían, hasta que metí mi mano entre sus nalgas y empecé a sobar la parte interna por detrás, como queriendo busca su ano y cuando lo encontré empecé a sobarlo por fuera haciendo presión, descubrí que eso le encantaba porque sus gemidos subían de tono, con la otra mano empecé a sobar su vagina recontra mojada, a pesar que el agua de la ducha nos salpicaba, sabía que su concha estaba empapada en sus flujos porque el líquido era más caliente y viscoso. Ella me estaba pajeando con furia, jalaba mi piel con pasión y me lo hacía a dos manos, una sostenía la piel de mi pinga cerca de mi pelvis y la otra se dedicaba a correrme la paja de una manera salvaje. Lo hacía demasiado intensa mientras yo sobaba su clitoris muy rápido y presionaba su ano con firmeza. Ella no aguanto más y me lo pidió, "cachame! Cachame! Métemela entera, quiero pinga, quiero pinga" repetía en voz alta. Se dio la vuelta y levantó el culo, separó las piernas y puso las manos sobre la pared. Volteó con esa cara de perra que me calentaba demasiado y con una mano me cogio el miembro y lo apuntó cerca de su vagina. Esta vez yo no quería empezar de a pocos y creo que ella tampoco, estábamos ardiendo y solo podríamos calmarnos de una manera, así que empecé el bombeo, metí todo mi tronco de una sola embestida y empecé un mete y saca profundo, firme y con buen ritmo. Con cada penetración sentía todo el recorrido de mi verga dentro de ese canal húmedo y ardiente, ella debía sentir lo mismo porque sus gemidos cada vez más fuerte duraban lo mismo que el tiempo que me tomaba llegar a lo más profundo de su ser, continuamos con ese bombeo, mientras la sostenía de los hombros, ella ponía las manos contra la pared para no terminar empotrada en ella. Yo estaba loco, su concha, antes muy dilatada, ahora me ajustaba demasiado rico, ella gemía y gemía, llevo una mano a mi cadera y empezó a jalarme hacia si. Hice mis penetraciones más fuertes, brutales, la empalaba contra la pared, quería estrellarla, clavarla profundamente, quería arrimarla tan fuerte que empujara su entrepierna contra la pared, estaba loco realmente, la clave con tal fuerza que las piernas empezaban a arderme.
Continúe cada vez más fuerte, ella gemía sin parar, hasta que cerró los puños empezó a agitarse, golpeaba la pared y pedía más y más duro, la última cachada fue tan bestial que sentía que había tocado algo dentro con mi glande, ella gritó de placer totalmente salvaje, sintiendo su potente orgasmo, las piernas le temblaron por un momento. Yo seguí clavandola un poco más hasta que apreté sus hombros hacia abajo con fuerza, mi pene hacia arriba, me vino el placer entero y aguante unos segundos más apretando los dientes para no venirme mientras sentía toda mi corrida recorreme, contuve el tiempo que pude mientras disfrutaba del placer que me producía hacerlo, hasta que no pude más y salieron los chorros de semen inundando su interior, Lucero empezó a gritar de placer nuevamente, "que rico se siente tu leche caliente adentro!" "Si, así, lléname toda quiero que me llenes de semen siempre!".....nos corrimos demasiado rico. Estuvimos abrazados por un par de minutos mientras nuestras respiraciones se calmaban y volvimos a la cama........continuará

 

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