Aventura gaucha

Hace poco tuve la oportunidad de tomarme unas vacaciones y aproveché para visitar a un viejo amigo a quien no veía desde hacía casi tres años más o menos quien por trabajo radicaba fuera.

Si bien es cierto, dejamos de vernos, gracias a la facilidad de las comunicaciones de hoy en día nunca dejamos de estar en contacto. El hacía seis meses que ya estaba separado de su pareja y andaba como siempre a la caza de mantener sus buenos revolcones como lo hacía en Lima.

En mi caso, sabía que era una buena oportunidad de conocer nuevas opciones y comerme otro tipo de carnes a las que estamos acostumbrados a comer por estos lares y más con él, a sabiendas que siempre fue un aventurero y le gustaba tener sus buenas escapadas y con chicas que de verlas en cualquier reunión hubieras buscado de abordarlas.

La suerte era que contaba con un buen departamento y me había invitado a que me alojara con él, no sin antes haber planeado escaparnos al campo donde ya habíamos hecho las reservas en un hotel en medio del bosque con una laguna espectacular al frente y por supuesto con un par de amigas que él ya conocía.

Llegado el momento, tomo mi vuelo y luego de casi 4 horas y media llego a mi destino un juves muy temprano por la mañana. Después de pasar por migraciones y aduanas salgo del aeropuerto y nos volvemos a encontrar con mi pata quien me había ido a recoger. Buenos abrazos, grandes saludos y enrumbamos a su depa aprovechando el trayecto para ponernos al día y no dejando de lado lo que habíamos venido preparando.

Hoy en la noche saldremos a comer con dos amigas con quienes nos aventuraremos durante el fin de semana. Ambas son muy simpáticas, amenas como para pasar bien el fin de semana y por sobre todo se portan muy bien en la cama. Así es que a disfrutar.

Ya una vez instalado y llegada la noche enrumbamos por fin a recogerlas para salir a comer. Llegamos a su depa y nos abre la puerta una de ellas quien se presentó como Susana; quien terminaría siendo mi pareja.

Ella castañita clara, bonita de cara y ojos grandes, de buena talla y mejor figura, nos saluda e invita a pasar. Al rato sale Ana, su amiga, más trigueña que Susana, aunque de piel clara y con un pelo negro que contrastaba muy bien con su color de piel, e igual una figura que no pasaba desapercibida de ninguna manera.

Al verlas a las dos realmente me era indiferente con quien terminar, las dos eran apetecibles, pero sabía que en principio a Susana era a quien trabajar.

Luego nos fuimos a comer, a un pub o “boliche” como le llaman ellos. La pasamos muy bien, hablando de todo e ir rompiendo el hielo. Ambas eran muy divertidas y no se quedaban atrás por un tema de personalidad. Luego de bien entrada la noche había que dejarlas en su departamento para pasarlas a recoger al día siguiente temprano y partir rumbo a la aventura que nos habíamos propuesto.

 

buena espero la segunda parte

 

@Herramentero tus historias nunca fallan! siga maestro!!

 

Rompiendo Fuegos

Así al día siguiente las recogimos y nos dirigimos al aeroparque para partir a nuestro destino. Llegamos al atardecer y nos instalamos en el hotel reservado.
La primera noche hicimos una parrilla para terminar de conocernos mejor, tomando nuestros tragos y comiendo mejor.
Al día siguiente nos levantamos temprano y caminamos internándonos por el extenso bosque para conocer los alrededores. Era un lugar mágico y paradisíaco. Al mediodía llegamos nuevamente al hotel para almorzar y luego descansar de la buena caminata que habíamos hecho.

Ya más tarde nos levantamos y nos habían comentado de una zona que era majestuosa donde había una caída de agua la misma que formaba una pequeña laguna cristalina, donde uno podía bañarse sin problema, salvo que el agua era ligeramente fría.
Así, decidimos ir a pasear por aquel lugar, hasta que llegamos caminando entre bellos parajes internándonos inclusive dentro del bosque. Lo bueno era que todo estaba señalizado y con caminos asentados de tal manera que era fácil ubicarse, fuera de un plano con el que contábamos.
Hasta que finalmente llegamos y la laguna con la caída de agua estaban literalmente internada dentro del bosque, era un lugar increíble.
Mi amigo con su pareja aprovecharon el momento y se metieron a darse un chapuzón en la laguna, mientras que yo y mi amiga nos sentamos en la orilla para disfrutar de aquel lindo lugar.

Susana, mi amiga se quita la chompa que llevaba puesta, quedándose con un polito que dejaba ver sus grandes y prominentes senos, luego se quita el pantalón quedándose puesta con una truza diminuta que dejaban ver sus hermosas y bien proporcionadas piernas.
Mi s pensamientos giraron en torno a esos enormes y proporcionado senos que tenía a la vista, logrando en mí una excitación inmediata.
Al rato ella se acerca para apoyarse en mí mientras seguíamos sentados y comienza a contornearse sobre mí como invitándome a seducirla. Así, la comienzo abrazar y darle ligeros besos sobre el cuello sin perder de vista aquel maravilloso lugar. Poco a poco las caricias comenzaron a ser más fuertes e íntimas. Ella se voltea y me da un fuerte beso en la boca y me invita a que nos fuéramos a otro lugar donde pudiéramos estar solos.
Le digo a Juan: “Ya regresamos, estamos por acá cerca”, a lo que él me responde con el pulgar hacia arriba.

Tomo de la mano a Susana y nos adentramos un poco en el bosque sin alejarnos mucho del lugar hasta que nos encontramos simplemente oyendo los ruidos de la naturaleza. Susana sin pérdida de tiempo se voltea sobre mí, me abraza y comienza a besarme nuevamente, mientras nuestras caricias eran cada vez más provocativas, como invitándonos a que no saldríamos vírgenes de aquel hermoso paraje.
Así nos recostamos sobre el irregular césped verde y nos seguíamos besando, mientras Susana me frunce al oído, “quítate la ropa”. Lo que por supuesto no me tomó mucho tiempo; quedándome completamente desnudo, mientras ella no me quitaba la mirada de encima. Así al mismo tiempo yo comencé a desnudarla, empezando con el polo para luego seguir con su brasier, quedando sobre saltado por los hermosos y carnosos senos blancos que tenía, con sus pezones rosados que me miraban e invitaban a tomarlos por completo.
A medida que los iba besando sentía como cual para de chupones, comenzaban a erectarse, mientras ella clavaba suavemente sus uñas sobre mí, lanzando leves gemidos.

Luego sigo con quitarse esa pequeña truza que llevaba puesta y que me había vuelto loco verla, más con semejante piernas que se manejaba.
Así quedamos completamente desnudos, mientras vislumbraba lo hermosa que era y comencé a besarle desde el cuello, pasando por sus hombros. Luego la acomodo sobre la ropa que había puesto cual alfombra para no sentir la aspereza del pasto, para de allí bajar nuevamente a sus senos, que no me dejaban tranquilo para llegar a su estomago; donde aplique una ligera mordida, para finalmente llegar a sus muslos, mientras mis manos iban recorriendo placenteramente todo lo que en ese momento podía tocar.
Así sigo besando sus muslos con ligeras lamidas, hasta que llego alrededor de su bien afeitada cosita. Sin más, suavemente comienza abrirse de piernas, teniendo total aceptación de que invada su cuevita, con lo que comencé a lamerla ligeramente de arriba hacia abajo y luego de costado, jugando con mi lengua y dibujando el abecedario con ella.
Esto la comenzó a disfrutar, ligeros gemidos salían de ella, mientras con sus piernas me sujetaba la cabeza y con sus manos me trataba de que se la metiera completamente con la lengua.

Así comienzo a sentir que como se iba humedeciendo mientras seguía retorciéndose, a medida que pedía más y más.
Yo había quedado untado con todos sus jugos, pero quería más, así que mientras mi lengua se deslizó hacia su clítoris para con leves golpes la excitaba más, uno de mis dedos se introdujo dentro de ella suavemente, mientras bordeaba toda la profundidad de su cueva.
Sin duda esto la excitó más, sus caderas eran un frenesí de movimientos. Hacía arriba hacía abajo y hasta de costado, sus piernas se abrían y cerraban en hermoso compás apretándome para que no saliera y entrara lo más que pudiera.
Al sentir que se podía venir en cualquier momento me retiro, y me acerco a ella a darle un profundo beso al cual soy muy bien correspondido a medida que lanzaba ligeros gemidos y con un cuerpo que no dejaba de moverse de la excitación que tenía.
Al rato, ella, se abalanza sobre mí, en busca de mi bien erectado miembro. Lo sujeta con sus manos, juega un rato con él para luego metérselo dentro de la boca suavemente y sentir que lo comenzaba a saborear cual dulce en su sensual boca. Lo lamia de abajo hacia arriba y de tanto en tanto mi desenfrenado amigo se encontraba en lo más profundo de su garganta.

Mis manos sujetaban con fuerza su cabeza llevándola de adentro hacia afuera, era como si me estuviera corriendo una paja y antes de venirme saco mi pene de su boca y baja para darme un respiro para besarme y lamerme las pelotas.
Luego me incorporo y me echo sobre ella abriéndole las piernas para comenzar a metérselo suavemente en su rica y bien lubricada vagina, hasta que entró completamente dentro de ella.
Una vez dentro comencé a bombearla una y otra vez, mientras ella con sus manos sujetaba mis caderas para darme enviones suficientes para metérsela con profundidad, hasta que sentí como su espasmado cuerpo bailaba dentro de mí, cuando de pronto emite un ligero grito de placer al no poder contener el orgasmo que tenia, agarrándome con fuerza mis hombros al mismo tiempo que me apretaba con sus piernas mi herramienta sobre su vagina y sin poder contenerme más me vine completamente dentro de ella.
Luego ambos nos quedamos recostados y abrazados descansando de aquel intenso momento. Cuando de pronto vemos que se acercan nuestros amigos, quienes mañosamente habían estado viendo a la distancia nuestro momento de goce, y que al parecer los había dejado bastantes calientes.

En ese momento Juan y su amiga nos proponen un intercambio. Por un momento me quedé asombrado con la propuesta, pero de pronto Susana; con quien en esos momentos quería seguir disfrutando de su compañía, me dice; “probemos, no te preocupes, tenemos toda la noche para nosotros”.

 

que pendex, pero ya logro crear la espectativa.

 

continue cofra no me deje con las ganas

 

Otro plan

Así Juan se acerca donde Susana y yo me incorporo y me acerco donde Ana, unos metros tan sólo nos separaban. Yo ya estaba desnudo, Ana por el contrario sabiendo que acaba de tener un buen sexo con su amiga, trata de estimularme un poco, quitándose sensualmente la ropa.
Sin dudas también era una bella mujer, más morena a diferencia de Susana y con una cabellera larga y frondosa, pero igual de alta y una figura esbelta que se dejaba notar en cualquier lugar que estuvieras.

De pronto dirijo la mirada sobre Susana y ellos ya estaban calentándose, mientras yo algo incómodo no podía perderla de vista, pero Ana hábil en este sentido, con total sutileza me hace girar la mirada hacia ella y comienza a besarme sensualmente, bajando por mi pecho y haciéndome recostar sobre el césped hasta que llega a mi aún adormecido miembro.
Una vez allí, con sus manos los frota suavemente, acompañado de ligeras lamidas hasta que mi amigo comienza a tomar forma, haciendo que tome total interés en ese momento sobre ella.

Definitivamente sabía lo que hacía, me daba una gran mamada, mejor que el que había sentido con Susana. De pronto Ana se echa encima de mí haciendo un hermoso 69, para que ella también pudiera sentir de mi una buena lamida de su vagina.
Tenía las piernas bien abiertas logrando tener una vista panorámica no sólo con la profundidad de su cueva sino también de unas hermosas nalgas que las tenía sobre la cara, las cuales iba sujetando fuertemente con mis manos, hasta que aprovechando el momento y la aceptación de ella, uno de mis dedos comienza a deslizarse sobre su colita sobando sobre él para ver si tenía aceptación y no rechazo para seguir adelante.

Al parecer a Ana le gustó y es más con sus manos abrió sus nalgas, mientras seguía chupando mi verga, fue así que en tanto mi lengua seguía jugando con su clítoris, mi intranquilo dedo comienza a meterse en las profundidades oscuras de aquella bella mujer.
Su vagina comenzó a mojarse, así como su cuerpo comenzó a moverse placenteramente con pequeños tirones hacía atrás para que mi travieso dedo siguiera con su rumbo fuerte y penetrante en su gran y carnoso rabo.

Al rato, Ana se incorpora ya bastante excitada y se coloca encima mío y comienza a darme una cabalgada de ensueño, se echa sobre mi apoyando sus pechos contra los míos para comenzar a besarme. Luego la incorporo y la pongo en perrito y en la medida que comienzo a sobarle con mi erguida herramienta sobre su conchita, hago lo mismo pasando por su colita, probando si me rechazaba o no. Muy por el contrario, con sus manos abrió sus nalgas y suavemente me introduje dentro de ella, con algo de dificultad pero con gran aceptación.

A medida que iba metiéndosela iba ayudándome con ligeros movimientos de caderas y el “seguí seguí”, no pares, hasta que entro en lo más profundo de su ser.
La sentía toda, estaba totalmente apretadito, y los movimientos se comenzaron hacer más intensos a medida que ella comenzaba a gritar más. En ese momento, me doy cuenta que mi amigo se estaba tirando a Susana; con quien hacía un rato había tenido un gran sexo y con algo de rabia encima, comencé a darle más fuerte a Ana sin que ella se hubiera percatado de este hecho, pero al parecer le gustaba ya que me lo permitía y seguía agudizando sus gritos, hasta que ambos no pudimos más y terminamos explotando uno sobre el otro.

Luego nos levantamos y nos acercamos donde Juan y Susana; quien tenía toda la cara embadurnada del semen de Juan; quien se había corrido encima de ella, para luego recostarnos los cuatro juntos para después regresar tirarnos un baño sobre la laguna y posteriormente regresar al hotel.

 

Muy buen relato.... jajajajaja excelente la morocha quería que la rompieras bien...

 

Deberia haber una opcion de insertar audio

 

aventuras con argentinas es sacarse la loteria