Amiga de postgrado

Parte 1.- Inicio de Clases

Siempre he considerado la importancia de mantenerse actualizado en las profesiones y/o en las diversas actividades que cada quien desarrolle. Lo que definitivamente nunca calculé fue que este curso sirviera también para mantener y actualizar mis actividades extra curriculares.
Todo empezó a mediados de febrero del año pasado cuando vi la publicación de un curso; más bien un postgrado en el que estaba interesado a seguir y que lo dictaba una universidad privada.

Si bien es cierto, los cursos se dictaban por la noche, tuve que acomodar mis horarios en la chamba, aunque sabía que no tendría problemas, ya que por política tienden a mantener actualizados a su personal, y así pude matricularme sin problemas.
La universidad no me era desconocida, si lo eran los nuevos ambientes creados para dictar estos cursos, la nueva gente que conocería, su capacidad de intelecto y desarrollo profesional y más que luego de varios años regresaba a mi “alma mater”, en otras palabras, si bien es cierto sentía la confianza necesaria para sacarle provecho al curso, también estaban “los nervios” de volver después de tiempo al “primer día de clases”.

El primer día llego más temprano de lo previsto, tratando de calcular el bendito tráfico que hoy tenemos en Lima, así como posibles lugares donde estacionarme.
Ubico mi clase y como aún tenía tiempo, me doy unas vueltas alrededor del recinto universitario.
Simplemente era cambio de gente y no ver a nadie conocido y la forma de ser de los nuevos estudiantes.
Ellos miraban cuando nos cruzábamos me hacía parecer no pertenecer en ese nuevo mundo. Aún así pudieran verme con 10 años o más de diferencia ya me saludaban como “buenas noches, señor” y uno que otro por allí, “buenas noches, profe”.
Lo que si se me pasó por alto y no lo había calculado en su momento, era que también podía encontrarme con chicas de todo tipo; entre lindas, simpáticas, poco agraciadas, así como las inteligentes, intelectuales e inclusive alguna hueca que nunca falta.
Definitivamente encuentras de todo y para todos los gustos.

Viendo que la hora llegaba para el inicio de clases vuelvo al aula, y pongo mis cosas separando un asiento siempre considerando sentarme en las primeras filas; de preferencia siempre en la segunda fila y cerca de la puerta; por si necesitaba salir, nunca en el medio. Así tendría total perspectiva de la clase y de quien o quienes participaban activamente de ella.
Esto siempre lo consideré importante por si hay trabajos grupales para saber con quién juntarte ó con quien intercambiar opiniones.
Al rato comienza a entrar la gente, entre hombres y mujeres con variadas edades y comienzan acomodarse en diferentes puntos del aula, hasta que entra una chica, algunos años menor que yo me pregunta:
“Hola. Esta es la clase de “fulanito de tal”
“Hola”. “Si, ésta es su clase”. Le respondo.
“Está ocupado el asiento del costado”, me pregunta haciendo referencia al asiento sobre mi lado izquierdo.
“No, no está ocupado, puedes sentarte”, le termino diciendo.

Ese fue el inicio de una grata amistad que empezó nuevamente en las aulas y que posteriormente terminaría sin que ninguno tuviera pensado; al menos yo, con grandes revolcones en la cama.

 

Buen inicio, mucha intro, pero ni modo

 

Dale, continua

 

Mi estimado LeyStereo, como antecedente considero que personalmente me gusta escribir e ir de a pocos introduciéndome en el relato a diferencia de otros buenos relatos que he leído también, van directamente al fondo del morbo, lo que considero válido.
En otras palabras: “mientras a mí me gusta hacer el amor a ud. le gusta ir defrente al sexo”.
Ojo, en ocasiones también soy así.
Por otro lado, prefiero hacer relatos cortos pero seguidos para hacer fácil su lectura, que largos que desmotiven la misma.
Saludos.

 

Parte 2.- Conociéndonos mejor

Si bien es cierto, cuando la vi entrar no fue que llamara en demasía mi atención, no terminaba siendo una chica linda, pero si bastante agraciada. En principio, al menos en mi caso me focalicé en lo que ha ido hacer y no necesariamente a cazar aventuras, a diferencia de lo que puedes buscar cuando vas a una discoteca, etc.
Sólo la vi como una chica simpática, con rasgos de mulata pero no se leveía para nada tosca. Más bien se le notaba de rasgos finos, agradables y resaltaban sus gruesos y definidos labios, así como sus ojos medios verdosos.
De cuerpo no la llegue apreciar completamente ya que llevaba un abrigo puesto, salvo que si se le pronunciaban los senos a pesar de todo. No al menos hasta después de que se sentara conmigo, aunque si era baja de estatura y luego se quitara el abrigo.
Si bien es cierto era bastante chata, era bien arqueada, traía un jean puesto, y que le pronunciaba un buen trasero y con muslos gruesos. No era flaca pero tampoco llegaba a gorda, pero si se le notaba que era algo gruesa y pero con buena cintura, pero definitivamente lo que más le resaltaban al menos por delante eran aquellos senos que se dejaban ver a la distancia.
Luego se sienta y me dice:
“Hola me llamo, Cecilia”, a lo que le respondo; “hola soy Jorge”.
Luego de la presentación, comenzamos a algunas preguntas sueltas parair conociéndonos; “que haces”, “porque te matriculaste” y etc.
No hubo oportunidad a mucho, hasta que entra el profesor a comenzar su dictado.
A medida que pasaban los días; en todo caso inter diarios, ya que el curso se dictaba 4 veces por semana, nos íbamos conociendo mejor.
Ella era una chica muy risueña, alegre, acaba de terminar la universidad. Estaba preparando su bachillerato y siempre que podía bromeaba, pero a su vez era muy centrada, inteligente y con capacidad de diálogo.
A partir de allí siempre buscó de sentarse a mi costado y en las horas de descanso íbamos juntos a la cafetería a seguir conversando. Departíamos momentos con otros compañeros de clase pero ella nunca se me despegaba del costado.
Ya pasados unos meses inclusive, donde terminas conociendo a la gentede tu clase, algunos de nuestros compañeros pensaron en algún momento que éramos enamorados por lo que nos veían juntos desde el inicio.
Esto ella lo tomaba con mucha gracia, se sentía inclusive que no le incomodaba que dijeran eso de nosotros, y ya ella con más confianza y por la amistad que habíamos logrado por momentos me sujetaba del brazo para caminar y tomaba actitudes más coquetas conmigo.
Los días pasaban y todo seguía normal, nos veíamos en clase, nos sentábamos juntos y cuando terminaba clases nos despedíamos a cada quien por su lado.
Hasta que llega aquel lunes en donde igual que el resto de los días en donde ella al momento de saludarnos literalmente me besa el cachete con sus húmedos labios que al parecer denotaban falta de cariños extremos o simplemente por algún tiempo que no les haya dado debido uso.
Eso en parte me extrañó pero a su vez me mantuvo en intriga durante las primeras 2 horas de clase hasta que llega la hora de descanso. Si bien es cierto era corto, de más o menos 20 minutos era suficiente para caminar y conversar un rato.
Cuando por fin llegó el descanso, salimos como siempre y ya en los jardines de la universidad estando solos ella se me pega como para abrazarme y planta una de sus manos dentro del bolsillo trasero de mi pantalón y comienza a pellizcarme el trasero.
“Qué pasa”, le digo, “te estás calentando?”
A lo que ella me termina respondiendo, “ayer tuve un sueño húmedo contigo y amanecí toda mojada”.
Ya cuando me dijo eso, perdí toda mi sobriedad y mi ya erguido amigo perdió la cabeza comenzando a sacar sus propias conjeturas de cómo seguir adelante esta nueva aventura.

 

cofrade herramentero ud se ha pulido con este relato...

 

Idolo!! Continúe con la aventura de la nena..

 

siga "introduciendo" los datos que deba hacer para hacer mas rico este relato cofrade

 

Parte 3.- Llevándola a casa

Esta aventura “per se” había llegado sola. Cuando normalmente deben ser trabajadas y elaboradas para conseguir un buen encuentro con alguien a quien no conoces ó recién estás conociendo.
Esta por el contrario ya estaba encaminada sin yo saberlo ni haber hecho nada, más que mi sola presencia y amistad desinteresada que tenía con Cecilia al conocernos en aquel curso.

Ese mismo día y como se habían presentado las cosas le ofrecí llevarla a su casa a lo que accedió sin ningún reparo. Es más bastaba con verle la sonrisa esbozada sobre su cara para saber que había aprobado sin reparo mi pedido.
Ya el morbo me había ganado y no podía desaprovechar la oportunidad deconocerla ya no solo intelectualmente sino también corporalmente.
Creo que al final a todos nos pasa lo mismo, en especial si somos hombres cuando las chicas se nos lanzan. El decir “no” cuando se nos presenta esa oportunidad para nosotros termina siendo más difícil de rechazarla a diferencia de las mujeres.

Siguiendo con las clases, ya la segunda hora me fue difícil concentrarme. Solo la pasé pensando en ella. Como ir desvistiéndola para hacerla mía. Tener entre mis manos y engolosinarme con semejantes senos que cada vez los sentía más cerca ó imaginarme esos gruesos y húmedos labios lamiendo y besando todo mi cuerpo hasta llegar a aquella zona donde nosotros terminamos disfrutando los previos al máximo.

Por fin terminaron las clases ese día golpe de 10 pm, y yo estaba listo para abanderar mi erguido mástil. Arreglamos nuestras cosas y solo le pido tomarnos un poco de tiempo para salir, ya que normalmente nunca salíamos juntos ya que ella se iba en ómnibus mientras yo guardaba mi carro en la cochera de la universidad y no quería generar especulaciones entre la gente con la que compartíamos clases y/o cualquiera que pudiera reconocerme alrededor. La“chismografía” es grande y Lima termina siendo pequeña y aunque no queramos reconocerlo es un hecho real y absoluto.

Así salimos de la universidad y le pregunto: “por dónde vives?”
En ese momento no quería ir directo al grano pero tampoco esperaba que ella me dijera inmediatamente ir a un hotel.
Yo con el afán de que al final por cualquier ruta que tomemos podríamos hacer cualquier parada previa por la cantidad de hostales en los que podríamos detenernos antes de llegar a su casa, pero por sobre todo ir calentando nuevamente el ambiente que como era lógico pudo haberse enfriado con esas dos horas adicionales de clases.

Ya en camino y con un promedio de 20 minutos para llegar a su casa por el poco tráfico de esa hora, sabía que tenía que acelerar el proceso, por lo que inmediatamente le pregunto:
“Dime, cual fue el sueño húmedo que tuviste conmigo?”
“No”, me dice: “Es una fantasía de mujer y es solo para nosotras”.
En lo que termina de decir esto, y yo quedándome medio perplejo, se me acerca al oído y pone su mano sobre mi entre pierna, pero sin llegar a “zona peligrosa” y agrega:
“Si quieres vivirla llévame a un hotel, pero hoy no!…..el viernes!” y me da un beso en el cuello y una ligera mordida en la oreja. Con la mano me aprieta el muslo y se vuelve acomodar en el asiento.
“No”, le dije, “cómo me vas a dejar así!, después de todo lo que me has calentado”
“Fácil”, me dice, “para el viernes estaremos hirviendo, tendremos tiempo y será más rico”.

Si bien es cierto, casi me vuelvo loco, tampoco era para forzar el momento, más cuando estaban saliendo las cosas sin esfuerzo alguno de mi parte y podía tirar todo por la borda ante insistencia mía. Por lo que fui tolerante y solo atine a ponerle mi mano sobre su muslo para luego agarrarle su mano y decirle: “ok, entonces será el viernes”.
Al rato llegamos a su casa y yo me sentía medio frustrado. Ella muy hábil al haberse percatado del hecho, lleva su mano nuevamente a mi entrepierna, pero esta vez no se quedó allí nomás. Me puso la mano encima de mi miembro acariciándolo ligeramente mientras se acerca y me da un beso largo y prolongado, que termina humedeciendo nuestros labios e introduciendo su lengua por toda mi garganta.
Me puso a mil, y mientras ella sentía con su mano como que se me endurecía, sólo atinaba a gemir: “uhmmm” y lo sujetaba con más fuerza.
Luego nos separamos y mientras bajaba del carro, sólo alcanzó a decir:
“espero estés así el viernes” y se despidió.

 

Sígale mijo!!!

 

Que bandida para dejarlo asi cofra!
No demore en compartir el siguiente capitulo

 

Disculpen pero me tomó tiempo escribir ésta última parte, que la voy a dividir en dos, pero la chamba me absorbió. Aún así, allá va:

Parte 4.- Encuentro al fin

Haberme dejado así no fue muy agradable que digamos. Estaba como para enrumbar y buscar alguna amiga para desahogarme de aquel momento, pero ya estaba cansado de un día largo, así que enrumbé a mi casa a descansar.
La noche de aquel lunes y todo martes difícilmente pude concentrarme en mis cosas, hasta que llega el miércoles esperando volverme a encontrar con ella en la tarde, pero para mala suerte no va a clases y me quedo con la encrucijada de si el viernes se concretaría la salida que me había prometido. Encima no tenía un celular ni como comunicarme con ella al menos para matar mi curiosidad y no me sentía con la confianza necesaria de ir a su casa, por lo que opté por esperar aquel ansiado día.

Hasta que por fin llega el viernes ya al borde de la desesperación pero para suerte mía ella llega y me saluda afectuosamente.
“Hola”, le digo, “que pasó el miércoles que no viniste”.
“No”, me dice; “tenía un tema familiar y se me complicó,por eso no vine”.
“Porqué la preocupación”, medice muy pícara, “pensabas que hoy no te ligaba?”
“No, nada que ver”, le respondo con duda, “sólo para saber si estabas bien”
“Sí estoy bien y bien caliente” me agrega.

Inmediatamente llega el profesor dando inicio a las clases, pero en todo caso, me quedé tranquilo de que las cosas se darían y tendríamos al finalizar nuestro ansiado encuentro.
El resto de la clase se hizo larguísima y de difícil concentración, ya que ella me miraba coquetamente, me decía ligeras insinuaciones ó bien me ponía la mano en mi pierna dándome ligeros apretones. Por mí hubiésemos salido inmediatamente pero no queríamos levantar sospechas con nadie, menos si los dos nos desaparecíamos juntos antes de terminar las clases.
Hasta que por fin terminan las clases, nos despedimos de todos y salimos unos pasos por detrás de nuestros amigos y enrumbamos al estacionamiento para recoger mi carro.

Ya juntos y solos por fin enrumbamos a un hotel cercano, ya conocido por mí por ser caleta, bien puestecito y con las garantías de hacernos sentir en un lugar tranquilo, apetecible y agradable, mientras tanto ella sin ganas de perder tiempo, se pegó a mí para darme algunas caricias, al mismo tiempo que me dejaba algunas huellas de sus húmedos besos en mi mejilla con pequeños mordiscones en mi oreja y cuello, en tanto su mano iba arrinconando y acalorando mis muslos, mientras sentía que yo me iba poniendo duro.
Hasta que por fin luego de unos minutos que andaba desenfrenado,llegamos al hotel y luego de pagar la habitación nos dirigimos a ella.

Una vez dentro perdimos el control y la sensatez por unos minutos, y así parados como estábamos nos agarramos con unos besos profundos y con manoseos totales de nuestros cuerpos, sin llegar aún a la cama.
Yo la termino apoyando sobre la pared y comienzo poco a poco a desvestirla para por fin sentir su dulce y suave piel. Primero empiezo con la blusa a sacársela del pantalón que llevaba puesto y ella haciendo lo mismo conmigo.
Nunca había tenido la oportunidad de tener a mi alcance unos labios tan gruesos como los de ella y que supiera besar tan rico, húmedo y profundamente. De sólo imaginarme que si así me hacía el oral, de la misma manera en que me besaba, me iba a volver completamente loco y no me equivoqué; pero esto llegará más adelante.
Así camisas y blusas afuera para seguir con los pantalones. Ya los manoseos eran más directos sobre las nalgas y muslos directamente y los besos a la altura del cuellos y bajando hasta donde podíamos con los pechos, aunque yo aún no le había quitado aún el sostén.

Luego de unos minutos de sin igual agarre le pido unos segundo para tomarme un duchazo ya que mi jornada había sido larga y quería estar fresco para nuestro encuentro.
Ella accede y le pido se eche en la cama así;
“Quédate así como estás”, le digo. “Se te ve lindísima y yo mismo quiero sacarte la ropa interior”.
Así entro al baño y abro el agua caliente, mientras termino de desvestirme. Una vez dentro y al rato ella también entra a ducharse, diciéndome:
“déjame que yo te jabone”.

Con sólo verla completamente desnuda, terminó de ponerme “duro”. Ella se abalanza sobre mi y ya con sus enormes senos sobre mi cuerpo me abraza me da una par de besos más sosteniendo y acariciando mi bien parada herramienta.
Al rato me voltea, poniéndose a espaldas mías, agarra el jabón y cual masajes tántricos comienza a enjabonarme por delante, empezando por el pecho mientras ella aprovechaba en acariciar cada centímetro de mi cuerpo con total sensualidad mientras me iba literalmente lamiendo la espalda a medida que iba enjuagándome. Hasta que llega a mi herramienta y con igual dulzura y delicadeza lo enjabona completamente, incluyendo mis gemelos. Las caricias en ésta zona le tomó su tiempo a medida que yo sentía que con sus senos como iba acariciando mi trasero.
Ya estaba para reventarla pero quería hacer el momento interminable, así que me volteo y la incorporo.

“Ahora es mi turno”, le digo.
La incorporo y ya mordiéndole suavemente los labios la volteo rozando herramienta sobre su bien pronunciado trasero, agarro el jabón y al igual que ella comienzo por la espalda hasta llegar a sus hermosos glúteos los cuales aprovecho de mordisquear ligeramente. Ella sintiendo la pegada se inclina ligeramente apoyándose sobre la pared de la ducha que nos mojaba para darle mayor rigidez a sus glúteos y separando ligeramente las piernas como invitándome para que la visite más íntimamente.
Pero esta parte quería dejarla para el final, no quería desaprovecharla oportunidad de acariciar por más leve momento que fuera aquellos senos de gran tamaño, completamente naturales y muy bien paraditos. Aquí ameritaba quedarse un buen rato, pero sabía que en la cama serían míos y los mordería a total placer.
Así prosigo y comienzo a transitar por fin por sus zonas íntimas.
Su rajita para nada desbocada y completamente peladita comenzó a sentir el furor de mi mano, gimiendo ligeramente y contorneándose como queriéndose devorar mi mano, mientras yo seguía mordisqueando aquél pronunciado y riquísimo trasero.
Luego nos paramos sin nunca dejar de manosearnos para enjuagarnos completamente y dirigirnos para irnos a la cama.

 

Continué cofrade con la historia...................saludos

 

Luego de darnos nuestra secadita de rigor saliendo de la ducha, le pido se eche en la cama boca abajo. Ella un poco contrariada me dijo:
“ vas a usar la puerta falsa?”
Si bien es cierto era la primera vez que escuchaba esa frase en alusión de si entraría por atrás, su respuesta me puso cabezón, tampoco tendría por qué haberla considerado como una opción, ya que también me pudo haber dicho; “no, por allí no voy”, pero no fue así.
Pero esto al menos por el momento no era lo que buscaba;
“no” le digo, “sólo quiero darte primero unos masajitos en la espalda”.
Ya ella más tranquila se pone boca abajo y yo me echo encima de ella apoyando mi herramienta sobre la raya que marca la separación de sus buenas y pronunciadas nalgas. No me dijo nada, aceptó con naturalidad mi postura, así, apoyándome sobre mis brazos para que no se sienta presionada le comienzo a besar el cuello, los hombros y con ligeros mordiscos en sus orejas.

Esto la comienza a relajar y así voy descendiendo a medida que sigo besando el ancho de su espalda hasta llegar a su rico y quebrado trasero.
Aquí me tomo unos minutos demás donde ya inclusive aplico ciertos mordiscos suaves sobre sus cachetes. Se nota que le gusta ya que comienza a contornearse ligeramente.
Sigo así, hasta que nuevamente comienzo a subir para llegar a la altura de sus hombros; siempre besándola, hasta llegar a tomar la posición inicial.
En la medida que más seguía, más le gustaba, emitiendo ligeros gemidos;
“que rico”, me decía, “sigue así, sigue así”
Luego de singular inicio, ella comenzó a mover su rico trasero con mi herramienta apoyada encima entre sus nalgas.
Este movimiento me volvió loco. Movía sus caderas ligeramente como para que “mi amigo” no saliera de aquel lugar estratégico, con unos ligeros contorneos laterales y otros ligeros de arriba hacia abajo, una y otra vez, como si ya estuviéramos haciendo el amor.

Uffff, así estuvo un buen rato, volviéndome loco. Yo ya había dejado de besarla. Ahora, luego de la calentura inicial en la ducha, y por lo rico que la estaba pasando ya quería perforarla, pero no consideraba el momento oportuno. Así que estaba más preocupado en “no irme” y disfrutar al máximo aquel momento que por otra cosa.
Hasta que ya estaba a punto de explotar y me dije; “no, así no”, por lo que termino levantándome para relajarme un poco y le pido que se voltee.

Una vez que se voltea y yo ya ligeramente controlado, sigo con mi ritual inicial.
Comienzo a besarle el cuello y bajando ligeramente hasta llegar al pecho. Una vez allí bajo entre sus senos hasta llegar al abdomen y vuelvo a subir. Sus grandes senos ya me invitaban a que los devorara, más cuando sus pezones había tomado gran forma; ya erectos y duritos, cual mamadera a ser tomada.
Fue así que arranco con ligeras lamidas en pleno contorno de sus senos. A medida que más tiempo me tomaba, menos se aguantaba. Sentía como sus caderas comenzaron a iniciar ligeros giros de rotación, como tratando de sobar su clítoris sobre mi barriga, mientras trataba de sostener sus senos, como dirigiéndolos para que de una vez por todas me comiera casi literalmente sus pezones. Hasta que de una pongo su chupón sobre mi boca y succiono ligeramente una y otra vez.

Ya la sentía completamente ida. Con su mano izquierda me sujetaba la cabeza presionándome sobre su seno, mientras sentía que la otra iba directamente a su clítoris para darle ligeras sobadas entre que ella tiraba lo más que podía su cuerpo para atrás.
No sé si estaría llegando al clímax, pero bien excitada estaba y aún faltaba lo mejor para mí, dar unas vueltas más abajo para terminar haciéndola gritar de placer.

Luego de tan rico manjar, me quedo con una de las manos acariciando sus enormes senos y comienzo a bajar de a pocos, entre besos, lamidas y ya ligeras mordidas.
Ella ya intuía cual sería mi siguiente parada que poco a poco comenzó a separar sus piernas, cual movimiento rítmico. Mientras más bajaba, más las abría. Hasta que llego a su bajo vientre y comienzo a lateralizar mi invasión a través de los muslos hasta llegar a la entrepierna. Esto lo repito un par de veces con cada una de ellas.
En tanto sus manos comenzaron a sujetarme la cabeza, pero nunca forzadamente, así seguía con calma extrema mis pasos, hasta que el olor y la humedad de su clítoris por aquellos previos manoseos hicieron que la devorara completamente.
Primero pasando mi lengua por toda su húmeda rajita hasta hacer pequeños círculos alrededor de clítoris y volviendo a bajar hasta aquella cueva que me invitaba a pasar.
Sus manos entre tanto comenzaron a presionarme con más fuerza sobre ella. Mi lengua no paraba de sacudirla, mientras sus caderas comenzaron a levantarse, ya estando con las piernas completamente flexionadas.
Ahora era el turno de mis manos. Si sabes jugar con los dedos la harás terminar de explotar. Fue así que comienzo a jugar por sus alrededores con mi índice, hasta que poco a poco comienza a entrar; acariciando rítmicamente toda su cuevita, pero viendo que podía aguantar le sigue muy despacio el dedo mayor, mientras el anular comienza a jugar por los alrededores de su colita, hasta que ambos toman las rutas de las profundidades.
Ella ya había perdido el control, entre sus gemidos, sujetadas fuertes con sus manos y el movimiento excitado de todo su cuerpo, se voltea y me dice:
“No, ya no más, voy a explotar y a ti te quiero explotar primero”, separándome delicadamente con sus manos.

Luego me pide que sea yo el que se eche en la cama y ella comienza con su ritual de la misma manera en que yo lo había hecho, iniciándolo con un par de ricos chapes que me dio. Por otro lado, su tránsito por mi cuerpo sería mucho más rápido que el que yo había hecho con ella, a sabiendas de que buscaba llegar lo antes posible hasta el asta que se encontraba al final del camino.
Una vez que llegó allí me hizo perder todo el control, nunca había tenido semejante experiencia. Qué manera de explotar sus ricos y gruesos labios junto con esa lengua escurridiza y juguetona.

Primero comenzó a sobarme con sus senos, pasándolos una y otra vez, para luego sujetarlo con la mano y con ligeros besitos sobre el tronco, comenzó a darle ligeras lamidas de arriba para abajo sin llegar aún a la cima del monte. Luego bajo a los gemelos para darle un par buenos lengüetazos para luego comenzar a succionar cada uno de ellos. Así comienza a subir nuevamente hasta llegar a la punta del iceberg para ir lamiendo todo el contorno; cual disfrutando un dulce helado en pleno verano, en tanto con su mano comenzó a agitar mi gran y endurecido tronco, hasta que comienza a metérselo de a pocos en su boca. Primero con algunos movimiento ligeros de arriba hacia abajo como queriéndolo probar, hasta que en una de esas se lo traga completamente, cual sable dentro de las profundidades de su garganta. Haciendo desaparecer mi querido amigo por completo de mi vista.

Este movimiento lo repetía hasta que la respiración se lo permitía, una y otra vez, metiéndose en las profundidades del océano para sólo salir a buscar aire cuando se quedaba sin oxigeno.
Mientras yo como fiera insaciable la sujetaba con fuerza como si fuera mi presa.
Hasta que llegó aquel momento en que aquel volcán terriblemente cargado de magma estuvo a punto de explotar, atinando sólo a advertirle;
“estoy a punto de explotar”.
Ella casi sin inmutarse, sólo sale a respirar por última vez;
“no te contengas, lo quiero todo en mi boca”
Y así, lo succiona por última vez. Sus manos acarician suavemente mis gemelos a medida que voy liberando toda aquella presión que llevaba por dentro, hasta que pasados unos segundos termino completamente relajado.

Luego de sin igual experiencia nos echamos abrazados disfrutando de aquel momento para más tarde consumar nuestra aventura bajo los cánones normales del sexo.
De allí en adelante como los viejos tiempos, eventualmente nos hemos seguido viendo, tratando de explotar al máximo y disfrutar de aquellos momentos como la primera vez.

 

:becky:mis respetos, gran relato.

 

Luego de darnos nuestra secadita de rigor saliendo de la ducha, le pido se eche en la cama boca abajo. Ella un poco contrariada me dijo:
“ vas a usar la puerta falsa?”
Que pasó uso la puerta falsa o no ?

 

jajaja, nos deja en pindinga con su relato, que es buenisimo

 

Esperé un poco mas de descripcion en la parte final de su relato, pero estuvo bueno!