El placer del "nyotaimori"

Tema en 'Relatos Eróticos Peruanos' iniciado por Herramentero, 20 May 2016.

    Herramentero

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    Me doy el gusto de narrar esta historia que me tuve hace poco, en donde al menos en mi caso puede ser difícil tener, sea con alguna amiga que por allí aún quedan y/o alguna de oficio que difícilmente se presten para tener alguna fantasía sexual salvo con algún trío que por allí veo algunos aún puedan realizar.
    En mi caso iba más por lo que en Japón llaman“nyotaimori” que es literalmente comer sobre el cuerpo de una mujer. Aunque en la práctica es comer sushi sobre el cuerpo de una mujer, para mí era más endulzar a mi pareja que comer platos con sabores fuertes o pescado crudo.

    Mis días se presentan normales y cotidianos como cualquier otro día de trabajo, con salidas de oficina incluidas. Un día jueves de hace un par de semanas que no tendría porque haber sido diferente me encontraba haciendo diversos trámites por San Isidro y me encuentro con una amiga que hacía unos años no veía.

    Ella joven aún, bonita y de aquellas chicas que difícilmente pasan desapercibidas cuando caminan por la calle, pero que por cuestiones del destino nunca terminamos juntos pero si tuvimos varias escapadas memorables.

    Éramos de esos amigos en los que nos podíamos confiar cualquier secreto y que moriría con nosotros. Esa misma confianza ganada por nosotros fue la que nos llevó a la cama en varias oportunidades y que nosotros mismos guardábamos en silencio.
    Pero toda aquella linda época tuvo su final desde que ella asumió un compromiso y terminó casándose. Su pareja evidentemente conocía de mí y nuestra cercanía como amigos, y no por las aventuras que teníamos, pero eso era suficiente para que él me tuviera entre ceja y ceja, de allí nuestro distanciamiento.

    Por lo que el encuentro de ese día hizo revivir todo aquello que una vez vivimos desde nuestra amistad hasta nuestras aventuras.
    “Hola, cómo estás? Después de años y sigues tan linda como siempre. Que ha sido de tu vida”, le dije.
    “Bien, cómo has estado tú? Yo, trabajando como siempre. Justo acabo de salir de una reunión”, me responde.
    “Vamos” le digo, “te invito un café por acá cerca”
    “Ok, pero sólo un café, porque me esperan en la oficina”, me responde.

    Fue así que nos fuimos a un café cercano, para no hacerle perder más tiempo del debido.
    Nos sentamos y ordenamos nuestro pedido y nos pusimos a charlar y ponernos al día de todo el tiempo que habíamos dejado de vernos, de nuestro trabajo, de nuestros amigos en común, de nuestro día a día hasta que comenzamos a tocar nuestras vidas personales, donde me termina confesando que estaba separada de su pareja ya hacía ocho meses y que por suerte no habían llegado a tener hijos, lo que hizo que todo fuera más fácil.

    Si bien es cierto no tenía intenciones de ir más allá desde que la vi, no sólo porque la quería como amiga, sino porque también la respetaba. Pero con aquella confesión, fuera de la pena que me dio que su relación no funcionara la vi como una oportunidad para re encontrarme con ella en un plano que también habíamos sabido disfrutar mucho, aunque como parte de mi habilidad era no entrar de lleno, sino más bien de a pocos, pero que cuyo resultado final sería el mismo; terminaríamos cayendo en la tentación.

    Al rato y luego de habernos terminado el café, me dice:
    “Tengo que partir ha sido un gusto verte, ojalá podamos vernos pronto”
    “El gusto y placer de volverte a ver ha sido todo mío”, le respondo.
    “Placer!!, jajaja”, se ríe, para continuar; “el placer no ha sido completo ó es que ya te olvidaste lo que hacíamos cuando mencionábamos esa palabra”, y me coge delicadamente la mano, haciéndome recordar lo dulce, suave y tersa que tenía la piel.
    “Nunca, no hay forma que me olvide esos momentos maravillosos que pasábamos juntos cada vez que nos provocaba revolcarnos en la cama”, a lo que continuo, “pero luego de 8 meses no estás saliendo con nadie?”
    “No”, me responde, “hace 8 meses desde que me separé no he vuelto a salir con nadie”
    “Estás virgen por 8 meses, como haces para aguantar”, le refuto.
    “Para eso me he encontrado contigo, algo sabrás hacer, jajaja” me dice.
    “Ok”, le digo; “salgamos el sábado, pero eso sí, hagamos algo especial en donde tú seas mi plato especial”
    Ella se queda medio en la incógnita de no haberme entendido que era lo que quería hacer, pero no quería dejarla en duda para evitar se frustre nuestro encuentro.
    “nyotaimori”, le digo.
    En rasgos generales le explico lo que es, pero tampoco completamente de tal forma que quede algo de sorpresa para lo que se venía.
    “Ok”, me dice, “pero si tú me haces eso, yo te hago lo mismo”.
    “Ok”, le respondo, a eso se le llama “nantaimori”
    Nos terminamos riendo, nos dimos un beso y cada quien partió por su lado hasta nuestro encuentro del sábado.

    El día sábado como quedamos, la paso a recoger de su casa y yo para esto ya había comprado ciertas cosas que era la forma en la que quería a ella practicarle el “nyotaimori”, pero como me imagine que ella se hubiese olvidado del tema y también me lo quería hacer, compré algunas cosas demás, junto con una botella de vino para celebrar no sólo nuestro feliz encuentro sino también la ayudaría a soltarse un poco, ya que conociéndola un par de copas de vino la pondrían picante y más desinhibida.

    Fue así que la llevé a lo que fuera nuestro rinconcito de nuestros últimos encuentros. Nos hospedamos y fuimos directos a la habitación.
    Una vez dentro y dejando las cosas de lado, nos abrazamos y nos comenzamos a besar desenfrenadamente. Parecía que la falta de sexo en ella por más de ocho meses le estaba pasando factura, ya que sus abrazos eran fuertes al igual que la forma de manosearme, llegando inclusive a tocarme y apretarme el miembro a través del pantalón.

    Lo mío por el contrario era hacer toda una sesión de sensualidad que posteriormente nos llevaría hacerlo.
    Luego de saciarnos en principio con besos apasionados, la separo suavemente y le invito el vino que había llevado para la ocasión. Luego de un par de copas, ella sin querer perder tiempo me iba de a pocos desvistiendo hasta quedarme con el bóxer puesto.
    Ella se incorpora y sensualmente comienza con una sesión de desnudismo propia de una stripper.
    Finalmente se queda con una lencería de color negro que no hacía más que resaltar el bello color claro de su piel y lo bien que la habían tratado los años. Era una mujer hermosa, linda, tal cual cualquiera de nosotros pudiéramos imaginar en nuestros mejores sueños.

    Me paro dirigiéndome hacia ella, un abrazo más acompañado de un beso apasionado y le sujeto de la cintura invitándola a que se eche en la cama para dar inicio a lo que sería un ritual sumamente sensual y que siempre quise hacer y que definitivamente se los recomiendo si tienen la oportunidad de hacerlo.

    Una vez echada en la cama le pido que se quede quieta y tranquila, que evite hacer movimientos bruscos con el cuerpo y que hablara poco o casi nada, que todo estaba dirigido a que ella sintiera y que sería yo quien le diría que hacer y que no.

    Así procedo a quitarle en principio el brasier, dejándomea la tenue luz por fin ver nuevamente sus buenos, sustanciosos y naturales senos, con sus ricos pezones blanquitos que aún se encontraban adormecidos por falta de caricias. Luego le deslizo suavemente la trusa hasta retirársela completamente. No sin antes dejarle estampado un par de besos y un par de lamidas por aquella zona a la que más tarde tenía reservada. Así la tendría ligeramente humedecida y pudiera sentir mejor cuando la acariciara por allí. Para esto le dejo ligeramente abiertas las piernas para tener una vista completa de sus hermosos muslos y su clítoris que me volvía loco por devorarlo.

    Me dirijo a mi maletín que había llevado para la ocasión y saco un par de pañuelos largos que me servirían para amarrarla en la cama y un pañuelo adicional para cerrarle los ojos para que no pudiera ver lo que haría con ella, más si sentir todo el placer de la forma en cómo la tocaría.
    Así ella con losbrazos extendidos y suavemente sujetados y con los ojos cerrados formaría parte de mi lienzo de lo que pretendía dibujar sensualmente sobre ella.

    Para esto en principio saco una caja de bizcotelas, la abro y cojo una de ellas y sensual y suavemente; casi rozándola comienzo aacariciarla sobre ella, primero por la cara y labios; para que pudiera sentirde que se trataba y así la voy deslizando por su cuello y pechos, para luego hacer ligeros contornos alrededor de sus aureolas para comenzar a estimularlas. Luego comienzo a bajar hasta llegar a su ombligo y así hasta la parte interior de los muslos, como haciendo pequeñas pinceladas a todo el largo de sus hermosas piernas, hasta llegar a su ya humedecido clítoris.
    Aquí me entretuve un rato jugando por los alrededores de su entrepierna y sus labios vaginales, pero sólo rozándola y tocándola con aquella bizcotela que dejaba el rastro de sus migajas por las partes de su cuerpo por donde la vengo rozando.
    Aquí de ella comencé a sentir ligeras vibraciones. Su estomago comenzó a sumirse y sus caderas con ligeros movimientos siguieron rítmicamente mis toques.
    Así saco tres bizcotelas más y haciéndoselas sentir todas ellas le formo un pequeño rombo exactamente por debajo de sus senos y dándoles pequeñas lamidas sobre su cuerpo para que también pudiera sentir como iba gozando por aquellas estimulaciones que le daba.
    Luego saco un frasco de crema chantillí, me pongo un poco sobre el dedo y se lo paso nuevamente alrededor de sus labios. Ella con inusual dulzura abre la boca y con su lengua saborea mi dedo con suaves lamidas hasta metérselo completamente en la boca y comienza a chuparlo como si fuera mi miembro.
    Hasta aquí yo estaba tranquilo y relajado, disfrutando lo que venía haciendo con ella, pero esa chupada que me dio al dedo comenzó a estimularme y era algo para lo que aún no estaba dispuesto, por lo que le retiro el dedo. Era yo quien quería estimularla y no al revés; ella ya tendría su oportunidad, sino por allí no lograba contenerme y hubiera terminado todo para lo que había preparado.
    Ya con la crema chantillí en la mano comienzo a untarla con los dedos ligeramente sobre su cuerpo. Haciendo pequeños surcos sobre su cuello, sobre su pecho, formando una pequeña rotonda alrededor de las copas de sus senos para luego cubrirle sus pezones, luego pasando por debajo del rombo que había formado con las bizcotelas una línea extensa hasta el inicio de su clítoris donde dejo estampado un montículo mayor. Nada en exceso, sino terminaría empalagándome para cuando comenzara a comérmela.
    Luego agarro el frasco de fudge que lo había mantenido refrigerado y al igual que la crema se lo hago sentir por los labios en primer lugar y luego comienzo a aplicárselo en paralelo por donde había pasado la crema previamente.
    La sensación de frio del fudge y al ser más pesado que la crema haría que sintiera paso a paso como iba aplicándoselo, hasta aquí ya comenzaba a emitir ligeros gemidos, bien por el friecito que iba sintiendo ó bien por lo que iba sintiendo a medida que se lo aplicaba.
    “No sé qué cómo estarás embarrándome, pero que rico se siente”, me dijo.
    A lo que yo sólo atiné a decirle:
    “Estoy haciendo de ti un pastel y que terminaré comiéndolo”.

    Lo ideal aquí, es no pronunciar palabra alguna. Es simplemente dejarse llevar por lo que se siente y el artista estar completamente comprometido con la creación de su obra.

    Ya estando casi al final de mi creación, saco un frasco de cerezas. Le invito una, la que gustosamente recibe y con las otras termino de decorar su cuerpo perfectamente delineado.
    Primero con la cereza ligeramente humedecida con su néctar comienzo a rozarle ligeramente partes de su cuerpo que quedaban libres. Luego la vuelvo a mojar y llego hasta sus labios vaginales para humedecerlo aún más. Esto motiva que siga emitiendo ligeros gemidos.
    Después comienzo a ponerle las cerezas sobre la crema untada sobre cada uno de sus pezones, otra en medio del rombo formado, otra sobre su ombligo y una última sobre la crema puesta encima en su clítoris, todas presionándolas ligeramente para que siempre pueda sentir lo que venía haciendo sobre ella.

    La decoración de mi pastel había terminado, ahora no quedaba más que probarlo.
    Ella mientras; habría que ver que se imaginaba y/o que venía pensando, puesto ya iba forzando sus amarras y tirando ligeramente de ellas, mientras que sus caderas las subía y bajaba levemente en tanto que sus piernas las frotaba sobre la cama con suaves y ligeros movimientos abriéndolas y cerrándolas, en tanto comenzó a decirme:
    “Cómeme ya, cómeme ya”.

    Luego sujetándole las caderas, para que nunca pierda la sensación de mí, me incorporo y me quito el bóxer, me siento junto a ella y comienzo a darle pequeños besos en sus mejillas. Ella me volteaba la cara como buscando de que la besara en la boca.
    Cada segundo que pasaba sentía que ella hervía más porser poseída, pero estaba en mí controlarme para que su excitación fuera prolongada y saciada todavía en un rato más.

    De allí comienzo a bajar para besarle siempre suavemente el cuello y darle pequeños mordiscos en las orejas, mientras una de mis manos iban frotándole ligeramente la parte interna de sus muslos tratando de llegar a su zona más íntima pero sin llegar a tocarla.
    Luego me pongo encima de ella pero sin echarme sobre ella, y comienzo a lamer poco a poco la crema y el fudge que había puesto sobre ella de tal forma que también sintiera mi lengua pasar por su cuerpo, empezando primero por su pecho para luego llegar a sus senos.

    Una vez en llegado a sus senos, uno por uno froto la ciruela alrededor de sus pezones y me la como para luego comenzar a pasarles la lengua haciendo pequeños círculos sobre ellos hasta que de un solo bocado llevo toda mi boca sobre ellos mordiendo inclusive su pezones ya erectos.
    Ella prohibida de hablar cada vez se contorneaba más y seguía jalando los brazos para intentar soltarse. Ya estaba excitada, pero para mí aún quedaban partes por comer.
    Así bajo hasta su barriga; las bizcotelas las retiro y llego hasta su ombligo para hacer lo mismo.
    Sigo adelante, deleitándome completamente de ella, disfrutando cada pulgada de su hermoso cuerpo y sin nada ni nadie que me detuviera o molestara, yo al igual que ella ya estaba excitado, pero había que seguir, hasta llegar a su clítoris.
    Una vez allí, la cereza que esperaba la retiro y con aún algunos rezagos de crema la paso por sus labios inferiores para terminar dándoles una saboreada sin igual, primero por encima y alrededores para luego introducir ligeramente mi lengua dentro de ella, mientras la veía como con sus manos sujetaba fuertemente el pañuelo que tenía sobre las manos y se iba mordiendo la boca. Síntoma inequívoco de que venía disfrutando a plenitud el momento.
    Una vez que me hube saciado con su hermosa vagina, la misma que ya había dejado completamente mojada, comienzo a subir frotando mi pecho sobre ella, mientras me abría sus piernas para que pudiera penetrarla a placer, y termino por fin dándole gusto.
    Primero lo introduzco suavemente para que fuera sintiendo cada centímetro de mi ya fortalecido miembro hasta lo más profundo de su ser, mientras mis manos iban sujetando su cara para llevar sus labios sobre los míos y besarnos apasionadamente, para luego comenzar a quitarle los pañuelos que sujetaban sus manos.
    Una vez que se sintió liberada no hizo más que abrazarme, comenzar a besarme con deseo y pasión para terminar rodeándome con sus piernas y empujándome hacia arriba para darle más profundidad a la penetración.
    En ese momento para mí la sensualidad había terminado para pasar locamente a la lujuria, siendo mis embestidas muy bien recibidas una y otra vez hasta terminar desahogándome completamente dentro de ella.
    Ambos terminamos melosamente rendidos. Nos quedamos echados y abrazados sobre la cama para terminar diciéndome:
    “Nunca antes había sentido lo que me has hecho sentir, tanto placer y tantas ganas de hacer el amor. Esto lo tenemos que repetir”.
    Fue así que empezó nuestro encuentro para ella más tarde vengarse con el “nantaimori”; que ya será motivo de narrarlo más adelante.
     
    Herramentero, 20 May 2016

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    Estimado Herramentero, solo decirle que usted es un grande eh?¡ Por la planificación de la experiencia
    y de como hizo gozar a la hembra en cuestión, interesante el relato bien definido y con detalles
    Saludos
     
    Icelos230680, 21 May 2016

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    Muy interesante este tipo de placer para una dama... sera motivo de practicarlo
     
    dokkosex, 22 May 2016

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    Estimado dokkosex, y para todos aquellos que quieran hacerlo al menos una vez. Definitivamente es práctica es muy recomendable al menos como mi primera experiencia lo fue; inclusive siendo activo (mi relato), como siendo pasivo (próximo relato), pero en su caso deberán considerar ciertos tips para que le resulte muy placentero y con esto me refiero a:
    1.- Buscar su pareja que no tenga reparos en aceptar esta práctica.
    2.- A ambos le deben gustar los previos largos. En su caso el tiempo lo medirán de acuerdo a la satisfacción de cada uno.
    3.- Utilizar comestibles y/o bebidas que sean del agrado de ambos y no poner nada en exceso, salvo que lo use sólo como decoración más no como para comerlo después.
    4.- Tener en cuenta que esta práctica realmente se usa a la pareja como “fuente” y no se le debe tocar menos terminar en sexo, pero en nuestro caso lo que buscamos es terminar así, por eso al estar ella completamente pasiva, seremos nosotros quienes deberemos darle todo el placer posible y la única manera de hacerlo es que siempre la estés tocando de las diferentes formas que consideres para calentarla para lograr el ansiado final y viceversa si decides tú ser el pasivo.
    Suerte
     
    Herramentero, 23 May 2016

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