Relatos de una jovencita

jajjajajja.. simplemente delicioso... delicioso el compendio, antología, recopilación o como quieras llamarlo de tus relatos.... jajajajja simplemente delicioso y pícaro

 

Felicitaciones por lo escrito, me gusta ese jugueteo que haces con los tiempos lo hace mas interesante aun...

Y por cierto que pretende Ana que Padre no copule nunca JA!
y que decir de la creatividad para recuperar esa corbata simplemente fue grandioso, un golpe sin firma que termino siendo un jaque mate...

Espero mas relatos. Saludos y suerte.

 

Me agradó su relato, muy ordenado y de fácil lectura. Estaremos pendientes de un próximo relato que pueda compartirnos.

Slds,
EA

 

MrQuarzo:
Me da celos en el momento que lo observo, no soy loca. JA! Disculpe mis insolencias. Usted ya sabe más o menos lo que se viene.

Inmortal señor del lado oscuro:
Muchas gracias por leer y por su comentario. Espero no enfrentarme nunca contra usted.

Vidi:
Eres adivina? JA!
No creo que los extorsionadores conozcan cada uno de los calzones de la señora. Lo dejé bien dobladito.
Ya sé quién es D.P.
Nada de pobre Ariana; esa se lo tenía bien reprimido.
Tener regla en ese tiempo hubiera sido genial; la naturaleza me visitó años después de ese acontecimiento. Materias hormonales.
Pinky horse lover forever and ever, amen.
Gracias mal.

Icelos:
Me agrada que le haya causado risa mi relato. Voy a explorar mi lado humorístico. Gracias.

LeonHambriento:
Qué bueno que le guste la forma de mi relato.
Padre debe copular con su pareja. JA! Para eso vive con ella, no? JA!

Sr Moderador:
Muchas gracias por atender mi solicitud y leer mi relato. Es un honor para mí que haya dejado un comentario, creo que no suele hacerlo. Lo molestaré una vez más cuando publique el próximo relato.

 

Cofrades, aquí sólo habrán relatos que ocurrieron hace poco.
El capítulo paréntesis pueden saltarlo; es un regalito nada erótico, nada pornográfico.
Les envío saludos y memorias.

Cargosa y compulsiva

Ariana, cuando se lo propone, puede llegar a ser la persona más cargosa de la galaxia en la que gravitamos. Tanta es su insistencia que llego a aceptar lo que me pide, no porque me haya convencido, sino porque quiero que cierre su boca, o, en su defecto, me hable de otros asuntos. Hace muchos días, un fin de semana, ella llegó a mi piso y de inmediato empezó a recontarme los planes que tenía(mos) para la noche. La típica situación en la que el enamorado de tu amiga le dice a ella que le consiga una amiga para su amigo de corazón delicado; y, para colmo, teníamos que hacerlo de modo que pareciera casualidad: ellos iban a ir al cine y nosotras de shopping fallido, plan de 9 de la noche, bliblí blablá blublú y de ahí a un bar.

Paréntesis

Quienes sienten la necesidad de leer (libros) podrán entender cierta situación en la que a veces (siempre) caigo. ¡JA! Creo yo que un lector que se respeta siempre tiene libros en cola de espera, y no es que estén en la librería esperando a ser comprados, sino que ya están en el estante de su habitación, o, en mi caso, hacinados en mis mesitas de noche; y es que, digamos, por cada tres libros que lees en un mes te compras seis. Lo antedicho sólo es el ambiente que propicia la situación que escribiré a continuación: Te encuentras tendida en la cama, posesa en un capítulo, y al terminarlo, te levantas porque quieres algo de tomar, buscas el marcador de página, pero no está, siempre se pierden, entonces doblas la esquina superior de la página y ya. Cuando estás por volver a tu posición lectora (pancita abajo) ves una portada o lees el título de otro libro el cual provoca el impulso de darle una ojeada que minutos después se convierte en un capítulo leído, lo que a su vez causa una lectura intercalada de libros; aquello es manejable, el inconveniente sobreviene cuando tienes cinco libros en tu cama y ya estás enganchada con todos ellos. Al principio todo bien, lees un capítulo de uno y luego lees otro capítulo de otro, y así sucesivamente. Sin embargo, luego de unas horas, te das cuenta que la historia de uno de ellos es más atrayente que la de los otros, o, en otro caso, te das cuenta que es mejor terminar de leer el libro con menos páginas; pero, cuando decides hacer lo último, terminas de leer el libro con mayor páginas en un mes o más, lo cual me parece una vergüenza colosal.

Después de un sabroso entremés sigamos con Cargosa y Compulsiva

Estaba yo pues recontra posesa con cinco libros en la cama y…sonó el timbre, y siguió sonando. No quise abrir, no esperaba a nadie: Había olvidado totalmente lo que Ariana había planeado para ese día.

Cuando estoy en ese estado de lectora posesa suelo apagar el teléfono celular. No sé cuántas veces más timbró el timbre; aproximo unas veinte veces más, y luego escuché un grito.

-¡ANAAAAAAAAAAA!

Salí de mi posesión y recordé todo. Me dio una pereza tremenda.

Cuando salgo con un hombre que me interesa suelo arreglarme sin apuros, me pruebo varios vestidos cortos hasta dar con el elegido, tengo que estar perfecta; pero aquella vez yo ni bañarme quería. Me vestí con un jean y una blusita nada más porque ya no está haciendo frío. Ariana al verme me dijo: Por si acaso no vamos a ir al cono norte.

<<Las disculpas del caso si ofendí a alguien con lo antedicho>> ¡JA!

Ella si estaba bien vestidita y arreglada, como se debe estar cuando vas a encontrarte con el hombre con quien pasarás la noche, y más aún cuando él es guapo. Ariana lo conoció en una sesión de fotos para una revista de ropa.

Al final Ariana terminó desnudándome y me aventó uno de mis vestidos que encontró en mi armario. Abrió el cajón de mi ropa interior y extrajo una tanguita, la cual también me la aventó. Me negué a ponérmela, sin embargo ella se me acercó con la intención de quitarme la trusita que ya tenía puesta. Pasamos minutos revolcándonos en la cama sin que ella lo lograra.

Eduardo

Eduardo, amigo del enamorado de Ariana, es un chico alto y guapo; pero sumamente aburrido para mí. El típico chico a quien le gustas de inmediato, y que te habla de materias que a ti te gustan, no porque a él le gusten sino porque tu amiga se lo dijo. Aparte de eso, desde que tuve cierta edad para salir, los hombres de menos de treinta años siempre me han parecido aburridos. Ariana se dio cuenta de mi aburrimiento, y pasamos de dos charlas emparejadas a una charla de cuatro personas. El enamorado de Ariana es contemporáneo de Eduardo; pero el primero al menos habla de lo que le gusta, así sea una de las cosas más aburridas del mundo, no trata de ser otra persona o caerte bien. Se pusieron a hablar de autos, o como le dicen ellos: de fierros.

Alex

Entraron al bar un grupo de chicos, uno de ellos se enlazó visualmente conmigo y el enlace no se deshizo hasta que se sentaron a la barra. Se le veía joven; sin embargo había algo en su mirada que lo hacía ver mayor que sus amigos. Quizá su ceño adusto, pues no he visto a chicos jóvenes que lleven ese ceño, sobre todo en un bar donde todos están sonrientes. Se le veía lindo, a pesar de ser él el más bajo del grupo, a pesar de su postura y de su mirada de &#8220;yo no pertenezco aquí&#8221;.

Le estuve observando sin que él me mirara. Era el que menos se reía de su grupo; pero era el que más sorbos daba a su bebida. Sus amigos tomaban tragos preparados, él cerveza.

Coincidentemente una escena casi idéntica sucedía en mi mesa, con la diferencia de que yo llevaba rato con mi primera cerveza y él ya iba por la número cuatro. Ariana, mirando a la barra, me pregunta: ¿Qué estás mirando? Le respondo que me ha provocado sentarme por allá. Ariana le consulta a Erick, su enamorado: ¿Esos chicos que están en la barra no estuvieron en la sesión de fotos de ayer?

Erick, sonriendo, coge su celular y hace una llamada, viendo hacia la barra. El chico, a quien yo estaba mirando, saca su celular.

-Alex, Chinazo, mira a tu derecha.

Alex, el chico del ceño adusto, mira hacia nuestra mesa y saluda con la mano.

-Vente para acá pues Chinazo con todos esos chinazos.

Nos cambiaron a una mesa más amplia. Al principio Eduardo estaba al lado mío; pero ahora yo tenía al lado izquierdo a un chico, al lado derecho otro y al frente dos. Eran chicos que también trabajan como maniquíes, a excepción de Alex, quien es fotógrafo. Después de una breve conversación entre ellos, aquellos chicos, a excepción de Alex, me comenzaron a bombardear con preguntas.

A Alex era al único a quien no le respondía con monosílabos. Estaba entretenida con él, y de ello se dio cuenta Ariana, quien me miraba molesta, no sé si por celos o porque estaba ignorando a Eduardo. Alex estaba sentado delante de mí; pero luego pasó a sentarse a mi lado. Ahí pude ver bien su rostro, y vi que la rueda del tiempo recorrió más caminos en él que por cualquiera que estábamos a la mesa. Después de sospecharle su edad, él terminó aceptando, sorprendido, que le atiné. Soy un chiquiviejo, me dijo.

Mi segunda copa estaba por la mitad para cuando él empezó a rozar su mano en mi pierna. Luego la conversación rondó asuntos de cama, asuntos que ninguno quería esquivar. Las consecuencias en él fueron visibles, vi su erección aprisionada en el pantalón. Sutilmente, me propuso pasar la noche en un hostal. Le dije que no se iba a poder, al menos no con él; pero sí podíamos ir a mi piso. Terminé de un sorbo lo que restaba en mi copa y le dije:&#8221; Ya vengo, voy a los servicios. Cuando regrese nos vamos.&#8221;

No demoré mucho. Cuando regresé no había nadie en la mesa, había vasos rotos y licor derramado sobre ella y en el piso. Una chica de otra mesa me dice: A tus amigos los han sacado porque se pelearon. Me disponía a salir, pero el mozo me dijo que nadie había pagado la cuenta. Así que tuve que pagarla. Ni bien crucé la salida vi clarito como Alex, con la cara ensangrentada, derribaba de un puñetazo a Eduardo. Ariana gritaba histérica: lo has matado, lo has matado. Me acerqué dónde yacía Eduardo, noté que sólo tenía el labio roto y la ceja algo hinchada. Abrió los ojos y se puso de pie para luego ir en busca de Alex, quien ya se estaba yendo. Alex giró y se deshizo de sus amigos quienes lo estaban alejando de una posible continuación de la pelea. Eduardo iba violentamente hacia Alex. Este último esperaba el choque de Eduardo, con los brazos cubriendo su pecho y los puños la cara. Eduardo dio varios golpes, entre puñetes y patadas: los puñetes hacia la cara eran bloqueados por los brazos, y los que le daban en el cuerpo parecía no afectarle a Alex; todas las patadas las recibió el aire. Alex dejo su postura defensiva y lanzó un golpe de puño hacia la cara de Eduardo, este lo esquivó a penas; pero le cayó en el hombro, el cual lo hizo trastabillar hacia atrás. Parecía que iba a retomar el equilibrio fácilmente hasta que se encontró con un desnivel, de esos que hay entre las veredas y las pistas, y ¡PAF!

Chiquito y Erick

Alex al ver que Eduardo había caído fue hacia él para golpearlo; pero Erick se interpuso, cogió de los brazos a Alex y lo llevó hasta una pared y le dijo que se fuera. Alex, antes de irse, me miró y se despidió con la mano. Por un momento pensé que se iba a pelear con Erick; pero Erick supo manejarlo, ojala hubiera intervenido antes. Ariana estaba tratando de despertar al pobre Eduardo que había quedado desmayado por la caída. Yo estaba en la puerta del bar con los chicos de seguridad, pues mi amigo Chiquito podría salir en mi defensa en caso Eduardo tenga alguna represalia contra mí. En efecto, después que se repuso Eduardo y notara mi presencia se acercó hacia mí gritándome perra y cosas de la misma índole; pero cuando ya estaba a unos pasos de mí, Chiquito me tomó del brazo y me colocó detrás de sí. Chiquito, hombre adulto, negro, calvo, robusto y alto le dijo: Oe huevonazo, un chato te ha sacado la y vienes a buscar bronca por acá. Arranca no más, gilazo.

Eduardo, empezó a insultarlo: los típicos insultos que la gente blanca adinerada les da a quienes no lo son. Bastó que Chiquito diera tres pasos rápidos en dirección hacia Eduardo para que éste saliera disparado.

Pararon un taxi. Ariana me hacía señas con la mano para que yo fuera; pero me negué. Se acercó y le dije que no iba a subir al taxi mientras Eduardo estuviese ahí, ya llamaré un taxi le dije. Se fueron todos.

Me entretuve hablando con los chicos de seguridad mientras esperaba el taxi. A pesar de la apariencia de Chiquito, me parece una persona muy tierna y con un gran sentido del humor: es un vacilón.

Cuando llegó el taxi, Chiquito, muy caballero él, se acercó al auto para abrirme la puerta. Le di un beso en la mejilla antes de subir y ya en el taxi le dejé que viera algo más que mis piernas. Puso una cara de enfermo única. Te llamó, me dijo.

Ya rumbo a casa, pocos minutos después de haber iniciado el camino, veo a Erick caminando, Le digo al taxista que pare para recogerlo. Erick sube y me dice que se había peleado con Ariana y que él quería irse a un bar a seguir tomando. Le dije que yo lo podía a acompañar, al fin y al cabo, aún era temprano.

Yo no estaba tomando licor, sólo agua. Él empezó a soltar toda su incomodidad por lo acontecido horas antes. Y así fue como me dijo la verdad: Eduardo no era amigo de él, sino un ex de Ariana. No sé por qué Ariana nos habrá mentido a ambos, a mí me dio igual; pero Erick sí estaba molesto. Entonces empecé a hablarle de otras cosas para que se distrajera. La pasamos bien.

Cuando salimos del bar él estaba mareado, el mismo lo admitió diciendo: Se me pasó la mano, Anita. Le dije que fuéramos a mi piso hasta que se le pase. Aceptó.

Cuando llegamos a mi piso le pregunté: ¿Quieres dormir en el cuarto de huéspedes o en el sofá? Me respondió &#8220;contigo&#8221;. Lo miré y le dije &#8220;estás borracho&#8221;. Se me acercó y me tomó fuerte de la cintura. Ya lo hemos hecho otras veces, me dijo. Era cierto, ya habíamos adornado a Ariana un par de veces. Una vez más, qué más da. Aparte, yo ya tenía la idea de no pasar la noche sola. Así que, ganitas tenía. Lo llevé a mi habitación besándolo, cuidando su equilibrio, caímos sobre los libros que había en la cama, él se desnudó, yo hice lo mismo. De inmediato me prendí de su verga depilada, clarita, suave y erecta, y le di una rica mamadita hasta ponérsela durita durita. Cuando ya me provocó ser penetrada, subí besando sus abdominales hasta llegar a su boca. Me posé sobre él, cogí su verga y me la coloqué en la conchita. Empecé a moverme despacio hacia atrás y adelante, viéndolo a los ojos, viendo su placer, luego en círculos, clavando mis uñas en sus pectorales, y cuando ya sentía que podía venirme empecé a dar saltitos, gimiendo cada vez más fuerte hasta que se desencadenó el orgasmo y solté mi humedad: Me vine muy rico. Volví a llevar mi boca a su verga y se la chupé despacio, paseando mi lengua alrededor de su cabeza, bajando y subiendo por el tronco, y succionando sus testículos. Se la mamé hasta que los chorros de semen llegaron a mi boca.

Ariana lo llamó, no sé de qué hablarían; luego él me dijo que se tenía que ir. Me quedé con ganitas. Recogí mis libros y los puse nuevamente sobre mi cama, y me puse a leer&#8221; La cabaña del tío Tom&#8221;. De inmediato se me vino a la mente Chiquito, quien desde que lo conocí siempre me llama y me escribe. Hemos salido unas cuántas veces; pero nunca pasó nada. Está en la friendzone; pero me gusta calentarlo.

Le mandé una foto mía en ropa interior, después me envió varios mensajes bonitos y tiernos; yo le respondí que se lo había enviado por error. Me invitó a salir. Acepté. Estuvimos en mi piso, pero no pasó nada, y creo que nunca pasará. La única forma de que pase es que me agarre a la fuerza, pues disfruto mucho cuando el sexo se presenta de esa forma. Cuando era más jovencita se presentaban frecuentemente; pero ahora ya no. Chiquito es una persona tierna y con sus maneras sólo logrará besitos en la mejilla, no mi conchita.

 

¡envido la cantidad de libros que lees. ¡viva la solteria!

Hubo un tiempo adolescente en el que apilaba.mis libros como "almohada hombre" y quedaba abrazada, dormida con ellos. Tiempos que no volveran.

'Una casa sin libros, es una casa sin alma".

Y bueno, del resto. Ya los cofras se van a deshacer en los halagos y aplausos.

Solo ¡carambas! No desaparezcas.

Sobre tu comentario "del cono norte" no lo entendi. Eres joven y la moda va contigo y viceversa.

A mi esas cosas nunca me importaron, la cantidad de veces que me he movido en pijamas en mi cole no escolarizado, en la calle, de viaje.

Lo dicho, ni loca por los tacos (si fuera dictamen, los prohibiria de por vida, ¡cuantas llorarian esta regla!) y las conductas "de etiqueta" un "tener porque deber pero jamas querer" (odie esas clases continuas de "charm" que en mi cole de diez años dictaban obligatoriamente a las niñas)

En la calle si me da sed y no quiero agua, me comprare un litro de leche sin lactosa y la voy a beber de pico.

Cualquier trapo, pero una sola situacion, el accesorio con el que en definitiva no saldre de casa: Aguas de Baño, o Aguas de Perfume.

Nunca te pregunte: ¿cual era el perfume aquel que rociaste en la ropa del chico "unicornio"?.

Solo en eso, soy una obsesiva maldita. Mi primer agua de baño, fue un regalo de mi Abuela: "Flor de Interdit" de la casa Givenchy. En adelante, la lista es larguisisisisisisimaaaa.

Ana ¡encandilante, calienta p*ll*s! Tengo algunas amigas como tu (icono de corazoncito <3 <3 )

¡siempre es bueno verte! (Y lo sabes).

¡Loca!

=)

 

No son tantos libros.
La fragancia era Fearless de Victoria Secret, creo, pero si era de Victoria.
Siempre es bueno un poco de charm. JA!
No delates a tus amigas, los cofras te van a llenar la bandeja con MPs.
Saluditos.

 

Este fue un relato de duos! Hubieron tantos que me perdí un poco...
Ariana es la "Cargosa y compulsiva" o sólo la cargosa y tú la compulsiva?
Y la pelea, comenzó tan absurda como la sostenida por los pretendientes de Bridget Jones y terminó tan ruda y sangrienta como la disputada por Helena de Troya.
Y todo para que?, para que venga un tercero (Erick) y se coma la manzana de la discordia.
Así es el destino?, o sólo son esas extrañas coincidencias de tu vida, en donde los hombres de tu entorno, son las víctimas de las telarañas que Ariana y tú entretejen?

Arácnidos saludos!

 

¿Llenarme la bandeja? no mija. Conmigo los cofras nada de eso.

Hubo un solo forista con el que mantuve una comunicación fluida (mps aquí, mps allá) pero yo no soy bomboncita, ni él es "el cofrade X".

De todas formas, casi siempre, inevitablemente, incomprensiblemente, estúpidamente, ilógicamente, él posteara e invariablemente, me derretiré. (no me regañes, no me regañes, pero esa es la verdad, vamos a echarle la culpa a Baudelaire).

ah! olvide decirte hija del cono norte fui, pero no estoy muy segura si Cono norte me reconoce como tal. ¿una hija enclaustrada en su casa? ¿puede ser?.

El "dateo" es cosa de ellos. "La info primicia" se maneja en las otras zonas del foro.

Buen finde

Vidi

 

buena historia la sigo leyendo en el trabajo, no fui a almorzar, pero como lo dije en otro post vale la pena leerte

 

AnaBanAna eres toda una maestra en la redacción de tus historia, anécdotas o experiencias... Pero aún no me has respondido si vas en el metropolitano? Te preguntarás porqué pregunto eso, pues es simple, no quiero ser parte de tu historia, sino conocer una experiencia más de tu mojada personalidad. Saludos.

 

Hola,Polo, discúlpame por la demora.
Gracias por tomarte el tiempo de leerme.
Hubo un tiempo en el que sí usaba constantemente ese medio de transporte. Lo mejor era quedarse cerca a las puertas, era fijo que algo pasaba.
Ahora casi no uso transporte público.

 

Ah si... mi caso es inverso, ahora lo estoy usando constantemente y en las puertas es donde suceden los pequeños sentires... A ver si un día te vienes por el metro y revives tales experiencias... besos.

 

AnaBanAna me gustó tu ultimo relato mas que los anteriores, será que porque no hay un final predecible. Sales con Eduardo, coqueteas con Alex, calientas a Chiquito y terminas con Erick....

 

Muy buena