Fantasías exhibicionistas con mi mujer.

Tema en 'Relatos Eróticos Peruanos' iniciado por Srdestroyer, 18 Mar 2015.

    Srdestroyer

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    Esto paso cuando viajaba con mi anterior pareja, la cual es una mujer muy bella y esbelta, debido al cuidado personal muy exigente al que se somete. Para tener una pequeña idea de qué tan bella es ella, tan solo es necesario saber que siempre que anda por la calle o va a algún lugar sola o acompañada, muchas miradas de hombres hambrientos examinan toda parte de su cuerpo.

    Siempre hemos tenido temas de conversación profundas y nos contábamos nuestros secretos más escondidos, aquello es lo que mejor recuerdo, todas las fantasías con las cuales soñábamos o imaginábamos nos las mencionábamos, sin importar si fuere de nuestro agrado o no, tan solo escogíamos los que nos parecía excitante a ambos y en la medida en que se pueda realizar, lo tratábamos de hacer, en muchos casos sí pudimos concretar tales aventuras personales e íntimas.

    Alejado de las típicas fantasías sexuales las que yo creo que la gran mayoría sueñan, yo más bien me he acercado hacia lo que es el exhibicionismo, vouyerismo y seducción a terceros. Básicamente no me siento mal cuando ella es observada por ajenos, ciertamente, hay momentos y momentos, pero cuando tengo la sensación de que alguien desconocido y "fuera de su liga" observa de reojo el contorno y figura de mi mujer, tengo esa curiosidad de saber qué es lo que esa persona ve e imagina. Este capricho lo he alimentado desde hace mucho tiempo, como cuando con otras parejas nos íbamos a los parques o demás lugares ocultos para hacer lo que fuera que el deseo mandase.

    Como sabía que tenía a la mujer que muchos desean, era fácil conseguir la atención de las "victimas" (término con el cuál nos referíamos a quienes eran objeto de nuestras provocaciones). Para comenzar, instalar aquel deseo en ella fue un poco difícil, dependiendo de la personalidad, para algunas personas les es más complicado acceder a las maquinaciones de sus parejas, pero con el tiempo adecuado y la correcta utilización de palabras, convencer y hacerla sentir tan ansiosa como yo no es imposible. Luego de comentarle y expresarle mis deseos exhibicionistas, ella lo aceptó y gustó de la idea, posteriormente.

    Comenzamos con elementos básicos de exhibición, poco a poco. Primero hacía que ella vistiera tops muy escotados y que se lo baje un poco para mostrar algunas partes del sostén cuando, por ejemplo, íbamos a una tienda y ella preguntaba a algún ayudante solitario. Luego, cuando el gusto por el juego seguía en aumento, ella podía caminar con la bragueta y el botón del pantalón desabrochado en algunos lugares donde solo concurrían pocas personas. Ciertamente, cuando pasábamos momentos un poco más solitarios en parques, ella ya estaba dispuesta a desabrocharse el pantalón y bajárselo unos centímetros para enseñar a cualquiera que pase por allí una fina ropa interior, que en su mayoría eran tangas. Cualquiera que se topara con ella podía mirarle el calzón, y como es una mujer muy apetecible, los mirones no paraban de dar vueltas repetidas para observar lo que desearan. Ella se tendía a dormir. Un día, un wachiman se nos acercó para avisarnos que nos retiremos porque ya iban a cerrar y ella, pantalón bajo, le dijo que se quería quedar un rato más a descansar. El joven le pidió que por favor se subiera el pantalón porque se le veía todo el calzón. Pero ella no hizo más que ignorarlo por un rato y le dio la espalda de una vuelta, mostrándole las nalgas, luego le dijo que no le importara quién le veía el calzón y que sería mejor que nos dejara en paz. Yo no había hecho nada más que observar, pero mi excitación era muy elevada. Tenía ganas de desnudarla y comerle la vagina a besos allí, pero tuve que controlar mi deseo hasta esa noche en mi departamento.

    Al hacer el amor ambos nos decíamos lo que habíamos hecho aquel día y recordábamos, aquellos fueron los mejores placeres que he tenido en mi vida, que luego de hacer algo excitante juntos, hagamos el amor recordando y fantaseando con más elementos.

    ........................................................................................

    Cuando nos íbamos de viaje, usualmente nos alejábamos de ciertos lugares donde podamos estar a solas para desnudarnos, tomarnos fotos y hacer el amor muy apasionadamente. Siempre hacía que ella llevara varias prendas interiores para fotografiarla, siempre variando las poses y los lugares; por ejemplo, podía tomarle una foto usando lencería cerca del lecho de un río o completamente desnuda sobre unas piedras. Siempre que veíamos algún espacio donde podamos crear nuestro arte lo aprovechábamos al máximo. En cierta laguna, alguna vez, fuimos con una pareja de extraños y un guía de la localidad joven, cuando llegamos, vimos la laguna y le pedimos al guía que nos tome algunas fotos. Ese fue uno de los momentos más apasionados y eróticos de mi vida. Mientras yo observaba todo y a la par mi miembro despertaba fuertemente, el joven debía tomar fotos a mi mujer. Primero con la ropa normal y con el paso del tiempo ella iba desvistiéndose prenda por prenda, siempre posando para la cámara mientras se sacaba la ropa. El muchacho al ver tremenda mujer despertó su alma de fotógrafo y comenzó a registrar cada parte de su cuerpo con la cámara. Luego tuve que entrar en la escena, mientras él seguía capturando el momento, yo sobaba su cuerpo a modo de pose artística. Luego de que mi libido estaba a mil, con mis manos le bajaba la tanga negra para dejarla parcialmente desnuda. Hice lo mismo con el sostén y quedó desnuda al cien por ciento. Yo también me desnude y entramos a la laguna a bañarnos, claro, cada momento estaba siento fotografiado.

    Una vez terminada la sesión, solo habíamos quedado los 3, la otra pareja se había ido, me puse un short y ella se cambió de ropa interior por una truza íntima de color blanco con bordes celestes con un top negro. Así nos quedamos un buen momento a hablar. La conversación se puso muy interesante luego de que yo le había dicho al guía de que no tenía problema alguno que viera a mi mujer, y en caso de que quisiera tocarla, debía preguntarle eso a ella. Nos sacamos un par de fotos más y él pidió salir con ella en alguna foto, al menos. Ambos accedieron y comenzaron a salir en las fotos.

    Al comienzo eran fotos donde la frialdad se notaba, el nerviosismo del joven era evidente y no quería ser tan atrevido. Con la insistencia de ella y mi aceptación, comenzaron a hacer mejores aproximaciones entre ellos para salir en las fotos. Alguna de ellas eran de tono artístico, en cambio, otras se notaba más el jugueteo de seducción ante la cámara; por ejemplo, cuando él parado, ella lo abraza y dando la espalda a la cámara hunde su cadera para mostrar con énsafis las nalgas. Varias otras de las fotos eras abrazos y poses coquetas de ambos, aunque eran coquetas, yo sabía que aún se podía jugar con más, así que propuse que él la toque a ella. No hubo negación. Se pararon ambos y ella, de costado a él, subió una pierna que se le pegaba al muslo, él, por su parte, debía tocar su cadera, pero le recomendé que meta la mano dentro de la tira del calzón y la estire hacia abajo un poco. Aquella foto salió perfecta. Luego hice que ella se siente sobre su pecho con las piernas abiertas mientras él la cogía de los tobillos; también que él se siente y ella se siente sobre sus hombros, rodeando su cuello con las piernas, luego, la misma pose, solo que él estaría al revés y su rostro tocaría directamente su vientre y sostenga con sus manos las nalgas de mi mujer. Otras más atrevidas fijaron una parte del cuerpo de ella, él debía morder y jalar su truza hacia arriba mientras ella erguía las nalgas. Varias tomas después consistieron en mordidas a la tela de la ropa de mi mujer o besos a los muslos o pies. Propuse luego que él le quite la truza que ella tenía puesta y que le ponga una tanga negra que había traído, pero se la debía sacar con los dientes y tenía que ponerle luego la otra prenda mientras se situaba detrás de ella, rozando su cuerpo.

    ................................... Continuará......................................
     
    Srdestroyer, 18 Mar 2015

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    Relato muy hot....
     
    xmorfeo, 18 Mar 2015

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    Que buena cofra espero la continuacion
     
    Duroct, 21 Mar 2015

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    Srdestroyer

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    ...............Continuación.....................

    Durante el momento en el que propuse que él la desvista y la vuelva a vestir, todos estábamos con el bichito de la excitación; uno, porque estaba logrando mi fantasía de ver a mi mujer siendo observada, tocada y deseada por una persona que no conocíamos; dos, porque a ella le gustaba ser deseada y, conforme los roces eróticos y el arte, desbordaba mucha más sensualidad que cuando nosotros dos hacíamos travesuras juntos y; tres, porque el joven muchacho tal vez nunca había tenido la oportunidad de participar en una sesión tan candente como esa y con una mujer alta y bella. Se podía decir que ambos tres nos conectamos muy bien y podíamos sintonizar nuestros deseos ya sin ningún tipo de negación, más bien, cada idea la reforzábamos con mayores detalles que eran reflejo de los deseos de cada persona involucrada.

    Ni bien mencioné la idea del cambio de truzas, él apegó su cuerpo con el de ella por detrás, y haciendo como si ella fuera de su pertenencia, puso sus manos una sobre su muslo y otra sobando la cadera y el vientre, mientras que ella daba esbozos de excitación con sonrisas. Ella aceptó el reto con la mirada traviesa, él, reafirmó el acto tan seguro de sí mismo como si él fuera quien la poseyera como pareja y yo no. Si bien sentí un poco de celos en ese momento, tenía que seguir el juego, ya que era parte de la aventura. Luego todo regresaría a la normalidad.

    Para seguir viendo tal escena sensual donde el extraño aún seguía cogiendo a mi novia desde atrás, les dije que no se movieran para que yo vaya a sacar la tanga de la mochila. Ellos dos seguían en la misma pose, ella hacía como que se arreglaba el cabello y respiraba tranquilamente mientras las manos del joven seguían recorriendo su cuerpo semidesnudo. -Aquí está, toma-. Le llevé la tanga y el muchacho la guardó dentro de su pantalón. Buena jugada. Ella rió. Regresé a mi posición para tomar la cámara y dije: "Acción".

    Ella llevó sus manos hacia arriba para sostener su cabello y se quedó casi quieta, mientras que él se agachaba detrás de ella mientras respiraba muy de cerca a la silueta de su cuerpo. Acerqué el encuadre de la cámara para registrar el momento en que su boca mordía el borde de tela elástica de la truza blanca, luego hice otra toma de él mordiendo y jalando hacia abajo la misma y para terminar esa parte, hice dos tomas, una detrás de ella para observar con detalle el jalón y cómo se distorsionaba la forma de la prenda al rozar con las nalgas, y otra de cuerpo entero, en el que ella hacía mueca de sorpresa, con las piernas entrecerradas y las manos en el pelo. Detuve esa escena tal y como estaba para que ellos cambien de posición, esta vez, él tendría que irse hacia el otro lado de ella para bajar con sus dientes la parte de la prenda que no había sido jalada. Así, la idea es que se vea el proceso del bajado total de la prenda, paso por paso. Hicimos casi las mismas tomas con pequeñas variaciones y al final ella quedó con ambas aletas de la truza bajas pero con una parte considerable de tela que cubría la zona genital. Solo habían unos pequeños rastros de bellos púbicos finamente depilados, aquello le daba un mayor grado de intimidad, la cual sería totalmente descubierta por el muchacho.

    En la siguiente parte pensé cómo debía ser el proceso de desnudamiento inferior, así que los dejé casi en la misma posición hasta que le ordené al muchacho que acerque sus dientes sobre la parte de telita que aún faltaba modificar de lugar. Su barbilla rozaba plenamente con la parte superior del genital y respiraba hondo para oler el aroma de ella. Así, pues, comenzó el proceso, mientras yo registraba con la cámara de cerca, él iba bajando muy lentamente su cuello para descubrir, primero, pequeños rastros de bellitos pardos, a la par, sus manos saboreaban la superficie de los muslos y glúteos de la mujer. Ella estaba sobreexcitada por el movimiento de sus dientes rozando su parte íntima mientras tocaba su cuerpo. Yo tenía una super erección al observar la sensualidad que se desbordaba en ellos dos.

    Había cierta humedad no notoria para el lente en la truza, y aquello era lo que importaba. Una vez hubo bajado el calzoncito, él se acercó lentamente a su intimidad y la olió, aquello era sumamente improvisado, no había pensado en aquello, pero me gustaba mucho, así que tenía que registrarlo. Ella, por su parte, respiraba muy hondo y tenía los ojos cerrados. Inmediatamente después él sacó la lengua y dando pequeñas punzadas desde la zona púbica quería bajar completamente hasta rozar y saborear la belleza de su sexo. Inesperadamente, como una reacción felina, ella separó la cara de su sexo, luego dijo que hasta allí no llegaría con él, ya que eso tan solo me lo tenía reservado para mí.

    ............................................................

    A pesar de la única negativa, la cual tuve que comprender también al cabo de un instante, yo también afirmé lo que ella dijo, era cierto, pues, habían cosas que solo nosotros nos confiábamos. Repetimos el mismo proceso de ponerle la tanga a ella, ahora, ya parecía una modelo de lencería y ambos hombres estábamos notoriamente excitados. Descansamos un rato de las fotos.

    Mientras ella, por el calor, aún usaba esa tanga, el otro se desnudó para ir a darse un baño en la laguna y dijo que vayamos con él. Nos quedamos un momento a tomar sol y a no hablar sobre lo que pasó o lo que estaba pasando en ese momento, ya que las palabras en ese momento podían malograr la magia, tan solo bastaba con sentir y mirar para vivir aquel sueño. Desde al fondo ambos notábamos las miradas del joven hacia el cuerpo de ella. Pasado más rato, ya hartos de haber sido invitados muchas veces a bañarnos, entramos totalmente desnudos a la laguna, precisa ocasión para descubrirnos y mirar al cien por cierto todos nuestros cuerpos. Llenos de erotismo hasta la médula, jugamos los tres una especie de lucha donde el contacto sobraba. No debo mentir, ya que acepto que los tres nos tocamos mucho, pero la fiesta rondaba en torno a ella. Él jugaba con ella suavemente y rozaba sus pechos, en algunas ocasiones las tocó con las manos. Y ella al jugar conmigo, hacía que ella estuviera sobre mi pero en posición en cuatro para darle una visión privilegiada de la vagina y el anillo. Mucho después ella me contó que él sí había rozado varias veces la labia con sus dedos, pero que fue suficientemente rápido como para quejarse. Hastiados luego de jugar, cansados fuimos a la orilla a descansar, nos secamos y nos pusimos ropas de baño. Ella se había puesto la misma tanga negra con la que habíamos tomado fotos y un sostén negro también. Ya cansados ambos, ella se echó en mis piernas y él pidió permiso para hacer lo mismo, pero en las piernas de ella. Ambos dijimos que sí y descansó plácidamente su cabeza sobre el muslo cerca de su entrepierna, mientras que la otra pierna se sostenía sobre él. Al cabo de un rato todos nos dormimos profundamente.

    Lentamente desperté luego y los miré a los dos, él había acercado su cara hasta rozar su rostro con la tela negra que separaba la entrepierna de él, mientras que la mano de ella estaba sobre su pelo, como si hubiera hecho caricias hasta quedar dormida. No sé que habría hecho allí, supuse que la habría besado.


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    Srdestroyer, 24 Mar 2015

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