Mis aventuras en Chiclayo. Real con fotos (Calidad Chicomalomalo)

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El despertador del cuarto del Hotel sonaba insistentemente mientras yo estaba tendido en la cama con un ojo abierto y el otro cerrado como animándome a levantarme. Prendo el celular, ese compañero fiel de andanzas y demás, que me acompaña desde hace 3 años y que nunca me falla y me meto a la ducha. Hago mis planes para mis actividades en la ciudad de Chiclayo, tengo que hacer la mayor cantidad de cosas programadas debido a que solo me quedare aquí dos días. Después tengo que regresar a Trujillo.
Por motivos de chamba, parte de mis actividades son en la localidad de Pomalca, una azucarera ubicada a unos 15 minutos de la ciudad. Los trámites en contabilidad y en tesorería son muy engorrosos y lentos así que paso la mayor parte de la mañana en muchas oficinas llevando y sellando mis facturas. Es hora de almorzar.
Como es bien sabido Pomalca es una localidad algo pequeña y la comida más fresca y sabrosa se vende en los restaurantes que se encuentran alrededor del mercado, casi frente a la empresa agroindustrial. Escojo de todos los locales al mejor, el que tiene un poco más de gente, que se vea aseado y que tenga en su lista de comidas algún plato que me provoque. Leo en el pizarrón de afuera “Hoy Espesado” (plato típico de los días lunes). Me animo y entro mientras la gente pasa por todos lados haciendo bulla y comentando que la comida estaba buena.
Se me acerca la mesera, una chica poco agraciada, pero tampoco fea, algo subidita de peso, piel blanca, unos 20 años, cabello corto, nariz respingada, labios gruesos, tetas de regular tamaño pero de caderas y nalgas muy bien proporcionadas. Me dice:
-¿Qué se va a servir? Tenemos platos a la carta y menú del día- sonriendo pícaramente y me fijo en sus ojos, con un ligero toque de color miel.
-Le digo: “dame un espesado especial” mientras ella se mata de risa y me dice que no existe ese plato que el espesado solo es espesado y punto, no hay plato especial. Después de sonreírnos mutuamente llega el plato a mi mesa. Lo devoro en menos de cinco minutos. Le pago con un billete de cien soles y la mesera me mira con cara de susto. Me dice que no tiene vuelto y que se iría a tratar de cambiar. Al cabo de diez minutos llega derrotada y sin sencillo, yo tampoco no tenía ni siquiera una sola moneda. Entonces le digo que iba a las oficinas y que al regreso en más o menos una hora y media me tenga a la mano el vuelto. Y en efecto, regreso y encuentro el restaurante semicerrado. No había nadie dentro de el, pero se escuchaban ruidos de platos en la zona de la cocina.
-Hola, ¿se puede? Digo en voz medianamente alta.
-Pasa amigo, me dice la mesera, espérame 2 minutos salgo enseguida. Mientras ella voltea a cerciorarse que era yo el que había entrado. Me dice además: “Cierra la reja por favor”.
La curiosidad me mataba por hacerle alguna broma a aquella muchachita reilona y amable. Me acerco a la puerta de la cocina y la veo subida en una parihuela de madera para que pueda alcanzar el lavadero. Dirijo mis ojos a sus piernas y veo un par de piernas blancas de muy buen aspecto, una minifalda de jean (no me había dado cuenta de ese detalle inicialmente) y un polo con ligeros tonos fucsias y un mandil de plástico para cuidar el aseo. Entre mis adentros pensaba: “No está nada mal”, “esas piernas están bonitas”, “esa piel blanca me pone a mil”, además “me encantan las chatas”. Luego sale la mesera y me dice:
-Me tuve que ir a cambiar lejos y recién he conseguido sencillo. Toma aquí está tu vuelto.
-Le respondo: Tengo sed, hay que servirnos un par de gaseosas, quieres? A lo que ella sonríe muy amablemente y viene trayendo dos gaseosas a la mesa. Conversamos de todo, me dice que se llama Paola, que es de Pomalca y que tiene 19 años y que está trabajando por que está de vacaciones en su instituto en Chiclayo. La gordita es algo amigable y sobre todo muy sonriente, me doy cuenta que le gusta reírse así que le ataco por ese lado, me hago lo mas “chistoso” posible y se ríe como loca. Luego me dice que tiene que irse a Chiclayo a pagar su pensión del instituto y le comento que estoy solo de paso pero que estaré aquí por dos días. Le lanzo una bombarda pequeña:
-Si quieres vamos a Chiclayo, yo salgo para allá en unos 15 minutos, solo recojo unos papeles y regreso para acompañarnos.
-De verdad? – me dice ella- como que haciéndose la incrédula, mientras me da un guiño medio coqueto.
-En mis adentros pensaba: “la gordita esta fácil”, “podrá suceder algo hoy día?”
Salgo raudo y regreso en menos de diez minutos, veo salir a la nena en cuestión y al recojo en un taxi contratado para tal fin. Me dice que en Pomalca es un lujo andar e ir en taxi a Chiclayo y ella se siente en la gloria. Se sienta a mi lado, muy pegadito y le digo que si ella quiere, la aguardo en el taxi hasta que salga de su instituto para después salir a tomar algo por ahí, me dice que ya mientras no deja de mirarme y sonreír pícaramente. Al bajar me agarra de una oreja y me da un besito de despedida momentánea.
Le digo al taxista que vayamos a una licorería a comprar algo para tomar. El taxista se da cuenta de las intenciones y de la situación y me dice: “Esta bonita la gordita”. Le digo en plan de asado que se guarde un poco sus comentarios con el fin de evitar cosas posteriores. Al cabo de unos minutos sube Paola al taxi y nos vamos a comer una ensalada de fruta en un conocido restaurant de la calle Balta del centro de la ciudad. Ahí me confiesa algunos problemas de su casa y que no tiene enamorado desde hace mas 1 año ya que en su casa sus hermanos son muy celosos desde que tuvo una desilusión cuando tenía apenas 17. Me toma de las manos- así como agradeciendo- y me dice que muchas gracias que la había pasado bien en estas horitas que tenemos conversando. Me pregunta luego donde estoy hospedado, le digo que en un hotel ubicado en Santa Victoria y le lanzo otra bombarda.
-Si quieres vamos al hotel, conversamos un rato mas, como que nos tomamos un poco de este vino que tengo.
-No puedo, me dice, tengo que llegar antes de las 7 pm a mi casa (eran las 5 y 15 más o menos)
-Le digo que no se preocupe que la iba a mandar en taxi de regreso y que todavía nos quedaban casi dos horas de por medio.
-Media tímida y ahora sí, avergonzada, me dice que le daría roche entrar a un hotel, pero finalmente lo piensa y me dice: Ya vamos, pero salgo a más tardar a las siete en punto.
La presa ya estaba lista, la olla también, los ingredientes igual solo faltaba prender la cocina.
Llegamos al hotel y le pido las llaves al encargado quien se da cuenta de la situación, me sonríe tímidamente y me envía una toalla más y una nota que decía: Son 10 soles más por el ingreso extra de una persona. Caracoles, se las saben todas estos cuarteleros.
Entramos, prendo la música, y saco la botellita de vino que estaba a medio helar y sirvo en dos vasos medianos. Nos sentamos en las sillas alrededor de la mesa y seguimos hablando desde futbol hasta de reggaetón (ritmo que detesto, pero qué diablos, conversa es conversa y si está de por medio el polvo hay que seguirla nomas). Yo trataba de meter un poco de prisa a todo el asunto con el reloj en mano, cada minuto que pasaba sin haber conseguido nada era como una prueba a mis artes con las flacas. Luego de dos vasitos de vino el asunto cambió considerablemente. Se sentó al borde de la cama, así como indicándome el camino, se puso más alegre y conversadora que nunca, pero sobre todo mas cariñosa. No dejaba de tocarle las manos mientras me decía una y otra vez que eran las manos de hombre más bonitas que ella había podido ver. En esos momentos la tomo de las manos y me pongo de pie y la jalo para pegarla hacia mi cuerpo. No hago nada mas, solo la miro y ella me mira ruborizada y baja los ojos, sonrojada, casi avergonzada mientras da un leve suspiro. Paso mis manos por su cara y por su cabello, mientras ella tiraba su cabeza hacia atrás y yo pegaba más su cuerpo al mío. Siento un ligero olor a vino en su aliento cuando me acerco más a ella y me entrega su boca como si entregara su vida entera. La beso delicadamente, primero por el borde de sus labios, luego tomo su cabeza con mis manos y me mando con un beso fuerte, aprisionador, de esos que no dejan otra opción a seguir besando. Siento ahora un ligero temblor en sus piernas y por todo su cuerpo. La mesa estaba servida, solo había que degustar aquel plato.
Dejo aquello en la primera parte y me separo de ella mientras me voy al baño a consultar con la billetera porque ahí suelo guardar los preservativos. Mis cálculos me jugaron una mala pasada ya que no había ninguno, entonces cojo el celular y llamo a recepción e indico que me suban una cajita de esos jebecitos salvadores. Salgo del baño y ella estaba ahí, sentada en la cama, casi impávida, me toma de la mano y se pone de pie y me dice que presiente que ya me conociera hace mucho tiempo mientras se acerca nuevamente a mi cuerpo. La siento ahora ya mas en confianza porque ella es la que toma la iniciativa, me da un piquito pero me abraza tan fuerte como cuando nos aferramos a algo que damos mucha importancia. Luego de eso me susurra y me dice que se quiere dar un baño, le digo que pase a la ducha que yo esperaba a que salga.
Coge la toalla que estaba sobre la cama y me dice que enseguida regresa. Mientras yo dudaba en meterme a la ducha junto con ella. Ni corto ni perezoso, me saco la ropa e ingreso al baño y luego a la ducha, mientras miraba un cuerpo no tan bien proporcionado pero con unas señoras nalgas, redondas, duras, firmes, casi perfectas, si esas nalgas estuvieran en un cuerpo quince centímetros más alto, sería una cosa espectacular. Ella se da cuenta de mi presencia y lo primero que atina es a voltearse y a sonreír sin decir nada como diciéndome: ¿Que haces aquí?, me acerco suavemente a su cuerpo haciéndole una broma para romper el hielo a lo que ella responde con una soberana carcajada. Le paso el jabón por la espalda, mientras toco esas nalgas preciosas, me convierto en un panadero experto pasando el jabón por todos los rincones, entradas y salidas existentes. Luego ella se da cuenta que “chicomalito” estaba poniéndose en posición de “firmes”. Su mirada inconscientemente se iba hacia el cada 15 segundos y se hacía la loca. Entonces tomo su mano y lo llevo hacia él. Lo toma fuertemente y da otro suspiro y comienza a mover la mano de una forma un tanto tímida, entonces bajo mis manos hacia su papita, la siento tersa, suave, sin un solo vello, de esas papitas que te invitan a hacerles todo lo imaginable y lo inimaginable también. La siento lubricada y tibia, mientras ella aprieta los labios y da unos leves jadeos. Tomo la toalla y la cubro secándola un poco, la llevo hacia la cama, mientras ella parece disfrutar aquel trayecto.
De una forma muy rápida me coloco el preservativo debido a que esa papita ya estaba preparada, no sin antes saborear ese par de pechos, pequeños pero de un pezón riquísimo, delicioso a lo que ella parece disfrutar. Cada vez que paso mis manos por entre sus piernas, se estremece y me jala con sus manos más hacia su cuerpo, mientras con sus caderas da unos pequeños movimientos de acercamiento, señal que ya está lista para la acción. Me pongo sobre ella y la intento penetrar pero se hace un poco dificultoso. Sigo con los intentos cuando siento que chicomalito ya había logrado incursionar apenas unos centímetros, dando ella unos gritos extraños, mezcla de dolor y de placer.
Inicialmente está un poco rígida. Sus piernas parecen ser de fierro y sus manos sudan muchísimo. Se sabe que inicialmente con este tipo de flacas hay que ser muy delicado así que tenía que empezar en primera. Luego poco a poco le tomo una pierna mientras no dejo de bombardearla ya en segunda velocidad, a lo que ella parece responder, porque jadea más y más fuerte cada vez. Aquí hay un punto a destacar, estos “jadeos” en las flacas siempre son algo suaves y muy pocas son las bulliciosas, pero aquí, Paola no emitía jadeos en este punto de la acción, esta nena emitía gritos, si cofrades, gritos, parecía que ella estaba en la sala de operaciones y que el cirujano la estaba interviniendo sin anestesia. Bueno, superado el impase de los gritos fuertísimos en mi oído, la coloco de espaldas hacia mí a lo que ella intuye que le quiero clavar por el asterisco, y se asusta y coloca sus manos sobre chicomalito. Le digo que se tranquilice que por esa vía no había pensado incursionar (al menos en esta primera vez, jejeje) entonces la penetro fuertemente y le aplico cuarta velocidad. Grita, se mueve, se estremece, jala las sabanas que cubren la cama mientras voltea los ojos y suda a chorros. Su papita responde a esos estímulos y parece haber recibido litros de sábila en su interior. Luego la pongo encima mío y ella no sabe qué hacer, le indico que debe de irse despacio hacia adelante y atrás a lo que ella obedientemente hace caso y sigue las instrucciones. La veo disfrutar a más no poder mientras mis manos no dejan de tocar ese hermoso par de nalgas y me hace terminar. Yo me guardo ese secreto y ella continua moviéndose con un ritmo frenético. Chicomalito esta exhausto y Paola también, así que ruborizada y casi avergonzada se cubre su cuerpo con las sabanas mientras se echa un poco de aire con la toalla.
-No sabía que se podía disfrutar tanto haciendo el amor- me dice. Solo lo hice dos veces con mi ex pero las dos veces solo tuve dolor y no me gustaba mucho. Le tenía miedo a las relaciones pero me gustó. Por poco y me agradece Paolita.
Alzo la mirada y veo que el reloj marcaba las 19.55 horas, ella también se da cuenta de eso y de un brinco salta de la cama y procede a ponerse su ropa. “Ahora mi Papa me mata” dice mientras me mira asustada. Le digo que no se preocupe que la mandaría en taxi a su casa. Alzo el teléfono me comunico con recepción y enseguida llega un taxi, el cual procede a llevarla hasta Pomalca. Antes de salir me dice: “La he pasado bien “….” ¿Vas a ir mañana a verme?”. Le digo que sí, pero solo de pasada. Me quedo solo, me meto a la ducha y pido algo para comer, no tengo ganas de salir a la calle.
Al día siguiente llego a las oficinas de la empresa y me tienen todo listo, así que en menos de cinco minutos procedo a retirarme no sin antes pasar por el restaurante. Me bajo del taxi y la veo saliendo a comprar al mercado, ella me ve y se sonríe. Hablamos un par de minutos y le digo que me tengo que ir a Trujillo. Ella ya se lo esperaba y me pregunta sobre mi regreso. Le respondo diciendo que antes de fines de mes estaré aquí de vuelta. Le dejo en número de mi celular putañero y nos despedimos sin un solo beso ni abrazo ni nada. Hay que guardar las apariencias. En el fondo sabe que no hay nada formal con ella y que todo no es más que una pequeña aventurilla.
Subo al Bus que me lleva de regreso a Trujillo cuando suena el celular, respondo y era ella, me dice: “Que tengas un bonito viaje, me llamas para avisarme cuando vas a venir”. Prendo el MP4 y cierro los ojos esperando que las tres horas de regreso pasen pronto.
Chicomalo²

Aqui un par de fotitos tomadas en un descuido.

 

Sin duda alguna, tienes una suerte y fuerzas tener esa suerte, la cual la trabajas muy bien...Sobre tu relato, decir que tiene una armonía en los enlaces que realizas, y que muestras pasajes, los cuales tienes pendiente a uno leer el siguiente párrafo para ver qué sigue sucediendo...Simplemente, Felicitaciones por el relato!!

 

Excelente relato, doctor. Se nota que tiene Ud. una gran habilidad para la pluma. Mis felicitaciones por su incursion.

 

buen relato y tambien buenas piernas de la nena. provecho.

 

Felicitacion doc...este relato es uno de los mejores... Ud la hace mejor de Bayli !!!

 

Tengo muchas fotos buenazas... pero no se como subirlas... espero que me ayuden o me den algunas pautas de las reglas y de como subirlas...
Slds !!!

 

ENTRA A ESTE LINK http://www.imagevenue.com/ AHI LAS JALAS DEL ARCHIVO EN DONDE TIENES LAS FOTOS,LUEGO EN UNO DE LOS RECUADROS DE LA PAGINA TE PIDE QUE CLASE DE CONTENIDO TIENE Y AHI LE DEBES DE PONER QUE ES PARA ADULTOS.
UNA VEZ BAJADAS TE VA A BOTAR UNA CLAVE,LA SOMBREAS,LA COPIAS Y DESPUES DE ESO LA PEGAS EN DONDE QUIERAS POSTEAR ESPERO HABER SIDO LO MAS DIDACTICO POSBLE Y SI NO ES ASI MIL DISCULPAS
Y SI NO PUEDES ENTAR A TUTORIALES AHI LOS COFRADES DE MAS EXPERIENCIA SON MAS CAPOS Y TE PUEDEN ORIENTAR MEJOR.

 

buen relato cumpa
y las fotos no podian faltar
buenas piernas de la gordita

 

Tiempo ya sin sus relaos còfrade, como siempre la mejor expresión del deseo y personalidad de su parte, un gran relato, se espera el próximo lo antes posible, un abrazo

 

Buen relato cofrade, igual me paso una experiencia cuando realize una visita tecnica a LA azucarera Laredo,... con una flaca de un retaurant que esta en la plaza en plena esquina cerca a la iglesia, suerte pues compadre y haber si te juegas el numero de la chica,,, ya estare pronto por Peru de dias de bajada.

 

Buen relato cofrade, lo que pasa uno con cada huambrilla que encuentra en los caminos y destinos de la vida.Diablito

 

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buenas experiencias por el norte, y mas aun con las fotos puestas, bien jugado.