Un encuentro cercano... del tipo más peligroso

vaya sorpresa! ya le salio la competencia a Dr. House: otro cofrade que domina las letras y que sospecho tiene experiencia literaria... mmmm, argumento ya explotado pero no menos interesante por ello, buen trabajo Darth Plagueis!

 

Si , se nota biem la narrrativa, jejej,
haber si para la seleccion cofrade adjuntas las fotos de la chivola,
esi se puede no??nos vemos saludos

 

Ya compre mi canchita y mi gaseosita...a la espera de la tercera parte!!!...Maestro del lado oscuro de la fuerza este su aprendiz...espera sus designios!!

 

- ¡Esta bien! Pero volviendo al tema, yo sí creo que puedo, claro que puedo. ¿Crees que no puedo hacerlo contigo? ¿O será que eres tú el que no puede hacerlo conmigo...?

Continuará...[/QUOTE]


DAAAAAAAAAAAAAMN IT......uyyyyyyy esa retada esta bien jodida.

a la esperade la tercera parte cofrade...

 

- ¿...será que eres tú el que no puede hacerlo conmigo...?

Una mirada agresivamente sexual acompañó estas palabras. Era claro que no se refería a mi capacidad física para hacerle el amor, estaba retando mis barreras morales mis recelos y temores ante las implicancias de seguir adelante por ese camino. Yo ya estaba decidido a no dejar pasar esta oportunidad y, desde el momento en que la persuadí de volver a la cama, su instinto de hembra se lo había hecho saber. Como toda hembra que se respete estaba jugando sus cartas para tomar el control de la situación y era evidente que, al igual que a mí, una vez pasado el susto inicial la situación le resultaba irresistiblemente erótica. Ambos ya sabíamos que los dos estábamos en el mercado del sexo, ella vendiendo y yo comprando; ambos habíamos sido descubiertos, estábamos entre gitanos y ya no trataríamos de leernos las manos. La abracé nuevamente, los dos aún sentados al borde de la cama, la miré fijamente a los ojos y acerqué mis labios a milímetros de los suyos, sin llegar a tocarlos...

- ¿Tu qué crees? -le dije muy bajito

Y entonces ella me besó. Allí se acabó todo su desplante y toda su agresividad, todo su alarde de aprendiz de seductora quedó atrás dejando sólo a una mocosita, asustada de su propia osadía y temerosa de lo que pudiera pasar después.

Yo le acaricié el cabello, le sonreí y luego de un instante la tomé con violencia y la comencé a besar con un hambre que no había conocido desde mi juventud. Mientras la abrazaba con fuerza la besé en la boca, la besé en el cuello, en los ojos, detrás de las orejas, pero sobre todo en la boca... y ella se dejó besar. Tan pronto sentí que empezaba a intentar corresponder a mis besos la empujé de espaldas sobre la cama y, mientras le iba desabotonando la blusa, le fui besando el cuello y seguí bajando entre sus pequeños senos de niña, desabroché el brassiere de broche frontal que era como el “uniforme de trabajo” de esa agencia y seguí descendiendo con mis besos hasta su ombligo mientras la sentía temblar bajo mis labios. Ella no reaccionaba, simplemente temblaba, suspiraba y me dejaba hacer.

Durante unos minutos me entretuve saboreando su piel fresca y deliciosa para luego volver a su boca mientras le acariciaba unos senos perfectos, no demasiado grandes pero para nada pequeños, paraditos, blanquísimos, con unas diminutas aureolas rosadas y unos pezones que se endurecían rápidamente. Le besé uno por uno los pezones hasta sentirla gemir y luego los ataqué con furia como si pudiera sacarles la leche que aún tardarían mucho en producir. Más besos en la boca, su boca me parecía la más deliciosa del mundo, mientras que con mi mano, por debajo de su minifalda, le acariciaba el clítoris por encima de su diminuta tanga “de uniforme” hasta sentir que se mojaba todita.

Volví entonces a descender por su cuello, sus senos, su vientre... su ombligo... y metiendo ambas manos por los costados de su minifalda le bajé bastante bruscamente el hilo dental hasta las rodillas para luego, más lentamente, seguir bajándola hasta sacársela por completo. Entonces le empecé a besar las rodillas y la parte interna de los muslos hasta llegar a su papita. Nunca le hago la sopa a una kine pero esta vez quería creer en su afirmación “...es la primera vez que lo hago” Era su estreno y había que aprovechar, trató de bloquearme con la mano pero luego de apartársela con muy poca delicadeza no insistió; estaba deliciosa, rosadita, totalmente depilada, con un olor a hembra que me hacía hervir la sangre y un sabor que siempre me ha fascinado. Después de todo el calentamiento previo, no tardó en alcanzar un violento orgasmo acompañado de fuertes gemidos y abundante sopa. Subiendo lentamente a lo largo de su cuerpo y sus tetas para volver a su boca y compartir con ella su sabor a hembra le susurré al oído...

- Ahora te toca a tí...

Ella todavía tenía puestos la minifalda, el brassiere y la blusa, que yo sólo había abierto por el frente, mientras que yo todavía estaba vestido.

Me miró con sorpresa mientras yo me sentaba a su lado al borde de la cama pero, obediente, se incorporó a mi lado y comenzó a besarme en la boca mientras me desabotonaba la camisa. Cuando ella terminó de desabotonar mi camisa yo, decidido a sacarle el jugo a este encuentro, me la saqué del todo y, aprovechando que ella estaba sentada, le saqué la blusa y el brassiere. Cuando ella terminó de desabrocharme la correa el pantalón y el cierre, yo me puse de pié a su lado indicándole que me bajara el calzoncillo y el pantalón, tras lo cual procedí a ponerla de pié para a mi vez despojarla de su diminuta minifalda. Desnudos los dos, me volví a sentar en el borde de la cama y me tendí de espaldas, con los pies en el suelo como antes la había tenido a ella. Se inclinó sobre mí y me besó largo rato en la boca hasta que yo, suave pero firmemente, le empuje la cabeza hacia mis partes más íntimas.

- No me digas que nunca se la has chupado a tu enamorado –le dije.

- ¡Claro que sí! -Me dijo.

Pero era obvio que no sabía bien lo que estaba haciendo. Con mucho cariño le empecé a dar algunas pautas para enseñarle cómo me gustaba y ella, obediente, trataba de complacerme. No puedo describir con palabras la sensación de ver a esa barbie haciéndome un oral apenas mediocre pero, al mismo tiempo, el más arrechante que recordaba en mucho tiempo. No pude aguantar mucho antes de tomarla por los hombros, arrojarla de espaldas sobre la cama y echarme sobre ella para besarle hasta el alma; ella respondió doblando las rodillas, abriendo las piernas y frotando violentamente su papita contra mi pene, no pasó ni un minuto antes de que la penetrara de golpe y sin pensar en las consecuencias. Estaba tan apretada que, a pesar de estar totalmente mojada por la excitación, ambos dimos un grito de dolor. Me puso las piernas alrededor de la cintura apretándome fuertemente mientras gemía con cada una de mis embestidas y entonces, de pronto, todas las alarmas sonaron dentro de mi cabeza.

- ¡Espera! ¡Necesitamos protección!

- No te preocupes, -me dijo entre jadeos- estoy con la píldora, no te detengas... no te detengas... no te detengas...

Y no me detuve.

Continuará...

 

bacan,brother .
una pregunta, las flacas de esa agencia, ttodas chupan a pelo?
y tiran sin proteccion???
nos evmos saludos y speramos la 4 saga

 

Jajaja, na' que ver, aquí no hay competencia, el Dr House es el indiscutible maestro literario del foro (mis respetos Doc.); yo sólo estoy relatando una esperiencia mía, tal como yo la recuerdo. La historia es real, no es inventada, aunque reconozco que al contarla he cedido un poco a mis sueños de opio de una habilidad literiaria que sé bien que no poseo. Como ya lo han sospechado no es la primera vez que escribo, aunque no soy un hombre de letras sino más bien un hombre de números, tengo un par de historias publicadas en otros foros pero no son de este género sino de ficción/aventuras; lamentablemente no puedo referenciarlos a ellas porque están firmadas con mi verdadero nombre. Sorry.

Piña, no se puede.

Uno de los riesgos de buscar kines en el extremo "top" de la escala es que te puedes topar con una conocida; estoy seguro de no ser el único al que le ha pasado, la clase alta y media/alta limeña no es taaan grande y todos, más o menos, se conocen. El otro problema es que estas kines no suelen durar en el negocio, de hecho ganan tan bien que sí llegan a retirarse en relativamente poco tiempo y vuelven a sus círculos sociales (Claudia duró menos de un año en el negocio). Esta mocosa de la historia tiene fotos publicadas luego de reirarse del busines para casarse con un patín que no tiene ni idea de lo que se ha llevado, pero para verlas tendrías que comprar la revista Cosas jajaja.

¡Noooo! Al menos no conmigo; es más, con esta mocosa esa fue la única vez, lo que pasa es que éramos conocidos, era su estreno profesional y nos dejamos ganar por la arrechura. Fué como tirar con mi 'trampa' e igual de peligroso; ella pudo haberme mentido sobre la píldora o, incluso si no me mintió, igual pudo haber quedado en bola (ya saben, el 1% de margen de error) lo que hubiera sido desastroso para mí. En cuanto a la agencia, hace como cinco años que no la uso, ya he perdido la información de contacto y ni siquiera sé si sigue en el negocio.

 

amigo q tal cual es esa agencia tiene alguna pagina para llamar a las chicas necesito una vip ya me dio ganas

 

Me encanto la historia, a parte de la trama lo que mas me gusto fue la manera en la que fue escrita, usando signos de puntuacion, correcta ortografia, etc. Asi si dan ganas de seguir leyendo. Felicitaciones por la historia y esare a la espera de la siguiente parte

 

Maestro, realmente es un gusto enorme leer vuestro relato, tiene una coherencia, concordancia y una ortografía estupenda, que enlaza parte con parte, relato tras relato, y hace que uno quede prendido de principio a fin; Felicitaciones por la forma cómo relatas, y a esperar la continuación de su vivencia, única y muy peculiar de su experiencia.

Saludos!!!

 

Felicidades brother k buena historia, y con cuarta parte!!! vamos psss esperaremos la 4º parte, vamos maestro!!!

 

asi es cofrade muy buena su historia. aunque aun asi no deja de ser peligrosa las relaciones sin cuidarse, pero quien no ha pasado por eso ? esperamos la 4ta entrega de este interesante relato.

saludos

FONZIE

 

excelente historia, pero esperamos la continuacion la mas brava supongo.

 

wena historia cofrade saludos

 

Disculpen la demora pero el trabajo me está consumiendo y no tengo tiempo para casi nada. De todos modos, con este post termino esta historia que, espero, les haya gustado.
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Un encuentro cercano... (Final).

...
Resulta imposible describir con palabras la experiencia. ¡Me estaba comiendo a una mocosa a la que conocía desde que tenía 7 años! El morbo de la situación me dominaba y no podía dejar de darle cada vez más duro, cada vez más hondo. La puse en 4, la puse al borde de la cama, la puse contra la pared, de costilla con la pierna en alto... me puse bruto y le hice de todo. Para terminar la agarré al borde de la cama con las piernas al hombro y se la empujé hasta sentir que tocaba fondo... y allí le dejé toda mi carga de leche. No quería salirme y, sin sacarla, la acomodé en la cama y me acomodé sobre ella en posición de misionero para llenarla de besos en la boca la cara y el cuello; al rato me dejé caer a un lado para no abrumarla con mi peso y ella me siguió en el movimiento para quedar sobre mí, pero ni aún así me permití sacarla.

Siguió un largo silencio durante el cual sólo escuché los latidos de mi corazón, violentamente agitado, mientras la dejaba ‘morir adentro’ y deliberadamente bloqueaba todos mis pensamientos concentrándome en la sensación de esa piel joven y fresca sobre la mía y a todo lo largo de mi cuerpo. No sé cuándo ella comenzó a besarme con una ternura infinita pero allí mismo mi fiel compañero de batalla empezó a volver a la vida dentro de su caliente, húmeda y ajustada conchita. Tan pronto como me sentí listo para seguirla, volvimos a la posición de misionero y lo que siguió fue un polvo largo, lento y suave, lleno de besos y caricias, que más que sexo se sintió como realmente hacer el amor. Volví a terminar dentro de ella sin haberla sacado.

Agotados los dos, se volteó en la cama para quedar de espaldas a mí y dobló sus rodillas en una posición casi fetal mientras yo me acomodaba ajustadamente tras ella tratando de mantener el contacto con hasta el último centímetro posible de su piel. Allí le acaricié sus deliciosas tetas, le besé el cuello y detrás de la oreja, la llamé mi bebé y me dediqué a susurrarle cositas lindas al oído hasta que ella se volteó nuevamente hacia mí para buscar mi boca con la suya. Recién entonces, agotadas todas mis fuerzas, me permití una pequeña concesión al sentido común.

Le dije...

- Vamos a ducharnos...

Y ella se dejó guiar de la mano hasta el jacuzzi vacío para darnos una ducha.

La bañé cariñosa y cuidadosamente, incluyendo todas sus partes íntimas, y le pedí que hiciera lo mismo conmigo, tras lo cual procedí a atemperar el agua para empezar a llenar el jacuzzi. Me senté en la tina, la senté contra mí con su espalda apoyada en mi pecho y, mientras esperábamos que se llene el jacuzzi volvimos al juego de los besos. Cuando el agua alcanzó el nivel justo prendí la bomba, agregué la espuma y disfruté viéndola gozar como una criatura de su primer jacuzzi con espuma. Me preguntó la hora y me dijo que tenía que volver a la agencia y yo le dije que no, que de ninguna manera, además de que en la agencia no esperaban que volviera, al menos no ese día, o de lo contrario ya hacía rato que la hubieran estado llamando al celular. Y entonces comenzó la conversación seria.

- ¿Te gustó?

- Me gustaste tú, muchísimo, demasiado, pero no me gustó para nada lo que hicimos.

- ¿Total, te gusté o no te gusté?

- Ya te dije que me gustaste demasiado, pero si vas a dedicarte a esto no puedes volver a hacerlo sin protección. Ni siquiera con un chico lindo y millonario, que alguno te va a tocar, ni siquiera con alguien de confianza... ni siquiera conmigo.

Y me pasé lo mejor de una buena media hora explicándole las razones por las que no podía hacerlo. Paula y las otras chicas ya le habían advertido, ‘todo con condón’ pero ella no se lo había tomado muy en serio. Me contó que a su ex-enamorado no le gustaba usar jebe y que ella era muy cuidadosa con sus pastillas; aunque parezca mentira su única preocupación era no embarazarse, para ella las ETS era como si no existieran, eran cosas que les pasan a “las putas baratas que se acuestan con cholos borrachos y drogadictos”, asumía que estando en una agencia supuestamente VIP todos sus clientes serían “chicos sanos de clase alta”. Me asombró comprobar que parte importante de las charlas de motivación de Paula era precisamente convencerla de eso, supongo para que no le diera asco la idea de acostarse con decenas de desconocidos. Yo tuve que explicarle la realidad del negocio en el que se estaba metiendo.

También conversamos de lo que tenía que aprender a hacer, como el sexo oral con todos sus deliciosos detalles y el sexo anal con todas sus importantes precauciones, y de las habilidades que le convenía aprender como los masajes, el yoga y el arte de la conversación; le ofrecí regalarle un curso de masajes eróticos cuya propaganda había visto en internet y le prometí que la buscaría todas las semanas para “practicar”. Decidimos practicar un poco ese mismo día y, luego de casi 45 minutos de intermedio, la sola sugerencia volvió a poner al muchacho “en atención”. Le enseñé a reconocer el lado correcto del jebe, le enseñé a ponérmelo con la boca y le enseñé a chuparla como se debe, incluyendo los huérfanos, a pesar de sus objeciones por el mal sabor del preservativo; al final terminamos tirando allí mismo en el jacuzzi. El anal y los masajes quedarían para mucho más adelante.

Esa fue la primera de muchas salidas; ella salía de su casa temprano todos los sábados diciendo que se iba ‘a estudiar con sus amigas’ aprovechando que su mamá trabajaba los sábados y aduciendo que sus hermanas menores no la dejaban estudiar, pero salía de la casa de su amiga a las 12:00 en punto. Yo la recogía del paradero donde supuestamente tomaría el micro hacia su casa para írnos a nuestro hotel favorito donde pasábamos una hora, máximo hora y media, de sexo frenético, tras lo cual yo la dejaba a cuadra y media de su casa, camino a la mía. Una vez una amiga de su madre me vió recogerla y se lo comentó... ‘la ví subir a una 4x4 con un viejo...’ pero nosotros ya estábamos preparados para ello: ‘...Ah sí, el otro día mientras estaba esperando el micro pasó el papá de 'Fulanita' (mi hija) y me jaló hasta la esquina de la casa...’ (la mejor forma de pasar desapercibido es no ocultarse y la forma más efectiva de mentir es decir la pura verdad).

Yo nunca volví a llamar a la agencia de Paula por el temor de verme chantajeado y, aunque yo no me enteraría hasta unos años después, tampoco ella volvió nunca más por ahí. Nuestra relación kine-cliente duró apenas algo más de nueve o diez meses; ella nunca se fué de su casa y cuando terminó el colegio ingresó a trabajar como vendedora de medio tiempo en un centro comercial de esos bien pitucos, yo le pagué (a cuenta de nuestras salidas) la academia preuniversitaria a la que asistía por las tardes después del trabajo y ella le dijo a su mamá que se la pagaba con su sueldo, ingresó a San Marcos a mitad de año y, al poco tiempo, se ganó una beca integral a la que yo la había animado a postular y se marchó a México, ese fue el fin de nuestra relación.

El año pasado regresó a visitar a la familia y nos volvimos a encontrar en una reunión informal, una parrillada en la casa de una amistad común, familia de otra de las amigas de mi hija ahora ex-alumnas todas ellas. Está bellísima, se la ve mucho más madura y maneja su ahora impresionante anatomía con una sensualidad mucho más agresiva y el aplomo de una hembra poderosa que sabe lo que tiene y lo que vale; buscamos la oportunidad de tener un momento a solas en la relativa privacidad del jardín donde muchos grupos conversaban, no era algo raro verme conversar con ella supuestamente para que me cuente cómo le iba en México, a nadie le llamó la atención. Me contó que le iba bien, que le faltaba un año para terminar, que vivía con su novio mejicano, quien ya había terminado la carrera y tenía un buen trabajo y quien, si les iba bien, al siguiente año cuando ella también hubiera terminado su carrera vendría con ella a Lima para presentarse con su mamá y pedirle formalmente su mano (!).

En medio de la multitud de gente que circulaba por el jardín, sin prestarnos ninguna atención, hablamos también del casi año en que fuimos “íntimos”; me contó que nunca regresó con Paula y que los dos primeros meses, cuando todavía estaba en el colegio, sólo salió conmigo (yo no lo sabía). Que luego había empezado a poner avisos en inglés, en páginas de internet para turistas (CraigList y otras similares) cobrando sumas muy altas en dólares y poniendo en práctica todo lo que yo le había enseñado. Me dijo que sólo hacía dos o tres salidas a la semana y con eso, más su sueldo de vendedora y lo que yo le daba, tenía más que suficiente para sus gastos y para ahorrar el dinero que después llevaría a México como complemento de su beca que, aunque integral, era muy austera. Allá se reinventó como la chica seria de clase alta limeña que hubiera sido si su padre no hubiera muerto y ella no hubiera sido tan rebelde.

Me dio mucho gusto verla y conversar con ella, se mostró descaradamente cariñosa y hasta melosa conmigo, era mi sobrina de cariño y a nadie le llamaba la atención, hasta su mamá me comentó luego que yo había sido para ella como una especie de figura paterna (Ah, si tan sólo supiera…). No me atreví a proponerle encontrarnos para recordar los viejos tiempos y ella tampoco me insinuó nada o, si lo hizo, yo no me percaté de ello. Ahora está de regreso en México y la próxima vez que la vea, seguramente, estará acompañada de su marinovio; es un capítulo cerrado en mi vida pero uno que siempre me deleito en recordar.

Fin.

 

maestro ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

sin comentarios en un betseller de coleccion.

el publico pide mas sea realidad o ficcion

graxias

atte

danielex

 

amigo, buena experiencia, lo mejor es que la chica ha tenido espiritu de superacion y no se ha quedado en sus laureles con la holgura economica que le da los bisness

 

Muy buena historia brother, a ver si podrias hacer otro relato de la parte donde le has hecho por primera vez el sexo anal, con todos sus detalles asi como han sido los otros, saludos por compartir tu historia de vida.

 

Gracias, cófrade.

En realidad la primera vez por el tubo no fué tan 'emocionante' como nuestro primer encuentro. Para el segundo encuentro le llevé unas pelis porno básicamente de sexo oral y anal, ella comentó que no le parecía tan terrible. No lo había hecho con su enamorado, según me dijo, porque 'le daba asco' y en la agencia las chicas le habían dicho que dolía y que debía cobrar extra por el anal. Yo le expliqué que podía doler si se hacía mal pero que también podía ser muy rico ('...si no a los cabros no les gustaría tanto') así que quedamos en que le enseñaría a hacerlo a la siguiente cita.

Para la tercera cita llevé love-lub en abundancia así como una crema-gel para masajes y varios condones; pero la cosa no resultó tan sexy como uno pensaría sino más bien fue una cosa técnica, casi como una clase de prevención sanitaria. Le pedí que fuera en ayunas, la bañé bien metiéndole el dedo con jabón en el asterisco y abriéndole el ano para enjuagarla bien con la "ducha teléfono". Después le hice un largo masaje anal con la crema y empecé a introducirle el love-lub en el ano con un dedo enfundado en un preservativo... luego dos dedos... y luego tres, mientras con la otra mano la masturbaba casi hasta el orgasmo. Todo esto mientras le explicaba lo que estaba haciendo y por qué, como en un salón de clase práctica, la idea era inspirarle confianza basada en el hecho de que yo sabía lo que estaba haciendo. Una vez que recibió tres dedos sin dolor le dije '...mi herramienta, bebé, no es más gruesa que tres de mis dedos así que no tienes por qué preocuparte...', la puse de costilla, lubriqué bien el preservativo que tenía puesto y se la introduje despacito. Ella me tenía absoluta confianza y me dejó hacer mientras me iba diciendo cómo se sentía y cuándo le dolía... o no. Una vez que la tuvo completamente adentro nos quedamos quietos un rato para que se acostumbre al relleno y luego empecé a bombear despacito mientras mi mano se sadiqueaba con su papita.

No fue la mejor entubada de mi vida pero tampoco estuvo mal, las siguientes veces fueron mucho mejores, ya no hacíamos tantos preámbulos y todo resultaba más rico. ¡Cómo ajustaba la condenada! Aunque la verdad es que yo le enseñé a usar sus músculos del ano para ajustar más, cosa que sólo puede hacerse con bastante lubricación. Siempre que le pedía el asterix, que era como una vez cada tres encuentros, me decía... 'espera que me voy a preparar'; entonces se echaba el lubricante (que yo había llevado) hacía un par de ejercicios respiratorios de relajación y me decía, '...ahora sí, métemela toda...'. Le enseñé a no hacerlo nunca sin lubricación y, mucho menos, sin preparación. 'Si te rasgas el recto, bebé, ya nunca podrás hacerlo sin dolor' le dije 'y el anal va a ser una condición importante para muchos de tus clientes. Cuando uno paga fuerte y en dólares por una chica, tiene derecho a recibir lo que a uno le gusta; acuérdate siempre de eso y verás cómo tus clientes te van a adorar y nunca te van a dejar. Pero acuérdate también que lo primero y lo más importante eres tú, si te vas a hacer daño entonces nada vale la pena...' Creo, sin falsa modestia, que fui un buen maestro.

Servido, cófrade.