Experiencia hot con mi flaca y unos compañeros.

¿No sienten a veces erotismo o quizá algún grado de excitación cuando otros ven a sus parejas de forma sensual? A mí me pasa constantemente y mi pareja lo sabe. Ese juego de seducción, tal vez, a otros, es tan emocionante que realmente empodera el sexo posteriormente. Les contaré:

Salí una vez con unos 2 compañeros míos a un bar y luego de pasar un rato les invité a mi depa para continuar allí un rato más. Le avisé a mi chica que estaba yendo para allá y, como era un poco tarde, pues solo recibí un Ok por Whatsapp. Supuse que estaba durmiendo y no quise seguir mensajeándola. Pues llegamos y entramos a mi sala, donde saqué unos piscos y les serví a cada uno un shot. No eran amigos muy conocidos, sino que recién nos estábamos dando a conocer, así que invitarlos al depa no fue mala idea.

Mi flaca sí estaba durmiendo, pero por la bulla que hicimos pues la despertamos, pero no para mal, porque parecía que ella también quería pasar un rato con nosotros. Así que ni bien se despertó, se asomó por la puerta del cuarto y solo vimos su cabeza. Todos la saludamos y ella también devolvió el saludo. -Ven con nosotros- le dije, mientras cogía otro vasito donde servir su trago. Me pareció raro que dude un poco antes de aceptar, porque su duda no era exactamente si tomar con nosortos o no, sino salir de allí con lo que estaba vistiendo. Así que...

-Ok, ya salgo un rato-, dijo. No sospeché nada, solo pensé que se iba a poner algo decente para venir con nosotros, pero me equivoqué. Cuando salió, tan solo se había puesto una pequeñísima bata de dormir semicerrada, no se había amarrado la cintura con el listón del traje, por lo tanto, lo que teníamos frente a nosotros era a mi chica vistiendo su bata, un top blanco, unas mediecitas celestes y su tanga blanca.

-Disculpen la desfachatez-, dijo mientras se acercaba hacia el sillón a mi costado, sentándose encima del brazo del mueble. -No te preocupes, estás en tu casa-, respondió un compañero con un poco de alcohol subido en la cabeza (si no hubiera estado picado, no habría dicho eso, supongo). Seguimos hablando, riendo, tomando y jugando tranquilamente. Pareciera que todo estaba perfectamente normal, pero era evidente que no, ya que poco a poco notaba cómo sus miradas se desviaban hacia la evidente semidesnudez de mi chica. Ella también lo notaba, aunque no decía nada.

La música estaba bien, yo ya había tomado un poco más y el pisco me daba efecto, aunque sí lúcido aún, pero con más picardía. La acerqué hacia mí y le di un beso, sostuve desde su hombro derecho un extremo de la bata y se la saqué allí mismo. -¡Oye! Ja ja ja, ¿qué te pasa?, me respondió divertida, -¿qué van a pensar de mí?-. El mismo tipo de antes dijo: -Pero si te ves muy bien-. Yo asentí y reafirmé lo dicho por el compañero.

No nos quedamos allí, subimos un poco más la música de tal forma que parecía una pequeña fiesta. Me paré y la levanté con mi mano para bailar un rato, dándole vueltas y bailando sensual. Con la misma gracia ella siguió bailando incluso cuando yo me senté un rato para verla moverse. Era algo increíble lo que estaba viendo: mi pareja estaba bailando prácticamente en tanga ante unos compañeros nuevos. Mi pene estaba hace ya mucho rato latiendo. Con la misma energía, ella bailaba y los demás reían y la miraban; yo le dije a ella: -pero sácalo a bailar a él también-. Bailó con el primero: fue un baile tranquilo, decente, estaban separados y hacían que perreaban, pero no se tocaban; terminó con él y fue el turno del segundo: ante la experiencia del anterior, éste tomó la tomó de la mano y bailaron así, luego puso su mano por encima de su cintura y se movieron un poco más juntos. Finalmente llegó el tercero, el más mandado, él se paró se le acercó, la tomó de la mano y se juntaron para bailar como bachata.

El baile fue emocionante: ella seguía los pasos del tipo, mientras que éste se movía constantemente y sus cuerpos se juntaban aún más. Yo y los demás nos mantuvimos callados durante todo ese espectáculo, solo observando. Él la tomaba y ella seguía, posaba sus manos por su espalda y bajaba y subía; lo hacía de forma tan pausada que ya se convertía en algo normal, hasta que con esa misma naturalidad, llegó a descender aún más hasta la altura del elástico superior de la tanga, y de allí, no volvió a subir más, ese fue el nuevo límite, puesto que iría mucho más abajo aún. Con el ritmo de la música, bajaba su mano hasta agarrar -literalmente- las nalgas de mi chica. Ella ni se inmutaba, disfrutaba, al parecer, todo eso. El punto más álgido de todo eso fue cuando la volteó y ella misma frotó su trasero con la cadera del compañero para hacerle un perreo fenomenal.

Le hizo un perreo tan rico que otro se paró también -todo divertido- para sacarla a bailar. Ella perreó con el segundo también, pero éste, aumentando la intensidad, frotaba sus piernas y un poco de la zona púbica mientras ella se tocaba la cabeza y el cabello, con los ojos cerrados. El tercero fue incluso un poco más allá: no solo perreó como los demás, sino que también empezaba a jugar con la tanga, estirándola e intentando bajarla de a pocos; claro que ella con su mano detenía tal atrevimiento y lo alejaba, pero nada más, seguían bailando.

Terminó la serie de canciones y nos sentamos al sofá todos, divertidos y excitados, claramente. Como la cosa ya estaba por terminar, decidimos tomarnos un selfie grupal, ella al centro y sosteniendo el celular. Claro que la foto me la iba a quedar yo. Los demás quisieron tomarse fotos con ella, pero inteligentemente, les indicaba que solo apareciera la parte de arriba sin tomar nada de su zona inferior descubierta.

Las fotos fueron interesantes: mientras se paraban y miraban a la cámara, notaba cómo es que tranquilamente los tres tocaban las nalgas de mi chica y, al hacer eso, ella se reía más, dejando una grata sonrisa para la foto. Y así fue que terminamos esa velada tan agradable. Nos despedimos de los compañeros y los dejé en la puerta. Ella solo les dio besos y se fue al cuarto, para alistarse.

Me despedí de ellos y me dirigí hacia ella para continuar con nuestra siguiente parte: tendríamos un sexo de los más locos que nunca he tenido. Literalmente reventé en ella un montón de veces, tanto así que tuve miedo luego de que quedara embarazada.

Le dije que quería que hagamos eso otra vez: me dijo que no tenía problema siempre y cuando sea en el depa.

 

Excelente relato cofrade y muy hermosa su flaca.... espero ser el próximo compañero jajajaja saludos!!

 

Muy buena su historia cofrade Srdestroyer, da muchas ganas de ser su compañero de trabajo..... Saludos

 

Cofra, no me quiere como amigo?.jajajaja.....buena historia cofra...bueno, si usted y su pareja estan bien con ese tipo de fetiches, pues adelante nomas que no le hacen daño a nadie.

 

Muy buena historia cofra...a ver cuando me invita a tomar unos piscos en su depa....que rica se ve su flaca.

 

Seguro que habrá una próxima reunión con o sin Ud. Hay límites para todo, pero si es felíz bien por ustedes.

 

Me impacto su historia cofra, personalmente no dejaria q le toquen ni un pelo a mi flaquita, pero si es su bacilon bien por uds.
Saludos

 

Excelente historia, están listos para ser sw ..y ya dar el próximo paso.
La próxima puede ser con cofras que selecciones, o talvez uno sólo y ustedes y dar el primer paso dentro.

 

Jaja, no es algo que planeamos, solamente son cosas que salen de imprevisto

 

Que genial tu historia cuenta más!

 

Acá tienes a un humilde servidor si que es por la cabecita les ronda un trió

 

Esta historia es atípica, pero interesante, continúe por favor.

 

Ojala continuen las historias asi .. sigue con el buen trabajo hermano

 

Interesante relato cofra, esperemos que haya segunda parte...

 

A la espera de esta nueva historia o vivencia