ENCONTRÉ LA HORMA DE MI ZAPATO, EL SEÑOR "Z"

Si, exacto. Soy una persona que nunca se expresa de manera vulgar o malcriada en su vida diaria, pero bajo cierto contexto sexual puedo usar alguna q otra lisura precisamente para poner un condimento intenso a la situación que se presenta.

 

LA LLEGADA AL HOTEL

La verdad me sentía muy cómoda y a gusto con este encuentro, así que no se me hizo difícil aceptar su invitación a un hotel, a fin de cuentas es lo que me había propuesto hacer desde un inicio.
Me llevó a un hotel en una zona que se me hacía conocida, ya que quedaba a escazas cuadras del departamento donde yo me estaba alojando por lo cual pensé sería bastante conveniente alojarnos ahí. Llegamos y él parece saludar al recepcionista y cruzaron algunas palabras. Yo a lo lejos miraba la situación
- Qué tal pendejo!, a cuantas mujeres habrá traído por acá? - pensé.
Me acordé las experiencias que me contó con kines y dije, claro, este debe ser el clásico movimiento putero que realiza y este es su búnker jaja.
Esta situación lejos de incomodarme, como que me agradó, ya que saben ustedes que siento algún tipo de fetiche con todo este tema kinero, aunque no era el caso, ya que se trataba de un encuentro o cita casual.

No había apuro, yo no tengo compromiso alguno y él tampoco, ambos solteros sin compromiso, por lo tanto no había que dar explicaciones de ningún tipo a una pareja, sin embargo pensé sería un encuentro de un momento y listo, cada uno para su casa.
A la mañana siguiente comprendí que a pesar de mi aguante y punche que me caracteriza, él tenía razón con lo de:
- “solo un café, porque no me podrás aguantar”
La verdad que en ese y los encuentros posteriores que hemos tenido, si bien he aguantado el ritmo, siempre me ha llevado ventaja, nunca he podido dar yo el golpe de knockout, yo soy la que he terminado siempre semi inconsciente repleta de semen por todas partes sobre la cama, sobre el piso o donde sea que me deje tirada.

EL “FACE FUCK”

Subimos al ascensor sin decirnos nada en un silencio sepulcral, entramos a la habitación, estaba obscuro, serían más o menos las 10 u 11 de la noche, no recuerdo bien.
Pasé para el baño un momento, hasta ahí todo normal, salgo de lo más tranquila y él estaba esperándome a la salida del baño.

Recuerdo inesperadamente y sin darme tiempo a nada me agarró de los pelos con fuerza y me forzó a arrodillarme ahí mismo en el pasillo de salida al baño, el de pie arrimado a la pared, me agarraba la cabeza con fuerza para que frote su entrepierna con mi cara, bajó su pantalón, sacó su pene y me lo metió de un solo empujón hasta las amígdalas. Era un pene largo y extremadamente duro y erecto (después me di cuenta que es una cualidad que siempre él ha tenido, llega a estar siempre tan erecto que se siente como una especie de varilla o palo por su rigidez, lo cual resulta dolorosamente placentero). Su miembro me llegaba hasta las amígdalas produciéndome arcadas; cada vez que esto sucedía, me pedía que le escupa su pene, la saliva rápidamente mojó toda su zona pélvica, así que era momento para hacer lo que descubriría después, una de las cosas que a él más le gusta
- Chúpame las bolas!- me pidió de manera enfática y firme. Sin pensarlo mucho empecé a saborear y a pasar mi lengua por sus testículos pensando que eso lo volvería loco
- Pues no!, así no!; trágate las bolas, métetelos enteros en la boca! - fue su tajante pedido.
Abrí la boca lo más que pude y me tragué un testículo entero, mientras lo chupaba y absorbía, él ahora me miraba con cara de aprobación.
- Así, así puta así. Ahora comete la otra! Y obedecí, empecé a comerme su otro testículo, y seguidamente los dos juntos entraron en mi boca mientras los absorbía y chupaba mientras el aplastaba mi cara sobre su miembro. Su recortado vello púbico era mi única visión en ese panorama, digamos mi mundo en esos momentos se reducía a chupar y lamer sus testículos, seguido a eso a servir como un instrumento bucal para que introduzca su pene para su propia satisfacción.

Yo a ese punto ya era un mar de fluidos y de excitación, mi ropa aún puesta estaba llena manchada de saliva, y mi rostro desencajado, con el maquillaje corrido debido a las lagrimas que me brotaban y por los regueros de saliva que salían de mi boca. Me encanta dar sexo oral, me excita sobremanera y mientras más asfixia y atragantamiento hay, para mi mucho mejor ya que aunque no es un acto que me genere en sí estimulación corporal, el acto de sumisión y degradación que esto genera es tan grande, que en realidad produce respuestas eróticas enormes sobre mi cuerpo.
Después de un largo momento en que ya se aburrió de violarme la boca, retiró mi cara de su miembro y me escupió la cara, frotando su saliva sobre mi rostro, me guió de los pelos hacia la cama, lanzándome al colchón, a donde literalmente me arrancó la ropa y el se despojó de la suya.

LO QUE ME VOLÓ LA CABEZA: EL SQUIRT y FISTING

Bueno, es evidente que desde un inicio se había percatado de mis enormes pechos, pero al verlos ya descubiertos suaves y rosaditos ese hombre se alocó y lo empezó a lamer y manosear de una manera brutal. Los jalaba con la mano y una vez ahí los aplastaba hasta que se ponían rojos e hinchados y los chupaba y mordía de una forma realmente animal. Ya he dicho que mis pezones es un punto muy sensible y erógeno en mí, así que me dejé llevar, gritaba por que me causaba dolor, pero a la vez lo disfrutaba, entonces los gritos terminaban en gemidos bien fuertes.

Luego bajó hasta mi vagina, donde me abrió de piernas y me dio varios lengüetazos y chupadas. Estaba tan húmeda, hinchada y rosadita, que se había vuelto muy sensible.
Toda esta salvajada de chupadas y lamidas nos había llevado a estar sobre el piso, sinceramente no recuerdo como o en que momento, pero si recuerdo que empezó a introducir sus dedos dentro de mi vagina, 1 dedo, después 2, después 3, ¡estaba introduciendo sus dedos dentro de mi!, nadie había hecho eso, pero los introdujo de una manera tan profunda, tan diferente, que se sentían como garras dentro de mi ser, de manera tan profunda y poco convencional que empecé a sentir una excitación muy diferente a lo que hasta ese momento había experimentado. No miento, me empezó a dar un poco de temor,
- ¿qué es lo que estaba tocando con sus dedos tan dentro mío? - ¿Qué es esto?, Qué estás haciendo?, ¿Qué me estas tocando?- le pregunté mientras jadeaba ya inconteniblemente.
- Ese es el punto G, me respondió con su sonrisa maliciosa. Inmediatamente su mano y sus dedos empezaron a moverse muy rápida, demasiado diría yo, frenéticamente hacia arriba y abajo que empecé a sentir una excitación plena, mezclado con una especie de ansiedad, arqueando y retorciendo el cuerpo de los nervios y con ganas de orinar.
- Me meoooo!!!, le grité de una forma totalmente vulgar
- Dale, meame!, me respondió. En el acto salió todo un chorro de líquido transparente y sin olor de mi vagina, que en serio parecía que me estaba orinando pero de una manera 1000 veces más placentera, siendo mi primer squirt que me pasaba en mi vida. Solamente recuerdo que él retiró su mano y estaba totalmente empapada de líquido. Me quedé maravillada mirando ese líquido viscoso que había salido de mí. Utilizando ese mismo líquido como lubricante, volvió a introducir sus dedos dentro de mi vagina nuevamente de manera vigorosa y profunda. Yo solamente gritaba y me retorcía, ya que me generaba una mezcla de placer absoluto, pero también ansiedad. En algún punto de todo esto él me dijo que me mire al espejo, hasta ese momento no me había percatado que en la habitación había un espejo panorámico del piso al techo.
Me veo reflejada en el unos segundos, cruzo mis ojos con los ojos de mi propio reflejo y aparto la mirada. Saben, me gusta ver todas las escenas de sexo que realizo en el espejo, pero tal como si fuera una espectadora no reconociéndome a mi mismo , por lo tanto siempre evito dirigir mi mirada a mi propia cara, prefiero solamente ver los cuerpos y la acción, pienso es una evasión a la realidad y una despersonificación para evitar que me invada un sentido de moralidad o decoro que no quiero tener en esos momentos.

Salgo de mis súbitos pensamientos cuando escucho que él me dice: - Fíjate, tengo toda mi mano adentro de tu coño
WTFuck!!, cómo carajo pudo entrar toda su mano dentro de mi vagina, sin dolor, solamente presión interna y placer extremo. El ver en el espejo que efectivamente su mano entera se perdía dentro de mi ser me voló la cabeza, empecé creo a gritar como una loca, a lubricar cada vez más, hasta que nuevamente sentí que me orinaba, salieron cantidades de fluidos y líquidos desde dentro mío que literalmente su mano, el piso y una almohada que se había caído y estaba cerca, quedaron totalmente empapadas.
- Mierdaaaa!! que fue eso?, - le pregunté. - Eso, mi querida "Jessy", es una mezcla de fisting y squirt...

LA PENETRACIÓN

Me subí a la cama totalmente rendida, extasiada y hecha polvo, nunca había experimentado algo parecido y sinceramente después de eso sentía que mi energía vital se había esfumado, pero adivinen queeee? esa solamente era la previa, ya que mi querido "señor Z" obviamente aún no se había corrido. Que lejos estaba de eso, aún faltaba mucho camino por recorrer.
Conversamos un momento, ni recuerdo de que, solo para calmar las aguas.

Seguidamente me dirigió a un sillón que había en la habitación. Él no es nada convencional, poco le gusta usar la cama, ya en las siguientes ocasiones pude ver que solía conducirme a tener sexo en diferentes lugares como muebles, pisos, alfombras, baños, sillas, sillones, (hasta en un balcón en la penumbra de la noche), etc. Me puso de rodillas sobre el piso y él sentado en el sillón, volví a chupar su miembro, el cual nuevamente ya estaba duro. Me lo introduje a la boca en varias oportunidades, me volví a atragantar, a escupir y chupar sus testículos. Ya estaba muy listo para el siguiente paso. Se colocó un preservativo y me colocó sobre él, totalmente desnuda mis pechos saltaban sobre su rostro, amasaba y chupaba mis pechos mientras yo me movía a mi ritmo de manera suave primero y luego muy enérgicamente rozando y restregando mi clítoris sobre su pelvis mientras me sentía penetrada por su duro miembro. A pesar de todas las variantes y locuras que he experimentado, sigo disfrutando también de lo básico y simple, y para mí, un detonante total para alcanzar un orgasmo, es estar encima y moverme para adelante y para atrás frotando mi clítoris, mientras me chupan los pezones, eso basta y sobra para llevarme a un rico éxtasis que me produce venirme de forma deliciosa, pero que no me mata y puedo seguir con más empeño para seguir dando y recibiendo placer.
Alcancé un orgasmo suave y delicioso, pero sin frenarme sino aún con más ganas, me colocó en 4. Ahora vamos a mi otro fuerte: mis nalgas. Son grandes, carnozas, redondas y la posición de perrito normalmente saca lo más animal de mi acompañante. Él de pie, y yo en cuatro sobre el sillón, empezó a embestirme con todas sus fuerzas, era una penetración profunda y dolorosa. Se volvía cada vez más enérgica, más firme, más bestia. Empezó a colocar sus dedos en la entrada de mi ano.

Por conversaciones previas, él sabía que esa es mi criptonita, no soy experimentada en el sexo anal, siempre he querido volverme una experta pero la verdad me ha producido temor y dolor. Si lo he hecho una pocas veces y lo he contado por acá, pero en ese momento aún no me había decidido a hacerlo, así que le retiré la mano delicadamente y le dije que por ahí no (por ahora, ya que en los siguientes encuentros con el señor “Z” supe lo que era verdadero sexo anal); bombeando en perrito de una manera enérgica, la verdad la penetración era tan profunda que me obligaba a quebrarme, a colocar mi cara y pecho sobre el sillón, totalmente levantando mis nalgas y vagina a su disposición. En eso vuelvo a sentir sus dedos dentro de mi vagina con la misma intensidad que hace unos momentos, había retirado su pene y volvía a introducir frenéticamente su mano dentro de mi vagina, generándome nuevamente esa sensación indescriptible de placer y llevándome a un nuevo y bestial squirt el cual empapó ahora el sillón.

Sinceramente estaba muerta, ya con cuatro corridas a cuestas y el cero km, estaba liquidada en estado de relajación y con sueño, pero no iba a dar mi brazo a torcer, no me iba a ganar, tenía que aguantar y dejarlo complacido (yo también quería más en mi mente, así mi cuerpo no respondiera ya tanto como al principio). Empezamos con ese break del cual gozo, pero que no duro nada y la verdad estaba en una especie de letargo. De pronto, él como si nada, como si recién empezara la noche (ya más o menos habrían sido las 2 ó 3 de la mañana de sexo constante, permanente; únicamente con leves pausas), me empieza a besar muy intensa y profundamente (algo que reconozco sabe hacerlo muy bien, de una manera muy pasional y yo que no soy de besar mucho, me deje llevar). Se coloca sobre mí no como en la clásica misionero, no, más bien podría describir que estaba dando brincos con sus piernas flexionabas como una rana, esa posición, muy dominante por cierto, hacía que la penetración sea totalmente profunda lo que me inmovilizaba totalmente y me dejaba expuesta con total sumisión ya que mis brazos y piernas eran imposibles moverlas. Era tanta la presión que sentía que al ser penetrada pensé que llegaba hasta mi útero o que me tocaba el estómago llenándome por completo que empecé a gritarle que era un "bruto" y que me de más, así fuerte, que me parta entera, que me reviente mi interior y no recuerdo que más bestialidades salían de mi boca.
Él se volvió burro, una bestia y mientras me penetraba con violencia apretaba mis senos que saltaban descontroladamente, los juntaba y estrujaba, me escupía la cara, me levantaba la cabeza para que vea como me penetraba, como entraba su pene por mi vagina. Colocó su mano abierta sobre mi cara, con presión tapaba mi rostro impulsándose para poder penetrarme cada vez con más fuerza, yo le seguía gritando insultos e improperios y él empezó a gritar y a estremecerse, sacó su miembro de mi interior, se sacó el condón y derramó una enorme cantidad de su leche sobre mi estómago y senos saliendo por borbotones (nunca había visto correrse a un hombre de esa forma), literalmente “me baño” con su semen, lo cual empezó a frotar y restregar por mi cuerpo, es así que quedé embarrada de él.

EL MAÑANERO

No sé que hora era, estaba muerta, empezamos a hablar de cosas varias echados en la cama y mientras él me hablaba yo me iba quedando dormida, admito soy una dormilona y de sueño profundo, me puedo quedar dormida sin dificultad e inmediatamente.

Me acomodé de cucharita, me agrada mucho dormir así, totalmente desnudos, él colocó su miembro desnudo en medio de mis nalgas y así nos quedamos dormidos un momento.
Estando dormida siento ligeramente que se iba introduciendo su pene por medio de mis nalgas hacia la vagina, me introduce sus dedos mojados de saliva para permitir una penetración, empuja su miembro de una, sin piedad, sin cuidado y empieza a bombear enérgicamente de costadito mientras agarraba mis tetas. Yo ni siquiera abrí los ojos, ni pensé en el condón, me dejé llevar; aún estaba media aletargada y dormida, simplemente gemía con placer. Así estuvo un buen rato y luego me volteó boca arriba y volvió con la misma energía a realizar nuevamente su pose dominante con una vitalidad única como si recién iniciara la noche, pero ya estaba amaneciendo. Mientras me penetraba yo empecé a sobar mi clítoris de tal forma que recordaba todo lo que acababa de suceder, sumado a la penetración que sentía y los estímulos de mis dedos, me vine de una manera potente y deliciosa y casi al mismo tiempo él se vino nuevamente sobre mí.

Ya casi había amanecido y me indica que enseguida tiene que salir para ir a trabajar.
Es verdad! es día de semana, yo estaba de vacaciones, no había problema para mi pero él, según me indicó, estaba lejos de ahí y debía prepararse. Entré a bañarme y salí envuelta en toalla.
Cuando salí, mientras me peinaba frente al espejo el se me acercó e inesperadamente y sin aviso volvió a introducir sus dedos en mi vagina y volvió a masajear mi punto G , así como flash me calenté de nuevo y ya quería más guerra. El maldito paró en seco y me dijo que ya no había tiempo, será para otro día, y así fue que me dejó picada nuevamente...

Me vestí pero mi look era too much: el estar a las 6 de la mañana con minifalda, tacos altos, despeinada y con el maquillaje corrido, era obvio para quien me vea que llegaba de una guerra intensa jajajaja, ya que estaba a poquísimas cuadras de mi departamento, tocaba nomas caminar, preferí que el señor Z no me acompañe, no se porque, así que caminé esas cuadras ante la mirada indiscreta de varios oficinistas vecinos que salían de sus casas hacia su trabajo, que vergüenza!

Llegué a la casa y dormí creo hasta las 3 de la tarde, cuando me levanté sentía como si hubiera subido al Everest o vuelto de una guerra. Cada centímetro de mi cuerpo me dolía, me sentía apaleada, el dolor de cuerpo como cuando te va a dar un resfrío, me ardía la garganta de tanto sexo oral que le dí, me dolían los pechos de tanta estrujada, la vagina hinchada de tanto pene y dedo. La verdad me quedé en cama todo el día.
A la noche nos comunicamos por whatsapp (ya le dí mi número jajaj), me dijo que estaba cansado, le conté que yo estaba en cama y se mataba de la risa.
- Jessy estuvo muy rico todo, la pasé muy bien- me dijo
- Yo también la pasé muy bien señor Z, pero no me llamo Jessy, mucho gusto me llamo @@@-
- Vaya te agarró la sinceridad, bueno yo si me llamo Z, nunca te mentí. ¿Nos vemos las próxima semana?
- Siii !!!, me encantaría- le respondí.

Y esto sería el inicio de casi 1 año y medio de encuentros cada vez más bestiales, por temporadas seguidos y por temporadas espaciados debido a los problemas de distancia que se nos presentan. Los dos somos muy mente abierta, descomplicados, algo locos por momentos, pero ha sabido conocer e identificarse con mi otro yo, el del día a día, somos tranquilos y hasta caseros.

Hemos tenido encerronas tremendas, maratones sexuales de dos o tres dias de puro sexo, pero también hemos compartido lindos momentos dignos de recordar, sin nada que ocultar o juzgar.

Aún me queda por contarles un resumen de algunos de los otros encuentros, donde hubo mucho más alcance, donde me enseñó más cosas, nuevas experiencias que me dejarían igualmente con la boca abierta.

LPM que lindo es estar viva y disfrutar con quien realmente se pueda!!!

 

Quien sabe, el mundo es taaann chico....