"Concurso Relato 2019": Seduciendo a la degustadora que conocí en el gimnasio

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Buen relato cofrade continue que se me sale la leche

 

dele cofrade,, buen relato¡¡¡ pero la foto es importante para corroborar la cola de la femina y sobre todo la figura fitness... Slds,

 

Me levanté. La cogí de la mano, ayudándola a que se reincorpore. Me volvía loco su carita de arrecha, como una chiquilla inocente que acaba de tener por primera vez sexo. Deslicé parte de su cabello hacia atrás dejándome ver sus lindas y generosas tetas, que cada vez las notaba más creciditas, sus aureolas rojitas me derretían. Acerqué mis labios, rozándolo con los suyos, sintiendo su aroma, su aliento, su respiración agitada, mientras manoseaba sus senos, los estrujaba a mi antojo. Con las manos tomé sus pechos y me los puse en todo el rostro, para lamerle esa parte sensible de su cuerpo. Alicia cruzó las piernas de placer. – ¡Mi amor chúpamela! -muy obediente, se agachó a la altura de mi cadera y comenzó a masturbarme para ponerla más tiesa. Pasaba su deliciosa lengua por mis bolas, me las lamia desde abajo. -¡Qué rico!- Eso me provocaba un pequeño hormigueo en el abdomen. No le importaba toparse con los vellos de esa zona. Toda su nariz olfateaba el rico aroma que desprendía mi verga. A la vez, su frente se embarraba de mi mucosidad. Le hice el gesto que me la siga mamando en la cama. Me tumbé en mi lecho esperando la acción. Alicia, como una gatita en celo gateó hacia mí, y como toda una perrita, me dijo que me daría un buen sexo oral. Uno que jamás voy a olvidar.

Se acomodó entre mis piernas, mirándome la verga que la tenía bien dura. Alicia comenzó a palparla, para sentir el grosor y lo caliente que estaba. Sus manos apretaron un poco en dirección a la base y me la empezó a lamer, a recorrer todo mi falo con sus labios húmedos. Me miraba para saber si yo sentía alguna respuesta, si lo hacía bien, si me satisfacía. -¿te gusta?-me preguntó. - ¡¡Me encanta!! Sigue… No pares-

Mi aprobación la animó, al igual que una putita orgullosa de haber hecho bien su servicio sexual, siguió esforzándose. Alicia, abrió ligeramente su boca y acercó respirando cerca de mi miembro, sentí su aliento caliente, le dio un bocado para saborearlo. Mi verga se iba humedeciéndose con sus lamidas. Ella usó la mano para esparcir el líquido alrededor de mi mazo; y con la otra, me tocaba las bolas, arañándolas ligeramente con sus uñas. Yo respiraba con dificultad y jadeaba del placer que recibía de su tierna boquita. Balanceaba la lengua desde la base de mi mástil al borde del glande, mantenía su lengua ahí, haciendo pequeños círculitos. Luego, se lo comía entera. Sentía como mi verga ingresaba hasta el fondo de su garganta. Permaneció así con mi pene dentro de su boca y terminaba sacándosela sin asco, succionaba mi líquidos como si fuera un manjar, para luego bañar mi miembro con toda su saliva... chasqueaba su lengua contra mi falo – ¡Asuuu… mi amor que rico lo mamas...! pareciera que tienes experiencia chupando pingas -Se empezó a reír - Jajjajaj... para ser anfitriona, a veces debes de hacer cosillas que no te diré. Dejémoslo ahí y disfrútalo, cariño.

Su confesión me dejó sorprendido, boquiabierto. Nunca terminas de conocer a una mujer. Al principio se mostró tranquila e inocente; pero ahora, me saca a la luz todas sus putadas.

Comenzó a deslizarse de arriba y abajo por toda mi verga como si la follara por la boca. Extendí mi brazo apoyándolo en su cabeza, para ayudarla con la mamada profunda que me hacía. Ya quería venirme, se lo advertí. Alicia, sin perder tiempo, se montó sobre mí, colocándose mi verga en su apretadita conchita llena de sus jugos, moviéndose de adelante hacia atrás, gimiendo con la boca abierta, con sus manos puestas en mi pecho, rasguñándome levemente, con los ojos cerrados, concentrada en lo que tenía adentro. Movía la cabeza como una loca, toda la melena de su pelo se le revolvía. Me encantaba verla así. -¡¡Muy rico…!! – me dije. Todo lo hacía tan delicioso y morboso, como una buena amante. ¡¡Alicia era una calentona!!

Todo ese rato, estuve abstraído viendo su voluptuoso y muy rico cuerpo, completamente calata sobre mí, su vulva mojadita comiéndose toda mi pinga, su piel húmeda por el sudor. Estaba exquisita. Su cara de arrecha, sus piernas gruesas. Sentía lo rico que me apretaba y me soltaba la verga con su conchita, haciéndome suspirar de placer. Alicia comenzó a darse sentones fuertes sobre mi pelvis, clavándose ella misma, más y más fuerte, ya sus gemidos inundaban todo el dormitorio. Se tocaba las tetas, se las lamia, perdiendo la cabeza entre gritos me avisaba de su orgasmo. La muy zorra se empezó a venir, mojándome las bolas, me las dejó lleno de sus jugos, fue algo riquísimo, me encantó su forma de acabar. Le avisé, que me iba a correr dentro de ella. Se sacó la verga y con su mano me la agitó para acelerar mi eyaculación.

-¿Qué vas hacer? -me adelanté…

-Quiero tu lechita… ¿puedo…? – con la excitación encima, me reí.

En cuanto sintió los pequeños chorros… acercó su rostro para recibir mi leche en toda su cara. Todo mi semen salió disparado alrededor de toda su boquita, Alicia con su lengua lamía alrededor de sus labios. Mirándome, me dijo -Te amo…- Luego se limpió el resto de mis líquidos, con el dorso de la mano.
Nos tumbamos en la cama cansados, nos dimos unos cuantos besos. Se levantó entre risas. Me dijo que estaba abochornada por el calor y que necesitaba bañarse para quitarse todo el olor a sexo. Camino desnuda, contoneando ese rico poto, que tanto recelo, lo cuidaba.

Mientras Alicia se duchaba, pensé en poder pedírselo, como sea. Ya perdía la cabeza de cómo hacerlo para que me entregue su precioso culito.
Con todas las flacas con las que estado, fácil me lo daban si protestar, porque eran bastante normalitas. Pero Alicia es bien bonita y potona. Es una chica que sabe que tiene buen cuerpo… y de alguna manera, siento que su belleza me produce inseguridades. -¡¡¡Tenía miedo de cagarla!!!

Al poco rato, Alicia salió bañadita, con la toalla enredada sobre su cuerpo, con el cabello recogido, se puso a buscar sus prendas. -¿oye, has visto dónde tiré mi calzón? –mientras se vestía. La observé. Mi nena, con dificultad, metía sus nalgotas en el ajustado vestido. Malabares tuvo que hacer para que se le encaje. Esta hembra, lo único que sabe es provocarme… Dejarme más caliente.

Al fin encontró el calzón, estaba en el cabecero de la cama -¡¡por fis… alcáncemelo amor…!! - Tome su trusa y la miré. (Qué delicada prenda femenina, dónde guarda todos sus olores íntimos de mi fémina…) En un acto pervertido empiezo al olfatear su prenda con descaro. Ella al verme mi perversión echó a reír - ¿te gusta? Quédatelo. Si eso te hace recordarme a mí… -No hace falta, tómalo. Solo bromeo – le respondí. Le alcancé su ropa interior. Alicia, Intentaba que la tanga se le encajara en todo el poto. Al fin pudo ajustárselo en sus carnes.

- ¡¡Ayy mira la hora qué es…!! Ya me tengo que ir, amor…

-¡¡Carajo!!! -Grité en mi mente. Se me escapa. Dentro de mi eché a resignarme… ¡Qué mie..rda hago! (Siempre dicen que, cuando quieres algo con una mujer debes tener un propósito claro y hacer que las cosas sucedan… Sabias palabras de mi tío)

Me armé de valor…

-¡Alicia espera…! No te vayas tan temprano… Quédate conmigo un rato más por favor prometo llevarte hasta tu casa…

-No te quiero molestar… Tus vecinos que dirán…

Le hice ver que me sentía muy triste por su partida. Ella lo pensó un poco. La tomé de la mano para reforzar su decisión de quedarse.

–¡¡Mmm… Esta bien!! –Suspiró- ¡¡Las cosas que hago por ti!! Me quedare un rato más…

Ingresó otra vez a mi habitación.

Cerré la puerta y la seguí. Se sentó al borde de la cama. No sabía de qué hablarle, me sentía un idiota. Se creó entre nosotros un silencio, algo incómodo. Ella comenzó a hablarme sus cosas. Me pidió que la aconseje sobre su relación amorosa con su pareja. Si la mejor opción para ella era separarse o regresar con él y perdonarlo. No quería oír toda esa mier..da -¡¡no soy su psiquiatra!!- Comencé a cambiarle la conversación, divirtiéndola, haciéndola reír y ponerla arrecha con mis caricias.

-Alicia, dame tu culito – se lo dije en broma, tanteando su predisposición.

-Jajaja… No sé… porqué te lo daría a ti – me seguía el juego, pero obvio que no atracaba.

Volví a cambiarle de tema. Después del momento de tensión, los dos estábamos cada vez más cómodos, reíamos mucho con la conversación. Prendí un cigarro. La nicotina me ayuda a relajarme. Le ofrecí uno.

- No te burles. Pero, no se fumar

- Jajaja… Es enserio… no te creo.

- ¡¡Verdad!! No te miento… me enseñas?

Sujetó el cigarro en la boca. Y se lo prendí. Le dio unas cuantas caladas y se atoró.

-Jajaja… ¡Boba! debes hacerlo así. – le enseñé cómo debía hacerlo

-¡¡Malooo!! ¡¡No te burles…!!!

Después, Alicia con la práctica, empezó a mejorar. Al poco tiempo ya empezaba a fumar al igual que una señorita de citas.
Seguíamos platicando y la cosa seguía mejorando, la abrazada, la besaba, Ella comenzaba a calentarse, la tenía comiendo de mis manos. Excitada se lo volví a proponer otra vez…

-Alicia, quiero hacerte el amor por atrás.

- ¡¡Tontito!! Es una locura… -Cada vez la percibí más convencida.

Le metí el dedo en su colita. Ella gimió -¡¡Ahhhh… Espera!!- Empezó a dudar, y rápidamente, se apartó de mí. Jugó con su pelo y me miro de forma muy coqueta.

-¡¡Alicia, ven!!. Abrázame.

-No quiero.

-¿Porqué, Alicia?

- Porque me dan miedo tus abrazos. Me harán hacer cosas que después me voy a arrepentir -decía entre riendo y algo nerviosa.

Me acerqué a ella y la besé tiernamente -Dame ese culito rico… - volví a repetírselo. Alicia, convencida, sonrió; y con cara de sumisa, asintió dándome su aprobación. Cómo si ya no le importara. Se acostó de lado en la cama, con las piernas juntas y recogidas, ella toda muy coqueta se subía la falda tomando sus nalgas con fuerzas y apretándolas, invitándome a que me la folle.

Me aproximé lentamente hacia ella. Solo le miraba ese riquísimo culazo que se engrosaba en esa posición, al igual que su cadera y cintura, se ensancharon el doble. Pensaba en hacerle un anal suave a esta zorrita con un culo muy rico. Me puse ansioso, nervioso, el corazón me bombeó muy rápido y la respiración se me entrecortaba. La miré, intentando fijarme en su expresión, asegurándome que está verdaderamente decidida, lo pude comprobar con el beso apasionado que recibí. Le baje de a poquitos su trusa. El diminuto calzón se iba enrollando al mismo tiempo que se lo bajaba. Se lo dejé hasta la parte interna de sus muslos. Le abrí la raja con ambas manos, su almejita depilada estaba bien rojita e hinchadita, los labios vaginales se apretaban fuertemente al estar en esa posición acurrucada. Agarré ese par de nalgotas y las sacudí, para apreciar el rico efecto que hacían al moverse y rosarse entre ellas. Toda mi cara la tenía plantada en ese par de enormes cachetes, intentaba ahogarme con esas bellezas. Me dejaba llevar por excitación. Como un perro, lamia y lamia su vagina llena de todos sus líquidos íntimos. Le di unos cuantos lenguazos y de inmediato, me dirigí a su culito, le pegué mi nariz en su anito, oliéndoselo, aspirando profundamente todo su olor femenino, su esencia de mujer que me ponía más caliente y arrecho. Alicia respiraba fatigada, por las sensaciones que sentía. De costadito en la cama, con el trasero empinado, facilitándome a que yo pueda degustarla. Comencé a estamparle besitos suaves sobre el orificio cerradito, frunciendo y pegando los labios hasta que saco la lengua y empiezo a lamérselo despacito, pasándole por encima una y otra vez, sadiqueándome con su colita. Al mismo tiempo, me masturbaba, quería que mi pieza este bien dura para penetrarla. Me esforzaba por comerme ese culo, toda mi saliva le recorría por sus nalgas se lo tenía cubierto completamente de baba. Ella, con dificultad, Levantaba la cabeza para mirar como yo me gozaba de su poto. Ruborizada observaba mi fetiche.

 

-¿Ya quieres hacérmelo? -Me preguntó

-sí

-¿Quieres que me quite el vestido?

-No, déjatelo. Quiero cacharte con tu vestido puesto…

-Jiijiji…Está bien.

-Despacito, por favor… Que no me duela

Levantó más su falda y la sujetó con sus antebrazos para que no estorbe. Cerró los ojos Esperando que le meta la pinga en su culito.
Le unte mi saliva en su recto y le introduje mis dedos. Aguantó el índice, pero cuando le metí un par de dedos más, se quejó levemente.

-¿Te duele? ¿Te hago daño?

-No, no te preocupes, tú sigue.

-¿Enserio?

-Con los dedos, si puedo. Pero, con tu pene erecto, no sé si aguante amor…

-¡Relajate! ¡Ya verás que te va a gustar!

-Al principio duele, pero luego vas a pedir que te cachen por ahí

-Jiijiji… No me hagas reír ¡Cómo hablas!

-Solo te lo entrego a ti, porque te portas bien conmigo.

“Sí cojuda, ahora lo dices. Luego, te preguntarás por qué me entregaste el poto, y solo dirás que te dejaste llevar por el momento. Casi todas lo hacen…” – me dije a mí mismo.

Me acomodé detrás empuñándome la verga con la mano derecha, utilicé la otra, para abrirle el culo a la altura del ano. Con la pinga bien dura, empiezo a empujárselo. Alicia aguantaba terriblemente la penetración. Se puso roja, se le salían unas cuántas lágrimas, su vocecita entrecortada me pedía delicadeza, su mano en un acto inconsciente frenaba mis avances. Pero, como una toda una hembra, se tragaba todo su calvario con tal de satisfacer a su amante.

Lentito se la metía, dilatando su cerradito orificio. Alicia resoplaba desesperadamente, mordiendo su puño. Se le escaba unas cuántas lisuras de su boquita –¡¡¡¡Carajoooo, ahhhhhhh!!!!-Tratando de aguantar la penetración anal. Centímetro a centímetro se lo iba embutiendo. De solo ver su culazo comiéndose mi verga y de oír sus lloriqueos de mi nena, me cagaba la mente. Por la maña que tengo, comencé sobándole su vagina, buscado su clítoris para masturbarla. A medida que la noté extasiada, me apego más a su trasero y empiezo a encularla, a metérsela entera, removiéndome como loco, con la verga bien apretadita dentro de su poto. Alicia, ya empezaba agarrarle el gusto. Se puso a gemir de manera aguda. Empecé con las embestidas, golpeando sus nalgotas. Esas nalgas vibraban bien rico, con cada acometida que recibía. Buscaba sus labios para comerla a besos y lenguazos.

-Me duele, amor, más despacio, por favor…

-¡Aayyyy! Alicia tienes un culito bien rico… ya no aguantooooo…

Estaba cada vez más enfermo, como un burro, solo me dejaba llevar por lo que experimentaba, el sexo anal con una chica rica y apretadita como Alicia, me volvía loco… Buuufffff

Me fijaba en la forma tan sexy y sensual como se comportaba cuando le iba metiendo la pinga, mis huevos chocaban duro contra su enorme culo. Aquello me hizo durar muy poco tiempo, la excitación me ganó. Saque mi vega de su apretado hoyito trasero y Me vine en sus nalgas.

-¿Qué pasó?

-Nada mi amor… es imposible aguantar tremendo culo que te manejas

-¡Ay¡ ¡Qué monse!–tratando de provocarme

- Tú tienes la culpa, estás bien rica…

-Alicia, ven cómete mi verga

AL principio la pendeja se puso reacia a chuparla –No pasa nada, tienes un poto riquísimo y muy limpio- Algo apenada comenzó a observar, oler, a ver si no hay restos de mie..rda en mi verga, como no vio nada, le dio una sabrosa lamida y después, cuando sintió que no tiene mal sabor me dio una sabrosa mamada.

-Amor de a perrito, ensártamelo…

-¿te gustó que te dé por el culito?

-Sí, se siente rico…

-Alicia, Échate boca abajo.

-¿para qué…?

-Tú hazme caso, te va a gustar…

Me subí encima de ella, metiéndole por ese buen culo mi verga caliente, agarraba sus nalgas y las estrujaba. ¡Uff! como se retorcía de placer la pendeja, se ve que disfruta bastante tener mi pinga dentro de su culo. La follaba apretando los dientes con rabia, contraía mi culo, para metérselo hasta el fondo de sus entrañas, a ella se le escapa un suspiro en cada penetración. Me sobaba como un cerdo cochino y pervertido por todo su cuerpo. Intentando perderme por sus carnes. Agarraba sus manos, le comía la oreja a besos, le mordía el cuello, olfateaba su pelo, jadeaba de placer, estaba absorto disfrutando de la compañía de una fémina muy potona.

Alicia, me volvió a practicar sexo oral, succionando mi verga como un biberón, a la vez me masturbaba para que mi miembro no pierda rigidez. Arrodillada, sentada sobre sus talones, se volteó y se echó hacia adelante como una perrita en cuatro sobre el borde de la cama, de manera que sus nalgotas queden expuestas y semi abiertas para mí. Mis manos traviesas juegan con sus nalgas, explorando su culo y raja, tratando de abrir exageradamente ese par de cachetes.
Ella misma frotaba mi glande sobre su culo, entendí que deseaba ser cogida en esa posición. Le metí los dedos dentro de su conchita, que estaba bien calientita, parte de sus líquidos se los embarraba en su anito, para lubricarla. Alicia gemía como loca hasta tal punto de venirse completamente. Presionaba los muslos, para apretar mis dedos con su vagina –Amor, ya hazlo por favor… ¡¡Métemela!! -Me posicione agarrándome la pinga que la tenía bien dura y se lo meto por el culo, clavándoselo sin piedad, la sujeto por la caderas y me puse a asestarle clavadas secas, haciendo una pausa de dos segundos antes de la siguiente embestida. Qué rico sentía el calorcito de su esfínter, Alicia apretaba rico mi verga mientras se movía deliciosamente. Ella misma se embutía toda mi pinga -¡Qué golosa!- Ambos nos pusimos a jadear secamente.

Alicia, con el vestido todo mojadito de sudor, se volvió a acostar de lado, en posición cucharita. Se agarró el poto y apretó con fuerzas sus nalgas, abriéndoselas, para que le mire ese anito dilatado. Me pedía más pinga, se introducía sus dedos en su partecita, azotándose ella misma las nalgotas.
Masturbándome, la observaba todo su desborde de arrechura. Esperando que me suplique por más sexo anal. Aunque yo, ya estaba fatigado de tanto cachármela.

-¡¡Sigue pues, no me dejes así!!! –Me reclamaba como si fuera su marido.

-¿Quieres que te siga rompiendo el culito?

- Quiero sentir tu lechita caliente ahí.

Me metí en la cama, me acomode de lado, detrás de ella, abrazándola. Baje el listón de su vestido para sacarle una de sus tetas. Se las agarré toscamente, por la excitación que tenía encima. Alicia, me cogió la verga y se lo introdujo en su orificio. Ella no deja de mover sus nalgas, presionaba su mano en mis glúteos para sentir más profunda la penetración, mientras me exige que se la meta con fuerza. Ella solo gemía y se movía ensartada en mi palo. Estaba ansiosa tratando de tener un orgasmo.

Mientras me la tiraba por el culo me decía…

-¡Ahhh…! ¡Hazme tu mujer!... Quiero ser tu puta… ¡¡métemela duro!! Mi colita quiere más de esa rica verga que llevas ahí.

-¡¡Ahhh…!! ¡Tú no me vas a ser infiel, recuerda que una mujer como yo no te hará el amor tan rico, ni dejara que se la metas por el culo, me siento una puta, pero lo hago por ti. Recuerda, nosotras las que tenemos un culo así de rico somos las mejores. Olvida a esas feas de tus mujeres que te acuestas…

-¡¡Mmmm…!! Lo que tú digas mi amor…

-¡¡Quiero que te vengas!! ¡¡Ahhhhh…!!

Empezaba a embestirla golpeado las nalgas con mi pelvis, provocando que resuenen por mi cuarto el sonido que hacia sus nalgas - Plas, plas, plas…- Estuve así como 10 minutos, luego cada acometida que recibía era lenta. Ahora solo se oían las fricciones que hacían mi pene y su hoyito trasero. Alicia miró su teléfono, echo un vistazo a la hora y a sus mensajes; mientras, yo me la follaba hasta sentirme asqueado de su cuerpo meloso y empapado de sudor. Ella seguía mis embestidas echando el culo para atrás para que la penetración fuera más profunda y placentera. Ya no soporté y entre gemidos y diciéndole que me encanta cogerla por el culo. Me venía…

Al final, llegó el momento en que ya sentía aquella sensación de venirme, cerré los ojos, y como si me estuviera meando en la cama; así, de esa manera, la llené de leche como debe de ser, fue una noche inolvidable, rico poto… -¡Enserio!-

Dejé toda mi verga dentro de su culo, hasta que se me volvió flácida. Luego se lo retiré. De su ano derramaba toda mi leche espesa que resbalaba por su vulva y parte de las nalgas - ¡dejar escapar mi semen dentro de ella, fue delicioso!-

Alicia se fijó nuevamente en la hora. Se acomodó el vestido y se peinó el cabello con prisa, para irse a su casa. No quizó quedarse, ni que la acompañe.

-¿Estas bien, Alicia?

-Sí, un poco adolorida atrás… mi colita, ya pasará

-Amor, el viernes quedamos en vernos…

-¿Para qué? –extrañado le pregunté

-No sé… pasear, supongo. Llévame al Larcomar ¿Puedes ese día?

-Sí, Alicia…

…Y se fue bien cachada, con el culo roto y oliendo a sexo por la calle.

¡¡¡GRACIAS!!!

 

Buen relato cofra no la deje ir hasta dejar ese culo bien abierto. Le recomiendo seguir su aventura Cón la anfitriona hembras así hay muy pocas tan entregadas.

 

Bien jugado cofrade!! Felicitaciones!!

 

Que rico polvo cofrade

 

Que ricooooo relato cofrade hasta me masturbe de imaginar ese rico culo, felicitaciones bien ganado

 

Cofra... Siga su relato.. Para mi es el que debió ganar... Póngase una de las fotos que tiene... Si se puede, sin delatar a nadie... Continúe sus experiencia

 

Buen relato e sería genial esto tener alguna foto referencial

 

Muy buena historia cofra, que suerte la suya!

 

Man... Que paso... Siga su historia o póngase unas fotitos

 

Este relato estaba chevere..... Que paso?

 

continue su relato, esto fue el mejor desde el concurso

 

Hola cofrades, me descuide un poco de este foro. Lo siento... pero me deprimí al saber que mi relato ni mención tuvo de parte del concurso. bueno son cosas que pasan. respeto eso, en fin.

a muchos les agrado mi experiencia, y eso, me reconforta y me tiene con ganas de seguir compartiendo historias de mis aventuras con más feminas.

gracias por su apoyo, y que gusto, que le haya gustado... les dejo las fotos de Alicia.

¡¡¡Disfrutenloooo!!!!

 

Dale cumpa.... Su relato esta muy bueno. Las fotos son tal cual la imagine

 

estimado... tu post tenia que ganar...buenas fotos--- una de espaldas donde se note todo eso que se comio

 

Muy buen relato. Yo también pensé que se llevaría algún reconocimiento.

Sería buenísimo que prosiga con su relato.

 

estimado...continue este relato... ponga una fotos de su tremendo rabanal... para ver que se comio

 

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que paso con tu relato... estimado