Mi novia tentando a su amigo

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Resulta que Marco, el amigo de mi novia Carla, está enamorado de ella hace tiempo; o bueno, le ha tenido muchas ganas siempre. Ella, en cambio, nunca ha sentido nada por él, aunque solo han sido amigos muy cercanos por contarse sus cosas íntimas: ella más a él, básicamente. Personalmente, no tengo ningún problema que ella se hable con él, uno porque no la quiero aprisionar con mis deseos y dos porque me gusta cuando ella habla sobre sus temas personales con otros, en especial con Marco, que se muere por ella y Carla prácticamente le calienta las bolas.

Como Marco es fotógrafo, decidimos salir los 3 de paseo más otra amiga que no tiene mayor interés en la historia. La idea era hacernos fotografías durante el paseo para nuestras redes sociales, pero yo tenía en mente que Carla se hiciera fotografías más provocadoras. Ella aceptó luego de proponerle la idea en una noche íntima: estaba abierta a comportarse eroticamente para la cámara de Marco, por quien no tenía temor alguno de que se sobrepasase con ella.

Salimos de camping entonces, caminando largos senderos. Carla vestía unos leggins apretadísimos, tan apretados que cada vez que se estiraba para escalar alguna piedra, la tela traslucía y daba a notar su ropa interior. Marco se dio cuenta de esto rápidamente, lo pude notar mientras ella intentaba subir una piedra alta. Cuando subía una pierna, el pantalón se estiraba y todos podíamos notar con la vista su tanguita blanca. El resto de la caminata fue algo así parecido, tanto Marco y yo le veíamos el culo a mi novia.

En la tarde de descanso, luego del almuerzo, decidimos tomarnos las fotografías. Habíamos escogido un lugar apartado para hacerlo, pero rodeado de profunda naturaleza. Las primeras fotos fueron normales, pero conforme los efectos de la marihuana aumentaban, pues hacíamos más travesuras como tocarnos más o besarnos profundamente.

Cuando ya pasó el tiempo suficiente como para tomarnos fotografías decentes, comenzamos con Carla a aumentar el nivel del juego. Ahora ella voluntariamente subía y bajaba sus leggins, mostrando partes de su ropa interior cuando a ella le parecía divertido. Marco claramente tenía una erección que crecía conforme Carla jugaba. Me acerqué hacia ella y me puse detrás, le dije a Marco que vaya tomando fotos de cada movimiento que hiciéramos. Carla me preguntó que qué haría, pero yo solo le dije que pose lo mejor que pueda a la cámara.

Entonces mientras el amigo nos tomaba las fotografías, yo detrás de ella ponía mis manos en sus caderas y, muy lentamente, comenzaba a bajar sus pantalones. Carla, jugando eróticamente, puso sus manos en su cabello y empezó a mover las caderas, como bailando lentamente mientras mis manos deslizaban sobre sus muslos y piernas el leggin que caía al suelo. Cuando cayeron totalmente, ella levantó sus pies y se despojó de ellos, quedando solamente en un polito, sus zapatillas con medias y su bella tanguita blanca.

Marco tomó fotografías de cada proceso, cada minúsculo proceso, ya que no querría perder ni el menor detalle de su cuerpo y sus movimientos. Para calentar aún más la cosa, volteé a Carla frente a mí, ofreciendo sus glúteos al fotógrafo. Con las mismas indicaciones de tomar las fotos, besé a Carla largamente, mientras mis manos tocaban sus nalgas: agarrándolas, estrujándolas, masajeándolas e incluso separándolas entre ellas. Un poco más adelante pudimos notar, en las fotos, que al separar sus nalgas lo suficientemente, se notaban los indicios de su ano.

Así, ella en tanga, y todos los demás vestidos, decidimos ver las fotografías juntos. Notar aquella escena en la que Carla era la única semidesnuda, me ponía a mil. Supongo que a Marco también.

Ahora era mi turno de tomar las fotografías y se me ocurrió una idea, algo que a Carla nunca se le hubiera ocurrido: quería que ellos dos posaran para la cámara haciendo poses diversas. Así, ante los efectos de la marihuana, ambos aceptaron hacerlo. El ver a mi novia siendo manoseada por su amigo, quien se moría por ella, era alucinante para mí. Notaba cómo Marco se esforzaba por tocar sus piernas, sus caderas y sus glúteos, cuando le dije que lo haga. Ella también se divertía, no tuvo ningún problema en posar con su amigo tocándola.

En algún momento quería que Carla mostrara sus tetas, pero ella me lo negó inmediatamente. Fue una pequeña decepción pero no importaba, verla toda aventurera con una tanguita en la naturaleza era para mí lo más erótico del día. Como hacía calor aún, seguimos caminando, no sin pedirle a mi novia que siguiera por el camino aún sin el pantalón puesto. Aceptó.

Así estuvimos caminando yo, mi novia y Marco detrás, "siguiendo nuestros pasos." La otra amiga también caminaba, pero ella era otra historia. Carla se mantuvo con la tanga descubierta hasta sentir que nos acercábamos a un lugar donde concurría gente, cuando lo sentimos, ella se volvió a cubrir. Vale decir que en toda esa caminata, mis manos la tocaban constantemente y Marco mirando todo el proceso.

 

jajajajajajajaja buena con la terma

 

ben inicio al mundo cuckold...poco a poco

 

Que bueno e interesante relato...es de suponer qie hay continuación no?
Esperaremos

 

interesante, es buena la experiencia...

 

Algún día llegará la continuación cofra????

 

Interesante la historia y está bien rica la flakita esa conchita pide a gritos que se la metan

 

En espera del relato !!

 

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y la continuación con la clavada? o la flaquita ya lo dejo por Marquito?