Mi Monitor

Ese día después de las clases había quedado para ir al gimnasio. Al llegar de clase cogí mi mochila y metí dentro un par de leggings y un top para hacer algo de deporte esa tarde.
No soy una chica demasiado sana pero las Navidades habían hecho mella y me habías animado a ir al gimnasio a tonificar mis músculos. Yo llevaba unas mallas de color oscuro y un top gris bastante insinuante en el que se insinuaban algo mis pechos.
Me dirigí hacia la bicicleta para calentar un poco, pero esta vez elegí una de las que se encontraba frente al monitor, me encontré con el mejor ángulo de visión, estuvo frente a mí a una distancia de diez metros aproximadamente, me observaba, sus piernas eran admirables y fuertes como columnas, cuando hacían esfuerzo sobresalían sus músculos, era una panorámica fantástica imposible de dejar de admirar.
Algunas veces me observaba y en ese momento retiraba mi mirada y nuevamente yo la dirigía afanosamente hacia él, luego volvía la mirada hacia mí y yo nuevamente la retiraba, no quería en ese momento demostrar lo que sentía o que soñaba en el gimnasio, por el momento el solo verle hacer los ejercicios, mirar los fuertes músculos, ver correr el sudor por su rostro me excitaba bastante.
Luego de un tiempo me levanté pedaleando encima de la bicicleta estática bastante agitada por el ejercicio y sobre todo por la sensación que me causaba frente a mí, incliné un poco mi dorso hacia abajo, pretendiendo proyectar y mostrar mucho más mi escote y el movimiento de mis senos durante el ejercicio, que como flanes se movían al ritmo de la música. Aunque de esta manera no podía mantener mi mirada, algunas veces muy fingidamente hacía un barrido visual para observarle, era mi principal atracción y excitación.
Esta situación me excitaba cada vez más, deseaba quitarme todo y continuar haciendo ejercicio desnuda en ese momento y de igual forma deseaba verle sin una sola prenda haciendo ejercicios, deseaba tener sexo en los diferentes espacios del gimnasio, sobre varias de las máquinas pero regresé pronto de esta ligera alucinación y mantuve fuertemente mi ejercicio a la vez que intentaba seducirle con mi escote bajo y el movimiento de mis senos y esta vez debido a la excitación, comencé a rozarme suavemente con el sillín de la bicicleta, mientras subía y bajaba. Mi excitación iba en aumento al notar la dureza frotarse contra mi sexo y mi rostro reflejaba cierto placer. En ocasiones cerraba los ojos y al abrirlos podía observar sus ojos parados observando toda la escena.
Mi sexo se dilataba y el calor llenaba mis paredes en cada salto que daba sobre el sillín pero quizás por el momento tuve que parar de pedalear y acercarme a una de las máquinas más cercanas y comencé a fortalecer lentamente los músculos de mis brazos y sucedió lo que deseaba. Se ofreció a ayudarme con la máquina, no dejaba de mirar mi escote, deseaba meterse dentro y explorar lo que escondía. El movimiento de mis pechos al accionar la máquina también era hipnótico para el resto de observadores que por momentos dejaban de utilizar sus máquinas para observar como hacía ejercicio yo.
El ambiente se empezaba a cargar de erotismo, el sudor corría mi melena y se depositaba en el escote. Hacía mucho calor y empecé a beber el agua fresca de un botellín que tenía al lado de la máquina. Al notar el agua fresca me entraron unas ganas locas de mojarme el pelo, refrescarme la cara, las piernas. Era una sensación maravillosa después de lo pegajosa que sentía la piel. Yo me hidrataba y bebía pero en un descuido algo de agua se derramó sobre mi top haciendo que mis pezones se pusieran erectos por el frío y se marcaran de forma desmesurada.
No sabía dónde meterme en esos instantes, la tierra debía tragarme y lo único que pude hacer fue colocarme la toalla sobre mis senos con la cara colorada de la vergüenza.
Después de un rato de máquinas fui a calentar para evitar lesiones, él se acercó y me dio distintos consejos y ayudas mientras rozaba levemente tu entrepierna con mi muslo. Me hacía poner posturas algo sexuales para los estiramientos que estábamos haciendo y su pantalón empezaba a engordar por momentos.
Y el atractivo juego de la seducción que tanto me gusta comenzó, cuando nos encontrábamos en diferentes sitios de la sala, yo trabajando a lo mío y él ayudando a algún usuario nuestras miradas se cruzaban, primero fueron de amistad, luego de complicidad mezclado con picaresca y al final de deseo encubierto.
Al ayudarme con algún aparato que se me resistía, primero era profesional, pero ya tan avanzado el juego entre nosotros, su mano se demoraba en la mía un poco más de lo habitual, sus roces eran más intensos, en el banco de pesas por ejemplo, yo tumbada levantando la barra y él ayudándome sujetándola cuando nuestras miradas se cruzaban saltaban chispas, sus ojos se demoraban a drede en las gotas de sudor que rodaban por mi pecho y sonreía. Y tenerle tan cerca de mí, en la parte mi cabeza, su cuerpo...sus partes nobles causaban en mí una gran excitación....

 

y pasó??? jaja

Bienvenida al foro.

 

Quizás no venga al caso, pero... a qué gym vas? jejeje

 

JAJJAJA.muchas gracias...pues ahí nada...pero en otra ocasión...algo más..lo que pasa que como son experiencias reales...no todas son tan sexuales

 

Uno algo céntrico...;-)

 

Y... eso continúa o ahí muere :becky:

 

Buen inicio.

 

muy bueno