Aventuras en Putina Punco

Les suplico un poco de paciencia, algunos que quizá han leido mis ratings saben que me explayo de más a veces, es un defecto el irme por las ramas, intentaré no hacerlo.

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Hoy mientras me fumaba un cigarro frente a la ventana del departamento y veía el movimiento en la Avénida Benavides, recibí un mensaje de texto:

"Te quiero, es tonto lo sé sólo pasamos unos días, espero te des un tiempo y me llames".

Creanlo me dejó mucha nostalgia, y no sabía qué palabras usar para responder el mensaje, lo que pasó había sido algo inesperado, hasta fortuito. No quise hacerle daño y menos enamorarme, pero creo que sólo conseguí lo segundo.

Comenzaré por el principio, el 17 de diciembre recibí la llamada de invitación de mi viejo para pasar las fiestas con la familia en Trujillo. ¡Carajo! y yo que intento evitar estas fiestasnhuachafas de , inventé un viaje a provincia y me excusé.

Con el tema del divorcio tan cerca decidí materializar mi mentira y escogí un destino que hacía tiempo deseaba conocer: San Pedro de Putina Punco, en la selva del departamento de Puno, más allá de Sandia, más allá de San Juan del Oro. Hice mis maletas y el 22 escapé, avión hasta Juliaca, Bus (si a eso se le puede llamar bus) hasta Sandía, Camioneta hasta San Juan del Oro y finalmente furgoneta hasta SP de Putina Punco. Lindos paisajes, silencio, una casera muy amable y sobre todo ser un desconocido.

Me instalé en un segundo piso de adobe y mosquiteros por doquier y bajé a dar una vuelta por el pueblo, la señora me dijo que serviría la cena (eran las 6:30 pm) y le respondí que comería en algún lugar por ahí, que quería caminar. Salí y sentí el aire tibio de la selva, vi el frondoso verde que tapaba los cerros, encendí un cigarro y caminé hasta que dos cuadras después terminó el pueblo. Di vuelta y seguí caminando, la gente me miraba como bicho raro, es un pueblo muy pequeño y todos sabían que yo era el único turista, esa noche fuí la novedad. El olor a comida casera me atrajo a un restaurancito, me senté y bajo la atenta mirada de los comensales pedí un café y empanadas, todo trascurría con el tedio de un pueblo hasta que entró en el restaurante Rosa María (en ese momento no sabía su nombre), la vi alta y flaca, de rostro bastante blanco y cabellos en moño tenía un vestido crema suelto y un sombrero en la mano, me miró y no pudo ocultar su sorpresa, nadie le había coentado del turista. Se acercó a la señora que atendía, le dijo algo y se fue. Hice lo mismo y me fuí a leer a mi cuarto.

Al día siguiente salí temprano, me invitaron a ver las chacras de café, aproveché para comprar café de primera de la Cooperativa San Juan del Oro y hablé con su gerente, era Juliaqueño, me invitó a almorzar en el pueblo. Entramos al Restaurancito y vimos que estaba lleno, en una mesa estaba Rosa María sola, tomando una coca cola y leyendo un diario, el Gerente se le acercó y le dijo: "¿Profesora la podemos acompañar?" ella aceptó, sólo cuando me estaba por sentar se dio cuenta que se sentarían no sólo el gerente sino también el turista. Se sorprendió y se sonrojó, la pude ver mejor. Era bonita y menos blanca de lo que parecia la noche anterior, tenía el cuello muy largo y hablaba pausado. Nos presentaron y de inmediato estábamos conversando. Era de Moquegua, como las paltas, dije yo y ella se rio de mi estúpido chiste. Trabajaba para una ONG que estaba viendo la posibilidad de poner un colegio modelo en la zona. Conversamos y sin darnos cuenta ya eran las 5 de la tarde, ella me dijo que debía recoger una encomienda en el bus (las agencias no existen, si no recoges tu paquete en el bus, mejor olvídate de él), le dije 'te acompaño' se negó amablemente y nos despedimos. Me fuí al cuarto a leer un poco y a revisar Perutops (lo primero que hice fue preparar mi conexión satelital antes de viajar).

Como a las 9 pm me avisaron que me buscaban, bajé y era la profesora, me dijo que si quería dar un paseo por el río, acepté y caminamos, nos sentamos en una piedra al lado del rio, yo encendí un cigarro y le ofrecí uno, no sabía fumar. Eso dio pie a bromas sobre su juventud (nada lejana y muy tonta, según sus propias palabras), hablamos de todo, mi divorcio y su novio en Arequipa, de mi trabajo y el suyo, de los recuerdos de navidad (era 24 en la noche), de la muerte de mi vieja y de su padre con parkinson. Hablamos hasta las 2 dela mañana, de rato en rato pasaba un campesino y la saludaba, todos la conocían, era una buena persona y hasta había atendido un parto. Todo acompañado de cigarros y uno que otro traguito de ron de mi licorera.

Como siempre suele pasar, llegó el silencio incómodo, ambos terminamos de reir y no dijimos nada, ella me miraba, yo la veía por el rabillo del ojo, se acercó, me tomó el rostro con las manos y me besó entre la mejilla y los labios. Era muy tímida eso se notaba, el alcohol hizo su efecto y la noche cómplice le permitió esa licencia. Yo no tenía ganas de que pasara nada así que la abracé por la cintura, apoyé su cabeza en mi hombro y le dije: "pronto recordarás esta navidad y sonreirás", ella se soltó y me volvió a besar pero esta vez en los labios directamente. Yo le dije "¿y tu novio?", no me respondió nada, se encogió de hombros y me volvió a besar. Entonces sí la abracé rodeándola por completo y la besé muy suavemente, le mordí los labios y le besé el cuello. Un campesino nos sorprendió y tuvimos que separarnos.

Le dije es tarde, vamos. Nos levantamos y caminamos abrazados. Pudo jurar hoy que no quería aprovecharme de ella, yo iba con ventaja no sólo por mi vida sino porque en ese momento no quería nada, en cambio ella había tenido una juventud bastante parametrada y extrañaba con todas sus fuerzas un poco de calor junto a ella. Me dijo yo también vivo donde Marcelina (la señora que me alquilaba el cuarto, si van al pueblo hospedense ahí), 'bueno' le dije, 'entonces hoy nos iremos juntos a casa', se pegó a mi y así caminamos de regreso a la pensión.

En la puerta de la pensión le dije, 'sssshhhh deben estar durmiendo todos' (sólo estaban Marcelina y su esposo) ella soltó una risotada y me dijo 'quien todos, son dos gatos, podríamos tirar la casa abajo y ni se darían cuenta', la ignoré para no darle más ideas pero fue inútil, ni bien abrí la cerradura y pude empujar la puerta se abalanzó sobre mi y nos comenzamos a besar, su cuerpo serpenteaba y se contorneaba, no sé cuanto tiempo pasó y le dije 'vamos a acostarnos', frase completamente malinterpretada que recibió por respuesta: 'sí, -un suspiro- hazme tuya', quise reir, porque no escuchaba esa frase desde el colegio creo, y entendí que estaba por aprovecharme de una mujer con mente de niña, la ternura me ganó, sólo dije '¿estás segura?' a lo que respondió suspirando y moviendo la cabeza de arriba a abajo. Me llevó de la mano a su cuarto y abrió, entró y se estiro en la cama. Yo la levanté y le dije "aún no", la besé suave en los labios, casi como un roce, luego en el cuello mientras la desvestía, la apretaba mientras ella se estremecía en mis brazos, la oscuridad apenas dejaba ver algo, se notaba de lejos que jamás le habían dado lo que se llama SU BUENA CACHADA.


Intentaré continuar mañana, hoy me han vencido el humo del cigarro y las ganas de tomarme un buen vinito.

En honor a la correción es San Pedro de Putina Punco.

 

Exelente mi estimado ,al leer tu relato me haces recordar una anecdota algo parecida que tuvo un desenlace un poco triste ...En estos momentos estoy siendo victima de los recuerdos ....prosiga usted

 

COntinue con su relato cofrade esta interesante,

 

Buen relato, como pocos. Quedamos a la espera de la continuación.

Diablito

 

prosiga usted el relato de la profesorrita

 

Otra vez debo suplicarles, esta vez paciencia, mi ex(esposa) vino ayer y me trajo al chato, así que entre cambiarle los pañales, hacerle su teté, ver los dibujitos y hacerlo dormir no he podido entrar al foro nuestro de cada día. Hoy en la noche que devuelvo a Cáleb termino el relato.

No es, como me han dicho algunos por MP, para crear intriga y recolectar más lectores, sé que los pocos que me hacen el favor de leer el triste relato de mis vacaciones, lo hacen por eso mismo como un favor hacia mi y que yo agradezco infinitamente.

Un abrazo mío y otro de Cáleb, mi hijo (futuro córade perutopista).

 

Desde que dejé el relato algunas cosas pasaron, pero creo que eso lo contaré como colofón de este relato-meaculpa-catarsis.
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Ella se estremecía al ritmo de cada caricia, con cada beso suspiraba como añorando una vida ahora perdida. Mis labios la rozaban, labios, cuello, hombros.

Le quité el sombrero de las manos y lo solté en el suelo, le desate los cabellos que cayeron desbocados sobre sus hombros que ya comenzaba a besar y desnudar. Me detuve un momento y la miré a los ojos, miré fijamente esos ojos de color de caramelo, en ese instante la amé lo juró, la amé con toda mi alma, esos segundos la amé para siempre. Entendía lo irrepetible de ese momento, de ese sentimiento y quisé aspirarlo, lamerlo, saborearlo hasta hacerlo eterno. No pude. Ella me volvió a besar.

En mi cabeza se debatían las fúricas ganas de poseerla por completo y ese momentáneo amor que me hacía verla dulce y triste. La desvestí y la cargué hasta la cama, la penumbra se iba deshaciendo y cuando iba a dejarla sobre la cama me dijo 'cierra la puerta', la dejé delicadamente y me incorporé, caminé los seis pasos que me hubieran hecho libre, sólo tenía que salir de ahí corriendo, escapar.

Nadie escapa de si mismo ¿no? jamás más claro.

Cerré la puerta y di la vuelta, me recosté en el vano de la puerta cerrada y la miré, ya no amándola como antes, ella se avergonzaba, se notaba porque buscaba sobre la cama algo con qué cubrirse. encendí un cigarro, la lumbre roja dibujaba imágenes en la oscuridad.

Un rayito de Luna cruzaba los vidrios de la puerta e iluminaba uno de sus pies, pensé ¿qué es un pie hermoso? Eso era, un pie suave tocado por la luz de la luna, un pie abandonado intentando cubrirse de mi mirada.

Por fin encontró algo con qué esconder su desnudez y sentándose me llamó a su lado, yo, que ya no era yo: 'NO TE TAPES' le dije, ya no era yo, ella también lo entendió, se destapó y se volvió a acostar, podía sentir su vergüenza sin poder verla sonrojarse, comencé a disfrutarlo. Me senté a su lado y toqué uno de sus senos, era pequeño, lo mismo que su pezón, le pregunté '¿tienes música?', me dijo que había un equipito pequeño junto a la cómoda que ya tenía un Cd dentro, 'sólo presiona el botón amarillo' me dijo, lo hice y salió la voz rasposa de Andrés Calamaro cantando el tango "Malena":

Malena canta el tango como ninguna
y en cada verso pone su corazón.
...
acaso aquel romance que sólo nombra
cuando se pone triste con el alcohol.
Malena canta el tango con voz de sombra,
Malena tiene pena de bandoneón.

...
sólo sé que al rumor de tus tangos, Malena,
te siento más buena,
más buena que yo.
​

Carajo, cómo le permitieron a ese vago aniquilar uno de los mejores tangos.

Me di vuelta y solté el cigarro. Lo que sucedió después es apenas claro. El día entero lo pasamos desnudos y regados por el piso del cuartito, que sonaba a cada movimiento. La música acompasó las 22 veces que nos acoplamos (según ella fueron 24, yo no cuento dos porque me quedé dormido o me desmayé, no lo sé con seguridad), los cigarros se me acabaron antes del sexto polvo, el ron duró mucho menos y los condones jamás participaron de la fiesta. Cuando Marcelina tocó la puerta sólo teníamos música, Rosa María encargo cigarros y más ron 'eso sí, nada de comida' dijo entre risas, había que evitar aterrizar en la realidad de nuestra situación, ella quiso escapar de la conciencia, yo no me negué.

Recuerdo haberla recorrido con mi lengua de pies a cabeza, recuerdo mis manos multiplicándose, apretando sus nalgas redondas y sus senos pequeños, recuerdo su vulva derritiéndose entre mis dedos, recuerdo su boca intentando una mamada bastante torpe, recuerdo cuando le metí el índice derecho en el culo, recuerdo su 'no' tan poco convincente que poco después ya le había enterrado la verga por detrás, recuerdo cuando me dijo bajemos de la cama, recuerdo haberme animalizado, recuerdo cuando ella me mordió el hombro y sentí la sangre correr por mi brazo, recuerdo haberle dicho frases que ella repetía obedientemente, recuerdo que me fui olvidando.

La recuerdo dulce. Eso es lo que más recuerdo, lo dulce que era, me refiero a su sabor, era dulce, devoré su dulzura y ambos nos secamos, me acabé (estoy seguro) la dulzura de su matriz.

Mi reloj marcaba las 02:05 am del 26 de diciembre cuando desperté con la peor resaca de mi vida (siempre es la peor resaca) con el cuerpo de Rosa María de almohada. El cuartito olía a cantina. Su cuerpo sudado se movió cuando sintió que mi cabeza se le despegaba, me metió una mano en el cabello y me dijo 'duerme mi niño', esa señores es la frase que me hizo entender que me pasaba con esta flaca.

Esta ha sido la única mujer que capaz de hacerse amar en sólo segundos, porque sabía que otros segundos después nadie la amaría sino la usaría, era inconsciente de saberlo, claro, pero su cuerpo, su voz, su sexo lo sabían. Lo entendí y me dormí.

Soñé con Marietta, mi ex esposa, otra vez teníamos esa última discusión en la que me pidió el divorcio, otra vez le dije que 'quería volver a amarla', y otra vez ella me dijo 'ójala pudieras a amar a alguien además de ti'.

Desperté cuando Rosa María ya estaba levantada, me dolía todo el cuerpo, ella estaba sentada frente a su cómoda, se había maquillado, pude ver en el espejo que pintaba sus labios de color de rosa.

- Como dormiste, preciosa- le dije.
- No muy bien, el piso no es para dormir y menos para hacer todo lo que me hiciste- me dijo mientras me miraba sonriendo nostálgica.
Cerré los ojos brevemente mientras tanteaba con la mano los cigarros.
- Ayer parecía que lo disfrutabas y no te quejaste.- le dije.
- ¿Si me quejaba te detenías?'- respondió al instante
- no- le dije igual de rápido.

Ambos nos reimos. Intenté incorporarme pero era inútil, tenía una herida muy grande en el hombro y la resaca de todo lo vivido, en la cabeza.

- ¿No quieres dormir un poco más?- le dije
- Pero en la cama.- dijo volteándose del todo.

Me ayudó a levantarme y nos fuimos a la cama. Se quitó el camisón y nos metimos entre las sábanas, nuestros cuerpos tibios comenzaron a calentarse. Ella se volteó dándome la espalda, le pasé mi brazo izquierdo por debajo del cuello y con mi brazo izquierdo la tomé de la cintura y la pegué a mi, ella no se resistió hasta que quisé tocarle el clítoris, me dijo 'no mi amor, me esta ardiendo, si todavía tienes ganas hazlo por detrás', lo cierto es que no tenía ganas (ni fuerza) pero tenerla delante de mi, desnuda y tibia me provocó una reacción instintiva. Otra vez nos quedamos dormidos.

26 de diciembre 19:30. Despertamos casi al mismo tiempo, le pregunté por los cigarros, me dio uno y lo fumé recordando que iban 46 horas y media que no probaba alimento, ella lo mismo. Se había pasado casi totalmente el efecto (y el olor) del alcohol y del sexo. Nos alejamos un poco en la cama. Me preguntó si tenía algo que hacer, ella debía ir a conversar a las 21:00 con una gente de la cafetalera, supuse que era su forma de echarme de su cama (yo mismo lo he hice mucho cuando estudiaba la maestría), pero no, quería que la acompañe.





Lamento tener que dejar otra vez el relato, estoy cansado y triste, en cuanto termine de contarles los últimos sucesos seguro lo entenderán. Son las 6:25, no he dormido nada, hasta dentro de un rato.

 

Estimado, tu relato es muy interesante, solo hay dos cosas del mismo con las que tengo reparos:


1.- Usas demasiado el estilo nostalgico: "Recuerdo haberla recorrido con mi lengua de pies a cabeza, recuerdo mis manos multiplicándose, apretando sus nalgas redondas y sus senos pequeños, recuerdo su vulva derritiéndose entre mis dedos, recuerdo su boca intentando una mamada bastante torpe, recuerdo cuando le metí el índice derecho en el culo, recuerdo su 'no' tan poco convincente que poco después ya le había enterrado la verga por detrás, recuerdo cuando me dijo bajemos de la cama, recuerdo haberme animalizado, recuerdo cuando ella me mordió el hombro y sentí la sangre correr por mi brazo, recuerdo haberle dicho frases que ella repetía obedientemente, recuerdo que me fui olvidando.
La recuerdo dulce. Eso es lo que más recuerdo, lo dulce que era, me refiero a su sabor, era dulce, devoré su dulzura y ambos nos secamos, me acabé (estoy seguro) la dulzura de su matriz.", deberias variar un poco la tonica de tu relato para hacerlo menos monotono...

2. Para un fan del Gran Andres Calamaro, tu manera de expresarte de un grande me parece ofensiva (Carajo, cómo le permitieron a ese vago aniquilar uno de los mejores tangos.) Has de saber que en Argentina es uno de los mas grandes, asi como aca en Peru...

 

De acuerdo contigo en que para un fan de Calamaro el comentario es ofensivo pero, aunque yo no lo haría simplemente por respeto a los gustos y preferencias de los demás, para todos los que no somos fans del ché, es de lo más acertado.

Los artistas, especialmente los mejores, siempre son controversiales y provocan reacciones extremas y opuestas. No creo que nadie dude del gran talento de Calamaro para el rock pero eso no implica que a todos tenga que gustarnos todo lo que hace. Especialmente el crimen que comete al intentar cantar tango.

Honestamente, debería limitarse a componer y cantar rock y, la próxima vez que sienta el irresistible impulso de cantar tango, sería mejor para todos si, en lugar de eso, se sale a caminar solito y se sienta en un parque a fumar un porrito, que es lo que él sabe hacer mejor.

(Lo siento TARIKO, por lo general concuerdo contigo pero, en cuanto a Calamaro asesinando al tango... no)

Diablito

 

Para mi está bien el relato, de hecho me parece extraño que sea válido poner reparos en esta sección, lo ideal creo es que uno cuente su historia a su modo, y respete el estilo de los demás. (Además acabo de escuchar la versión de Calamaro y es un acto de terrorismo contra ese tango, lo cual no significa que esté descalificando el resto de la obra de Calamaro, pero para los que escuchamos y más aun bailamos tango la versión de Calamaro no tiene alma)

Esta historia en particular me agrada bastante y me ha motivado a visitar esta sección, usualmente no me gustan leer los relatos eróticos porque se desvían a lo pornográfico y algunas veces repiten en lo incestuoso (prima/tía) Y creo que el tono de la narración va bien porque la nostalgia del súbito amor por esta mujer refleja la nostalgia de un amor subitamente perdido, hay una simetría en ambas mujeres, ambas van alternando en la mente del autor mientras sucede el encuentro íntimo, la mujer anterior tiene algo de nostalgia quizá hasta en el momento de las discusiones y la de ese pretérito presente lo tiene en potencia porque posiblemente sea la única ocasión en que ese encuentro sea posible, por eso la nostalgia también es factible de presentarse aun teniéndola a lado.

 

Estimados amigos, tal vez no me he explicado bien: nunca en la vida se me ocurriria pensar que Calamaro debe hacerla cantando un Tango a ritmo de rock, seria como pedirle a Carlos Gardel que cantase "Para no olvidarte" a ritmo de tango, simplemente no va... Me recuerda una anecdota: Cuando vino a Peru la gran cantante gotica, la finlandesa Tarja Turunen, ella canto la archiconocida cancion "Signos" en homenaje a Gustavo Cerati... a pesar de su extraordinaria voz (Es considerada la mezzosoprano N| 1 del mundo, e icono del Goth Metal)
simplemente no iba con ella...

A lo que me refiero es que a un Gran cantante de rock en español, que esta a la altura de Charlie Garcia, no se le va a decir que es un vago, es un termino de lo mas despectivo. Es un tio fumon, pero eso es parte del estilo de vida de un rocker (Quien no se ha fumado un porrito???)... Lo considero una gran ofensa... Se imaginan diciendo que Carlos Gardel era un tremendo vago???? Algo de respeto ps... nada mas.

Bueno, aclarado el tema, creo que debemos seguir con la historia...

 

Saludos mi estimado Tariko, entiendo su apreciación (es más, la agradezco y la intentaré tomar en cuenta).

Sólo como excusa soy un tipo bastante nostálgico, quise ser escritor, decidí ser abogado y terminé siendo especialista en Relaciones internacionales y Marketing. Esa vena literaria (tristemente abortada muy prematura) me impide no ser triste y nostálgico.

Por otro lado el relato lo ameritaba, necesitaba la nostalgia para expresar ese vacio que existe por la presencia-ausencia de dos mujeres: reales y presentes pero ninguna realmente presente. Son los momentos (y sentimientos) perdidos (y anhelados) por un lado y la presencia de un amor con fecha de caducidad por otro, si lo ve de esa manera quizá la próxima y última parte de las Aventuras en Putina Punco le sea menos monótona.

Aquí no tengo ninguna excusa, claro que Calamaro es un grande de la música mundial en español. Lo referido por usted es sólo una licencia literaria, llamar 'vago' al argentino quizá fue agresivo y 'faltoso' para los fans, así que me disculpo. El momento se produjo así, y lo narré tal cual para darle fuerza al cambio de actitud respecto a Rosa Maria, al episodio y a la memoria.

En lo personal no me gusta Calamaro pero jamás me atrevería a negar su talento y fama.

Soy un amante (no creo un especialista) del tango y para mi debe ser la peor versión que he escuchado de 'Malena', ni el trago, la noche o el sexo prometido me pudo evitar notar que es mejor dedicarse a lo que uno sabe hacer mejor.

Sólo para redondear, después en ese mismo disco escuché 'Confesión' de Enrique Santos Discépolo en la voz de Calamaro y Bumbury que sin ser regular tiene algo que te impresiona, nada que ver con la canción de Lucio Demare y Homero Manzi asesinada por Calamaro minutos antes.

Alma, aparentemente tan simple pero tan lejana de algunas obras artísticas, lo que no tiene nada que ver con el talento que pueda tener el artista en cuestión.

Le agradezco sus palabras sobre el relato, en realidad ha podido ver claramente la situación complicada, la nostalgia contenida, los recuerdos presentes y la extraña sensación de estar viviendo un triste y retorcido déjavu. Es además una grata sorpresa saber de su inclinación tanguera, seguro estaremos en contacto para compartir información respecto al género.

Gracias otra vez a todos por leerme, quedo en deuda con ustedes.

Sansk

 

me gusto la forma como describes tu relato hace que una pueda imaginar la escena, besos

 

es bien nostalgico tu relato cofra. gracias por compartirlo

 

Saludos a todos los que me han leido tan amablemente, hoy, también de madrugada, terminaré la aventura que representó mi viaje a San Pedro de Putina Punco.


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Desués del sexo ambos nos sentíamos raros respecto al otro, por eso nos alejamos en la cama y así conversamos un buen rato hasta que ella me pidió acompañarla a su reunión. Yo necesitaba un baño urgente pero no quise negarme a acompañarla, más aún cuando creía haberme aprovechado de una niña mental.

Nos levantamos, fui a mi cuarto por ropa limpia y cuando vi la herida en mi hombro en el espejo, noté que había unos bordes morados en la marca de sus dientes, la toqué y el dolor me taladró, con acohol lavé la herida y le puse un parche de 9 curitas. La alcancé en la puerta de la casa y caminamos mientras conversábamos de la noche y sus misterios en el campo. Mitos y leyendas, me contó de un ser mítico llamado 'Jibaé' que robaba chicas entre los 15 y 17 años, sin importar si eran vírgenes o no y jamás volvían a aparecer, me dijo que los campesinos no le temían a los fantasmas como nosotros los citadinos, que incluso tenían por costumbre saludarlos y por eso los fantasmas no se iban, porque según ella todavía debían creer que estaban vivos (al mejor estilo de Pedro Páramo). Le pregunté si había visto ella algo extraño, y me dijo que sólo sonidos en la casa-pensión, pasos en los balcones o ruidos metálicos en el patio -muy grande- aún cuando Marcelina y su esposo no estaban. Aproveché que mencionó a Marcelina para cambiar de tema, lo cierto es que no estaba asustado, no señores, su narrador se estaba cagando de miedo, recuerdo que en ese momento mientras caminábamos la vi tan blanca que llegué a pensar que había fornicado con un cadáver, un alma en pena, un condenado y se me erizó la piel. Le pregunté si se había encontrado con Marcelina después de lo que había pasado, me dijo que sí, que en efecto la había visto sentada en el patio y que sólo se limitó a saludarla y recibió la respuesta de siempre.

Media hora de camino, quince minutos de retraso y llegamos a la cafetalera, yo imaginaba una reunión muchísimo más pequeña, lo cierto es que estaban presentes los 500 (y algo más) socios, más algunos de sus familiares y la junta directiva en pleno. Cuando Cesar (el gerente) me vio entrar se levantó de su sitio y fue a nuestro encuentro, me dijo bajito 'doctor que alegría verlo, lo ha invitado la profesora', tal como suena, sin un tono interrogativo, lo que me pareció extraño.

Nos hicieron sentar a un lado de la mesa principal en el estrado, comenzó la reunión con el gerente presentando a la profesora 'para los que no la conocen' dijo intentando bromear, ningún campesino cambió su rostro adusto. Después saludó a la junta directiva y finalmente me presentó como el dr. XXXXX XXXXXX asesor de la profesora (y de la ONG). Al escuchar mi nombre giré la cabeza tan rápido que el hombro herido se resintió. Reaccioné y con la cabeza saludé a nadie, porque esa era la cantidad de gente que me miraba.

La reunión era para ver el asunto del terreno para el colegio, había una disputa entre el pueblo y la cafetalera, se había citado a los accionistas para aprobar la donación del terreno. La sesión duró mucho, muchísimo, me sonaban las tripas y el dolor en el hombro se agudizaba. En varias ocasiones tuve que intervenir porque los socios de la cafetalera decían sandeces legales y me sentía en deuda con Rosa María, me levantaba pedía que me dieran la palabra y les explicaba recovecos legales que no recordaba desde la universidad. A las 00:00 horas del 27 de diciembre se cumplieron 51 horas sin comida y con un dolor indecible en el hombro. Me senté luego de una larga intervención, mi cuerpo estaba pididendo comida y descanso, pero los socios pedían dinero a cambio de donar el terreno para un colegio para sus propios hijos (no un colegio cualquiera, como la escuelita que ya existía, sino un colegio modelo, con becas, buenos profesores e infraestructura de primera). Casi tres horas después se suspendió la reunión para el 2 de enero, agradecí en silencio.

Salimos y el gerente que estaba agradecidísimo conmigo (quién sabe por qué) se ofreció a llevarnos de regreso y nos invitó a comer. Cuando llegamos al pueblo el restaurancito, obviamente, estaba cerrado. Haciendo de tripas corazón -literalmente- nos despedimos y con Rosa María enrumbamos a la casa-pensión en silencio, yo miraba el suelo para no tropezar y ella me observaba disimuladamente, antes de llegar a la puerta ella se retrasó, cuando volteé a verla estaba a unos pasos y sollozaba, me acerqué:

-Qué pasó preciosa- le dije y le levanté el mentón para mirarla, sus ojos estaban aguadísimos y chorreaban ríos de lágrimas, había estado llorando un buen rato.
-Perdón- me dijo. Se me ocurrieron millones de cosas que ella debía perdonarme a mi pero ni una sola que yo le debiera disculpar a ella.
-Ven aquí- le dije y la abracé fuerte, y continué -no quiero verte llorar, menos por mi.
-Soy una tonta- dijo limpiando sus lágrimas.

Asumí que se refería a haberme puesto una emboscada legal, aún cuando le había dicho que jamás había ejercido y que renegaba de mi profesión, la perdoné inmediatamente.

-No tengo nada que perdonarte, entremos y conversaremos- dije llevándola a la puerta.

Entramos y fuimos a la cocina, ella esperaba que hubiera algo de comer, yo rezaba porque tuviera razón. En la cocina había comida (en teoría), Marcelina había horneado cuy (nombre onomatopéyico del Cavia porcellus), he comido muchas cosas en mi vida, me gusta probar sabores y sazones, pero esto era un poco mucho. Varios de esos pobres animalitos estaban extendidos en un fuente, doraditos y muy olorosos. Le dije a Rosa María 'yo no comeré eso', ella me dijo 'a ver, dame un segundo' y trajo un plato con pedacitos de carne y papas doradas, después de pensarlo mucho, lo probé. El cuy debe ser el pobre animalito más rico del mundo (o sería el hambre), me devoré un pobre animalito y medio, claro que en pedacitos, no tenía corazón para verlo a la cara mientras me lo comía.

Terminamos de comer y la cabeza me comenzó a latir, ella me sirvió una infusión de hierbas que yo tomé callado, le dije que sería mejor ir a dormir, ella me acompañó a mi cuarto y entró detrás de mi. Nos sentamos en la cama y la miré, se veía lejana. Me di cuenta que no podría amarla otra vez nunca más, nos habíamos encontrado tarde, ambos ya habiamos dado todo lo que teníamos a otras personas, estábamos vacios. Ella se echó y golpeando suavecito con la mano me dijo 'échate debes estar cansado'. Quería decirle muchas cosas pero me callé y obedecí.

Nos quedamos dormidos así un rato, desperté sobresaltado por las pesadillas que no me abandonan desde el divorcio y por un dolor de cabeza que ahora se acompañaba de náuseas y mucho dolor en el hombro, me levanté y me quité la ropa, regresé a la cama tambaleándome y me eché sobre Rosa María que me decía '¿estás bien?' mientras yo la besaba en los labios. La comencé a desvestir y ella me apretaba contra si, nuestros cuerpos desnudos se juntaron otra vez, ya se conocían.

Ella me abrazó con sus piernas y las uñas de sus manos se clavaron en mi espalda mientras que yo cada vez más exitado me movía intentando penetrarla, me sentía muy caliente (no de calentura arrechística sino de altísima temperatura) y segundos después estaba desvariando, me levanté inestable y le dije algo que ni yo mismo descifro hoy, ella dijo '¿qué?', yo intenté repetir lo que había dicho pero me salió 'no vayamos a trujillo' y caí desplomado sobre el suelo de madera.

Desperté en un hospital en Sandia, resulta que la mordida de un ser humano puede ser mucho peor que la de un animal. Tenía una infección grave, la fiebre se sumó a la falta de alimento y terminaron por vencer a mi cuerpo. A mi lado estaba Rosa María.

-¿Cómo estás XXXXXXX?- me dijo.
-¿Dónde estoy?
-Tuviste una infección grave y te desmayaste, te trajimos en el carro de la cafetalera.
-, como me duele el brazo. Ya se porque te disculpabas.- dije sonriendo. Ella también sonrió pero no fue por mi broma, estaba nerviosa por lo que venía.

Me quedé un día más en el hospital y ella estuvo todo el día pendiente de mi, me llevó comida, me leyó un poemario mío de Paul Celan, me cuidó. Salí del hospital a recoger las cosas y enrumbar de regreso a Lima. La despedida fue difícil, me preguntó si la llamaría y le dije que sí, le dije que se cuidara y que cualquier cosa que necesitara no dudara en avisarme, intercambiamos cortesías que sabíamos que no cumpliríamos. Ella me besó en los labios y yo la abracé muy fuerte. Subí a la furgoneta, que tardó casi dos horas más en salir, me veía ridículo ahí sentado, pero ya me había despedido y no podía sino aceptar mi vergüenza. Finalmente partí y unas horas (bastantes) después estaba en mi departamento. Decidí olvidar Putina Punco hasta que llego aquel mensaje del que les hablé cuando comencé a relatar mis cuitas en la selva puneña:

"Te quiero, es tonto lo sé sólo pasamos unos días, espero te des un tiempo y me llames".

Me sentí una basura, pasó la noche y fumé hasta que salió el sol, no fui a trabajar. Al medio día llamó Marietta para decirme que quería sacar unas cosas del departamento, discutimos porque le dije que tenía llave y podía entrar cuando quisiera, ella dijo que quizá estaba acompañado, quería provocarme y lo logró. Colgué el teléfono y seguí pensando en Rosa María, pensé en la locura de irme a vivir a Putina Punco, ser un cafetalero, impulsar una exportación distinta en la zona, divagué por horas con un cigarro entre los dedos.

Me animé a llamar a Rosa María, le dije que la extrañaba y era cierto, me dijo 'no me digas eso, no sabes cuanto me lastimas', me sentí peor, no sabía para que la había llamado, le dije como iban las cosas y me dijo que había hablado con su novio arequipeño y él le había pedido que se casen, ella lo había terminado 'me di cuenta que no lo amaba' me dijo y después '¿si me mudo a Lima podríamos intentar algo?', fue muy difícil decirle que no, que no estaba enamorado de ella y que en este momento no quería nada así, se calló, estaba llorando, lo sabía. Me sentí una completa , ella tardó unos segundos más en hablar y me dijo que tenía cosas que hacer y que conversaríamos luego.

Al día siguiente fui a trabajar, no podía faltar más, pero me sentía con una carga pesadísima que me duró toda la semana, y el fin de semana sólo mi pequeño Cáleb me sacó del letargo nostálgico en el que me encontraba. Ese día llamó Rosa María, tenía otro tono de voz, se le notaba mejor, repuesta, me dijo que se había aprobado todo y que el colegio iba, ella regresaba a Moquegua unos meses y que quería verme 'como amigos, no te la creas' y me dio su dirección. Iba a comenzar a hablar cuando me dijo 'por favor XXXXX somos amigos, claro que me dolió, pero entendí que era lo mejor', sabía que mentía y que aún le jodía, igual que a mi. Terminamos de hablar concertando una cita para febrero, me hará un tour por Moquegua e Ilo (donde aprovecharé las recomendaciones de mi amigo Rhinox) y colgamos. Yo me sumí en una depresión peor de la que no sé si saldré pronto.


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Eso fue todo mis queridos y amables lectores, debo agradecerles la infinita paciencia con este relato que tiene muy poco de erótico y toneladas de nostálgico, me disculpo por eso y por irme tanto por las ramas.

Les dejo un poema de Paul Celan, que también le dejé manuscrito a Rosa María:

Alabanza de lo lejano

En el venero de tus ojos
viven las redes de los pescadores de la mar errabunda.
En el venero de tus ojos
el mar mantiene su promesa.

En ella arrojo yo,
un corazón que entre los hombres ha morado,
lejos de mí mis vestiduras y el resplandor de un juramento.

Más oscuro en lo oscuro, más desnudo estoy.
Tan sólo al desertar soy fiel.
Yo soy tú cuando soy yo.

En el venero de tus ojos
derivo y sueño un rapto.

En una red, una red queda apresada
y nos abandonamos enlazados.

En el venero de tus ojos
estrangula su cuerda un ahorcado.

 

Caiste ante la inocencia y la locura de una mujer, drogado por sus besos y caricias, cautivado por el simple hecho, de que fueron una muy buena compañia, caiste cautivado, cayeron cautivados.....si fue amor, fue del bueno, breve pero del bueno....buen relato, muy buena historia...

 

Gracias por el relato. Bastante nostalgia y culpa. Pero bueno todavia no ha tenido el desenlace final esta historia, asi que sólo desearle lo mejor.
Tuve una historia similar y no es por darle ánimos, pero lamentablemente no acabó bien.
saludos!!

 

¿Podrias explicar por favor como es eso de Internet con conexión satelital?

 

Le mandé un MP Juanitxo.
Saludos.

 

Comencé a leer tu relato envidiándote profundamente por la aventura sosegada en la que te enrumbabas sin ninguna expectativa más que la tranquilidad, la cual se iba convirtiendo en una experiencia amatoria y carnal que te devolvía parcialmente a una de esas locuras juveniles que tanto nos gustan. Por el medio de tu relato empecé a preocuparme al darme cuenta que no era una historia feliz sin nostálgica, incluso dolorosa. Terminé de leerlo compadeciéndote por la situación en la que estas, pero a la vez reflexionando mucho acerca de lo peligroso que puede llegar a ser involucrarse con un nuevo amor si resolver el anterior. Gracias amigo por tu relato, espero que todo te salga bien en esa historia.