Mario Vargas Llosa vs The World.

"Más información, menos conocimiento" se tituló la última entrega de la habitual columna de nuestro Nobel en el diario El País. Vargas Llosa comenta el libro de Nicholas Carr, "Superficiales": ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? MVLL coincide con Carr en que la red es capaz de almacenar "a Proust, Homero, Popper y Platón, pero difícilmente sus obras tendrán muchos lectores. ¿Para qué tomarse el trabajo de leerlas si en Google puedo encontrar síntesis sencillas, claras y amenas de lo que inventaron en esos farragosos librotes que leían los lectores prehistóricos?"

Y, así, Vargas Llosa llega a una terrible conclusión: "cuanto más inteligente sea nuestro ordenador, más tontos seremos".

¿Es esto cierto? La mayoría de reacciones en Twitter que pude leer eran de negación absoluta. Sin embargo, gracias a la Internet, podemos leer cuatro respuestas muy interesantes a Vargas Llosa.

Las cuatro tienen varias cosas en común: han sido escritas por profesores universitarios peruanos nacidos en la década del 70, es decir, que de alguna manera pertenecen a la generación bisagra entre los nativos digitales (los veinteañeros, sus alumnos en las universidades) y los "inmigrantes" (como el mismo MVLL). Ninguna, en realidad, niega los cambios que la sociedad red está generando en el intelecto humano. Y todas han sido posteadas en sus respectivos blogs.

Para Diego Peralta, en http:///mvll01, MVLL "no está entendiendo que nosotros hacemos inteligente a Internet. Que la red somos todos nosotros compartiendo conocimiento. Youtube no sería lo que es sino subiéramos videos, Wikipedia no sería la gran enciclopedia, si nosotros no introdujéramos conceptos y Google no encontraría las cosas tan rápido y con tanta precisión, si nosotros no calificáramos la información con nuestros enlaces". Para Peralta, simplemente, se está cerrando el "Paréntesis Gutenberg", un pestañeo de 500 años de cultura impresa en medio de 100 mil de oralidad (oralidad recuperada en Internet).

José Enrique Escardó, en http:///mvll02, parafrasea al mismo Vargas Llosa para responderle: "Tus artículos se seguirán leyendo, solo que (...) se leerán más en línea. Sí, es cierto que los baylys y corvachos y coelhos venderán más que tú en una feria del libro local (y en algunas de otros países también), pero tú mismo lo dices en tu charla La civilización del espectáculo: "la alta cultura (es) obligatoriamente minoritaria por la complejidad y a veces hermetismo de sus claves y códigos"."

Y es cierto: la "alta cultura" siempre ha sido minoritaria. Internet simplemente refleja le da voz a todos. Cultos e ignorantes, sabios e idiotas. Es verdad que nunca antes la palabra del idiota, siempre mayoritario, había sido tan difundida. Pero nunca antes se había difundido tanto todo tipo de palabra. Y eso, según Roberto Bustamante parafraseando a Pierre Levy en http:///mvll03, genera no solo información, sino también conocimiento:

"...este escenario abre la posibilidad de una inteligencia colectiva, donde todos en (y conectados a la) red cumplimos una función de microproductores de conocimiento (esto es, pequeños rumiantes de data) en un entramado o panal de conocimiento bastante mayor. No seríamos otra cosa que abejas de data. (...) Si vemos la gran fotografía, es posible que el conocimiento ahora sea mucho mayor que el de cualquier otra época que nos haya antecedido. Claro, en el aspecto micro, desde el individuo, puede que la escena no sea tan divertida o bonita. Pero esa es otra discusión."

Víctor Krebs, en http:///mvll04, sostiene que, "acostumbrado a pensar con la secuencialidad de la imprenta, por lo menos desde la modernidad, el hombre occidental ha identificado lo racional con el pensamiento lógico. Ello explica nuestra resistencia a los cambios que estamos presenciando, pues desde la perspectiva alfabética o escribal desde la que los estamos mirando es imposible encontrarles validación". Para Krebs, los cambios que introducen las nuevas tecnologías "podrían estar anunciando un nuevo renacimiento; quizás uno más conectado con la sensibilidad y la contingencia y más consciente de las carencias y opacidades de nuestra condición que el paradigma que nos ha formado en occidente."

El remix de la sobreoferta de información para producir conocimiento es la esencia misma de Internet. Y con ese espíritu hemos remixeado los cuatro textos anteriores en éste. Vargas Llosa tiene razón: esto va a cambiarlo todo. Pero Vargas Llosa no tiene razón: no necesariamente será para mal. Dicho esto, procedo a seguir leyendo uno de los 80 libros piratas que tengo en el iPad, el aparatito con el que he redescubierto el placer de la lectura larga. Sorry, Feria del Libro.

MARCO SIFUENTES.

 

El artículo de MVLL cae como anillo al dedo justo cuando la internet cumple 20 años de existencia. Parece mentira que apenas han pasado dos décadas y mucha gente no conoce o ha olvidado cómo eran las cosas apenas hace un suspiro.

A título de anécdota puedo contar el comentario de una antigua empleada de la biblioteca de mi universidad, que me reconoció un día que fui a buscar cierta información. Me reconoció inmediatamente y fue inevitable hablar del pasado reciente, cuando las bases de datos de la biblioteca estaban en computadoras muy básicas y en ficheros. Ahora ver tanta computadora aturde, de la misma manera que los chicos de ahora se volverían locos con el sistema de ficheros. La señora me decía que ellos no tienen la paciencia que teníamos la gente de mis tiempos.

Algo que tampoco los chicos de ahora no hacen es cotejar información. Hace veinte años te manejas con la información en los libros, y encima parte del trabajo obligado por los profesores era el fichado (el trabajo con tenía valor si no presentabas tus fichas correspondientes) Ahora es tan simple navegar y encontrar lo que necesitas. Admitamos que no tan simple porque requiere criterio.

En mi trabajo todavía me manejo a la antigua, porque es un lugar donde ese sistema impera. No obstante es un poco extraño ver a la gente trabajando en una biblioteca de una casa antigua, con una austera mesa de madera y techo alto del mismo material, con su laptop, mientras otros siguen con la costumbre del lápiz y el papel. Yo soy del segundo grupo por costumbre. El trabajo en computadora lo dejo para la casa.

Mi punto es sencillo: el papel y la pantalla coexisten porque ambas se necesitan. Es cuestión de conservación de información. Hay libros de 500 años, mientras que la información en la era digital se pierde en poco tiempo. Hay que saber vivir con un pie en ambos mundos, sacar provecho de sus ventajas.

 

Yo tengo la misma idea que MVLL, las nuevas generaciones tienden a creer que lo que esta colgado en la red es siempre la verdad cuando la experiencia ha demostrado que esta plagado de errores y mucha información esta parcializada.

Nuestros jóvenes casi no cultivan el hábito de leer, mas dedican sus tiempos de ocio a los juegos electrónicos online o al snobismo/vouyerismo (Facebook por ejemplo).

La enorme cantidad de información al alcance de un click es abrumadora, pero esta muy atomizada y es en la mayor parte de los casos mezquina. En la Wikipedia por ejemplo, el desarrollo de cada tema es muy rudimentario, no se compara con un libro cualquiera que toque el tema. Y lo peor es que la Wikipedia recicla informacion de otras páginas (y visceversa) con lo que la aparente cantidad de información es en realidad un sólo artículo escrito y copiado (copy/paste) miles de veces.

Otro tema para mí preocupante son los blogs, tengo amigos que son leidos, digamos cultos pero que últimamente se prenden de algunos blogs (como por ejemplo éste tal Marcos Sifuentes) y toman por cierto todo lo que escribe sin pasarlos por el tamiz de su criterio. Es decir pierden su manera propia de pensar y adquieren (o impostan) la forma de razonar de los blogers.

Y con la hiperconectividad ya ni se puede conversar con alguien en persona. Mi colega por ejemplo, no se puede hablar mas de dos minutos corridos con él porque esta que teclea y teclea su blackberry afanando a hembritas o leyendo los últimos "tuietos" de política.

Yo en lo personal prefiero los Foros, no me gustan los blogs, no los encuentro interesantes y sus opiniones la mayor parte de las veces son predecibles. En cambio en nuestro Foro todos somos iguales, nadie lleva la voz cantante y nadie esta por encima de los demás. Las ideas y las palabras se sustentan por sí solas.

Lo que se refería MVLL es que internet esta matando el placer de la buena lectura, y eso es lo que no entiende Marcos Sifuentes, que el ya era lector antes del aluvión de la información. Nosotros que ya estamos formados no importamos, lo que importa son nuestros jovenes, las nuevas generaciones.

Dudo que un niño adquiera muchos valores y principios leyendo una versión online de Corazón o El Principito, si a la vez esta chateando por el messenger y revisando las nuevas fotos de sus amigos.

¿Como aprenderan los ideales y los principios que quisieron transmitir Edmundo de Admicis o de Antoine de Saint-Exupéry, si leer es un acto de abstracción del mundo real? Leer requiere paralizar todas las actividades de nuestra mente y cuerpo para poder interiorizar una historia y sus personajes dentro de nosotros.

Ya se nota en algunos las dificultades. Muchas veces tengo que completarles las frases a personas que no encuentran la palabra precisa que rematen sus expresiones. Yo creo que esto del internet debería ser evaluado como se evalúa el uso de las calculadoras en los colegios: No se permite su uso hasta que el alumno sepa las operaciones aritméticas fundamentales.


Inxs

 

Leí el artículo por completo y tengo la sensación q lo ha escrito sólo para la península, porque que yo sepa sólo en España llaman "ordenador" a las computadoras...

Creo que Mario Vargas Llosa está terriblemente equivocado, invoca a una persona que leía libros de papel pero que luego se obsesionó no con libros digitales sino con redes sociales...
Amazon ahora vende más libros digitales que libros de papel, y yo estoy viendo por conveniente juntar para comprarme un Kindle DX con 3g global gratuito, de ese modo sólo conservaré unos cuatrocientos libros en papel muy imprescindibles para mi de psicología, literatura, teoría arquitectónica, matemáticas avanzadas, y mi colección de historieta argentina, japonesa y norteamericana y en el Kindle almacenar miles de libros.
Internet no es el sustituto para la lectura de libros, posiblemente sí desplace en gran medida a la lectura de diarios pero no a la de libros. Y si la gente lee menos que antes no es por el Internet, es un fenómeno que vino generalizándose desde los 50 según Denegri, por el contrario, el fenómeno del Kindle está acercando más lectores (nuevamente me refiero a libros), el internet per se no es malo sino que requiere otro tipo de lectura crítica. Muchos autores señalan que Borges con sus textos de multicapas y multireferenciados es un antecedente genial a esta nueva forma de leer.
Por ejem. Wikipedia está a la par de la enciclopedia Británica (aunque la Británica parece tener otro concepto ahora al de la famosa edición onceava) y sigue evolucionando y autocorrigiéndose, y si hay degeneración del ctrl-c y el ctrl-v es por falta de educación. Es natural que en la primera generación de este nuevo mundo haya problemas básicos, como el que los profesores estén menos capacitados que los alumnos para navegar eficientemente por la red.

 

Soy quizá parte de esa generación que estuvo en esa transición entre el mundo tradicional y el mundo interconectado. No es tan cierto lo que dice nuestro nobel, ni lo que dice el tal Carr en su libro. Tal vez haga una crítica injusta, ya que no he leido el libro, pero dejo mis impresiones de lo que hasta ahora he podido entender del asunto.

La internet es una herramienta que, a mi parecer, fue hecha para facilitar nuestras actividades. Pero como toda herramienta, puede ser utilizada para agravar otras inútiles, y en ocasiones ilícitas, actividades.

Si pensamos, por ejemplo, en aquellas personas que utilizan su tiempo de ocio (o mejor dicho que lo malgastan) compartiendo fotos en el facebook o escribiendo trivialidades ("huevadas") en los blogs o en los foros, y que para nosotros no son más que una muestra de como la internet supuestamente nos emputece y embrutece, que pasaría si un día le quitamos el internet? Pienso que estarían haciendo lo mismo, perdiendo su tiempo en las mismas nimiedades, tal vez en una esquina hablando con el vecino, cotorreando o rajando de sus conocidos, tal y cual como lo hacen en la redes sociales. O, si pensamos en un perutopista promedio, en su oficina, viendo de tanto en tanto fotos de "Cueritos Hot de Barrio", o bajando la última pelicula de su pornstar favorita, pienso que sin internet estaría haciendo lo mismo, mirando una revista porno que esconde en el cajón de su escritorio.

De la misma manera, una persona amante de la buena lectura y con ganas de aprender encontrará en internet la mejor manera de aprovechar al máximo sus capacidades. La gran cantidad de información que pueden portar, además de la rapidez con la cual pueden hacer búsquedas por medio de poderosas bases de datos, son herramientas con las que cualquier intelectual hubiese soñado. Hasta el significado de cualquier palabra en el diccionario de la RAE o de cualquier otro idioma lo tienen al alcance de un click, una cosa de locos. Y sobre los que buscan síntesis de libros para ahorrar tiempo, creo que serían igual de mediocres sin la internet, siempre los ha habido.

Es más, sin la internet yo ahora mismo estuviese conversando con mis amigos o con algun vecino en el parque, intercambiando opiniones de temas de actualidad, tal como lo hago en este instante en que escribo estas palabras.

La tecnología nos obliga a repensar la manera como nos desenvolvemos, porque si bien es cierto mejora algunos aspectos de nuestras vidas, también, acaso inadvertidamente, nos puede perjudicar, si es el caso. Como los arquitectos recien egresados, no tienen la misma destreza manual para el dibujo que los arquitectos de edad provecta, puesto que utilizan los más avanzados software CAD, que se lo hacen todo expedito. O como los chibolos de ahora, que en vez de estar jugando pelota, trompo o cánicas, se quedan pegados como lapas frente a un computador jugando CounterStrike, Gunbound o Dota; por un lado los videojuegos agilizan el cerebro, pero por el otro pueden ser adictivos y hasta condenarnos al sedentarismo.

Jim Raynor

 

Yo creo que Mario Vargas Llosa no cuestiona el uso del internet. Caería en una desubicada soberbia intelectual si así lo hiciera. Lo que el plantea, apoyándose en la tésis de Nicholas Carr, es que las nuevas tecnologías y su mal uso, cada vez, inevitablemente sustituyen aquellas actividades que apuntan a que el ser humano, vago por naturaleza, desarolle sus capacidades intelectuales, las cuales se cimientan en la memoria principalmente.

Sin ir muy lejos, en el mundo actual ya casi nadie memoriza los números de teléfono, acción que confinamos a la memoria primaria del más básico celular, la cual, involuntariamente, la concebimos como una extensión de nuestras facultades, con lo cual renunciamos al esfuerzo natural que hacía nuestra mente hace dos décadas; cuando teníamos en nuestra mente, desde el teléfono de la comisaría de nuestro distrito hasta los de nuestros amigos; que vistos hoy desde de la plataforma informática, parecen dos siglos.

Sucede de la misma forma con la búsqueda de información, en el Internet. La información está tan a la mano, que cualquier cosa que leemos en la web la damos por cierta, renunciando al análisis lógico de la misma, sin considerar que el Internet no es una biblioteca, entendiéndose ésta como fuente (en teoría) fidedigna de la información. Así, nuevamente renunciamos al esfuerzo natural de retener los mínimos datos e ingresamos, queriendo o sin querer un nuevo verbo a nuestro lenguaje: Googlear.

Todo ellos explica que los jóvenes de hoy, que han visto la luz en este mundo de la información, no puedan mantener datos tan sencillos como nuestro año de independencia o la nacionalidad de nuestro libertador. Muchos de ellos afirman, orgullosamente, que mientras chatean por facebook, hacen su tarea de la escuela.

Una de las recomendaciones que hacen los profesores de idiomas es la constancia. Dicen ellos que si después de haber atendido una clase no hay constancias en la práctica de la misma, habremos echado a la basura el tiempo perdido en la clase. Sucede lo mismo en el Intenret cuando nos emprendemos a una lectura virtual. Las diversas y variadas actividades que existen en el internet y que seducen a nuestra mente, hacen para mucha gente, muy difícil mantener la concentración mínima que se necesita para comprender una lectura. La desconcentración está tan sólo a un clic.

Hay que considerar también, y espero que algún experto en la materia, nos pueda ayudar en ello, que la falta de entrenamiento a nuestra mente (cerebro) podría desembocar en una mayor vulnerabilidad a la pérdida de la memoria y hasta el Alzheimer.

Este tema da para muchísimo más y me alegra que se trate por aquí.