Debuté a los 20

Tema en 'Relatos Eróticos Peruanos' iniciado por aioria, 1 Feb 2015.

    aioria

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    Al fin me animé a abrir una cuenta aquí, dado que siempre reviso los últimos relatos, y pensaba "¿por qué yo no hago lo mismo?". No tengo mucho que contar pero de todas formas aquí estoy.

    Les contaré un poco de mí: soy alto, delgado, uso lentes y se me dan bien algunas cosas relacionadas a las matemáticas. Siempre me he considerado un chico feo, aparte de eso soy tímido y nunca he tenido la confianza como para gilear. Mi primera enamorada la tuve a los 17 y no pasó nada más allá de los chapes y el petting correspondiente. Como muchos de ustedes sabrán, a esa edad uno quiere tirar sí o sí, pero bueno, si la flaca no quiere, no quiere.

    Entrar a la universidad no cambió mucho la situación, tuve algunos coqueteos pero siempre terminaba atrasado, nunca la "supe hacer", como se dice. Por otro lado, para balancear mi vida real, empecé a frecuentar foros (de temas en general, animes, música y todo eso), como todo "nerd" me imagino. Ahí fue donde conocí a Elena.

    Elena era una chica que estaba estudiando la universidad fuera del país, y frecuentaba varios de los foros a los que yo también me metía, por lo que empezamos a hablar más (vía mensajes privados), pero siempre como amigos. Me contó que venía de una familia de clase media, que venía de un colegio católico y que pudo irse a estudiar fuera gracias a una beca (era medio izquierdista la flaca, y no le gustaban las universidades privadas del país), y que se enfocaba 100% en el estudio porque el chico con el que salía la había tratado mal. Hasta ahí yo me creí la mitad del cuento (porque decir de arranque que no te interesa salir con nadie es un toque desesperado, creo yo). Por mi parte, ni pensaba en algo más allá de una amistad con ella (ya había hecho el ridículo antes con esas "novias virtuales" que te terminan poniendo más cuernos que un reno), así que normal.

    Pasamos un par de años conversando por el foro, luego por correo y con el boom de las redes sociales, también por ahí. Ella terminó la universidad y me dijo "me estoy regresando a Lima, de repente nos vemos un día de estos". Como le había agarrado camote, le dije que claro, por qué no. Siempre he sido un solitario, pero por curiosidad quería verla en persona (nos habíamos mandado fotos antes, pero uno siempre desconfía, posiblemente y hasta era hombre!).

    Pasó como un mes donde ya no hablábamos tan seguido como antes. La primera semana me entró la depre, pero conforme pasaban los días me dejó de importar. Yo ya había empezado a hacer amigos en la universidad, y sobre todo amigas. Me imagino que haber hablado tanto con Elena me había dado confianza como para acercarme a otras chicas. Una de estas chicas se llamaba Mercedes y empezamos a salir como amigos. A pesar de la "necesidad" de tirar, no quería terminar con una amiga menos, sobre todo siendo ella casi mi mejor amiga. Íbamos al cine, a comer, en los cumpleaños de los demás patas de la promo hacíamos grupo siempre, cosas así.

    En una de esas reuniones de mis patas Mercedes y yo estábamos picados, y terminamos besándonos. Eran de esos besos que empezaban tiernos y terminaban con ganas de algo más. Luego de unos 5 minutos de estar así, ella se desprendió de mis labios y me dijo que estaba avergonzada. Yo le dije que no pasaba nada y el tema murió ahí, ese día. La acompañé a su casa y no me habló un par de semanas. Estaba más triste que antes. ¿Por qué me pasaban esas cosas a mí? Primero me deja de hablar mi "amiga virtual" y luego pierdo a mi mejor amiga por una estupidez. Así pasaron los días, hasta que vi un mensaje por Facebook. Era Elena que me preguntaba si tenía algo que hacer el viernes.

    Al principio pensé en decirle que estaba ocupado, pero ya estaba empinchado por lo de Mercedes, así que le dije que estaba libre y que dónde nos encontrábamos. Quedamos en el Parque Kennedy a las 8 de la noche. "Perfecto", le dije, "ahí estaré".

    Para esto, yo seguía en la u y estaba empezando como practicante, así que ya tenía un poco más de independencia. Me mudé a un cuarto y empecé a comprarme mis cositas (una tele, platos, etc). No sabía en lo que se iba a convertir ese cuarto meses después...

    Los días pasaron y llegó el viernes. El silencio incómodo de las clases con Mercedes se hicieron más llevaderos, me imagino que ella se dio cuenta. El viernes me preparé lo mejor que pude y salí al encuentro de Elena. Llegué al Parque Kennedy y estuve esperando, hasta que ella llegó.

    No solo era idéntica a las fotos que me había pasado, si no que se veía mucho mejor. 1.60, algo rellenita, buenas piernas, un trasero bonito y unos senos que si bien no eran enormes, por la talla hacían parecer que sí. Estaba vestida con una blusa celeste semitransparente, que dejaba ver un polo blanco con tiras, su brassiere crema y sus lindos pechos. Una falda que ocultaba un poco las carnes y mostraba unas caderas espectaculares. De cara nunca fue muy agraciada, pero el resto compensaba con creces.

    La saludé con un beso en la mejilla y le pregunté qué quería hacer. Me dijo que quería comer pollo, así que fuimos a una pollería media elegantona de Miraflores (tampoco tanto, no tenía tanta plata). Fuimos y pedimos dos filetes de pollo y una jarra de limonada y, empezamos a hablar. Empezó pidiéndome disculpas por el mes que no me había hablado, me dijo que ni bien llegó encontró chamba en una financiera como analista de riesgo y que estaba a full entre el trabajo, sus nuevas amistades ("auch", pensé) y las amigas del colegio con las que se reencontró. Le dije que no pasaba nada, aunque por dentro me sentía un poco menos. "Me imagino que me dijo para salir porque quería disculparse", pensé. La conversación pasó de un broder de su nueva chamba la estaba afanando (pero ella no se decidía) hasta la historia de su ex (con lo que me puso el parche definitivamente, según yo). Aproveché en contarle de la u y de Mercedes, que no había terminado bien. Hasta ese momento no tenía ni idea de lo que quería la flaca así que no pensaba ni remotamente en calcular mis movimientos ni en intentar "gilear" (cosa que nunca me había resultado, ciertamente).

    Pasamos 3 horas en el restaurante (al final el pollo se enfrió y no acabamos de comer). Estaba con hambre pero estaba ilusionándome con esta flaca. La pasaba bien con ella y era divertida, recordamos las épocas del foro (que dejamos hace bastante tiempo), las cosas que pasamos cuando no estábamos conversando y todo lo demás. Ya iban a ser las 12 cuando salimos del restaurante y me dice "vamos a caminar un poco". Fuimos por el malecón, pasando Larcomar, conversando de tontera y media. Le empezó a dar frío así que le presté mi casaca (luego yo terminé cagándome de frío pero me hice el valiente, al día siguiente estaba totalmente resfriado). Al final, llegaron a ser las 2 de la mañana y me dijo que tenía que irse, que ya era tarde.

    Ese día regresé a mi cuarto feliz, y congelado, pero feliz.
     
    aioria, 1 Feb 2015

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    Prosiga cofrade, se ve interesante
     
    interxxx, 2 Feb 2015

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    #2

    aioria

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    Luego de nuestra primera salida quedamos en vernos de nuevo, el siguiente viernes. Yo estaba ilusionado con la flaca, aunque fuera mayor que yo y viniera de otro mundo.

    Entre la primera y la segunda salida Mercedes me volvió a hablar. Con el pretexto de unos apuntes que me pidió, volvimos a hablarnos, aunque no tanto como antes. En un momento le conté de Elena, y fingió estar contenta por mí. Luego de contarle las cosas entre nosotros se arreglaron un poco más. Bromeábamos, estudiábamos juntos y almorzábamos antes de entrar a la siguiente clase.

    Llegó el siguiente viernes y nos vimos en el mismo lugar que la vez pasada. Había ido con una falda diferente pero que le marcaba las caderas y una blusa un poco fea para mi gusto, rosada con cosas raras en el escote. Le digo para ir a un lounge en Comandante Espinar y vamos. Pedimos un par de tragos y algo para picar y seguimos hablando. Me dijo que las cosas con el pata que la gileaba habían quedado ahí, le pregunté por qué y me dijo "es que me gusta alguien más". Pensé "esta es una indirecta bien directa" y sin decir nada le di un pico. Creo que quedé como el idiota mayor porque me dijo "pero no dije que fueras tú...". Me quedé helado. Pensé "ya la cagué, ya la cagué, ya la cagueeeee". De pronto se ríe y me dice "jajaja deberías ver tu cara! claro que hablaba de ti, tonto" y me besó. Empezamos con los labios, se los mordía mientras ella se estremecía, luego jugaba con su lengua mientras tomaba su cabeza y metía mis dedos entre sus cabellos.

    Obviamente empezamos a atraer miradas, así que salimos de ahí. Creyéndome ganador le dije "no quieres ir a otro lado?". Para qué le dije. Me respondió "creo que ya me tengo que ir, mañana voy a salir con mi mamá temprano a ver a mis tíos", así que la embarqué en un taxi y se fue. Durante la semana hablamos poco. Le pregunté qué pasaba y me dijo "pensé que ibas a pedirme otra cosa, no eso". Me sentí el más idiota del mundo en ese momento. Me ganó la calentura y casi la pierdo. Saqué valor de donde no tenía y le dije "¿nos vemos el viernes? quiero arreglar esto". Me dijo "este viernes no puedo, es el cumpleaños de mi hermano, pero podemos vernos el siguiente viernes". Como estaba en falta quedamos para el viernes de la otra semana.

    Las dos semanas más largas de mi vida. Mercedes trataba de animarme (tiempo después me enteré que la había dejado en la "friendzone"), pero como no hablaba tan seguido con Elena me sentía decaído.

    Llegó el día de la cita y quedamos en vernos en el Malecón de Miraflores, estaba bonita, como siempre. Esta vez fue con un pantalón negro, una blusa que dejaba ver de nuevo un polo con tiras, y un saco para el frío. La saludé y empecé.

    "Realmente siento mucho lo que pasó la última vez. Tú me gustas, y mucho, y no creas que solo es eso. Me estoy enamorando de ti. Las veces que hemos salido la he pasado de maravillas, creo que eres una chica fantástica. ¿Quieres ser mi enamorada?".

    El silencio que siguió a esas palabras fue eterno. Hasta que por fin habló.

    "Tú me gustas mucho, me sentí mal por lo que pasó pero creo que te entiendo... sí quiero ser tu enamorada"

    Una sonrisa iluminó su rostro y nos volvimos a besar. Me encantaba morder sus labios. Mientras la besaba metí mi mano debajo de su saco y la tomé de la cintura. La atraje hacia mí y sintió mi bulto. Su respiración se agitó un poco más cuando hice eso, me abrazó y me dijo: "Hace un poco de frío, ¿quieres ir a otro lado?". No lo podía creer. Le dije que sí inmediatamente y tomamos un taxi. Recuerdo que cerca había un hotel decente (no podía llevarla a un matadero de Lince, aún no), y fuimos allá. Llegamos, pagué el cuarto, recibí la llave y el control remoto y fuimos al ascensor. No lo podía creer, al fin iba a tirar! Y con mi flamante enamorada!

    En el ascensor siguieron los besos, mucho más intensos que antes. Empecé a besarle el cuello, morderle la oreja y empezar a tocar ese culito que me tenía embobado. Ella solo respiraba agitadamente mientras hacía eso. Llegamos al piso del cuarto, puse la llave y entramos. El lugar era bonito, se podía ver la avenida principal y aún había algo de tráfico. Cerré la ventana y las cortinas y volví a ella. Le quité el saco, que quedó en el suelo, me quité las zapatillas, le desabotoné la blusa y pude ver ese polito a tiras que marcaba sus tetas. Se veían grandes, redondas, hermosas. Empecé besándole el cuello y bajé hasta su escote, besándole todo lo que no estaba cubierto. Empecé amasándole los senos encima del polo con una mano, mientras con la otra la tomaba de la cintura, para luego subir hasta el broche del brassiere. Cuando lo quité ella se sacó el brassiere por debajo del polo, mostrándome sus pezones paraditos, tratando de romper el polo blanco que tenía.

    Le quité el polo y la llevé a la cama. Besaba sus pechos y mordisqueaba sus tetas mientras ella gemía, seguí bajando hasta su pantalón y lo desabroché. Ella se sacó los zapatos, yo me quité el pantalón, la camisa y deslicé su pantalón hacía atrás, mostrándome su calzoncito mojado de lo excitada que estaba. Aproveché en sacarle el calzoncito y mientras lo hacía besaba su conchita, excitándola más. Metí mi lengua en la entrada de su vagina y la moví en círculos, llegando a jugar con su clítoris. Elena solo atinaba a decir "así, así" mientras se contorsionaba de placer. Volví a subir hasta donde estaba su rostro y la volví a besar, dejando que pruebe sus propios jugos, mientras yo metía un dedo, luego dos, dentro de ella. Movía los dedos dentro de ella, despacio primero y rápido después. Los movía en círculos, los metía y sacaba, sobaba su clítoris hasta que me dijo "métemela ahora por favor". Con la calentura del momento olvidé llevar condones, no sabía qué hacer. Me dijo "no te preocupes, así nomás". Dudé un poco pero la calentura pudo más.

    Me puse encima de ella, le abrí las piernas y empecé a penetrarla. Sentí mi verga envolverse de calor y de líquidos mientras se la iba metiendo. La mejor sensación que he experimentado. Empecé metiéndosela poco a poco, hasta llegar a unir la base de mi pene con sus labios vaginales. Luego la volví a sacar, despacio, dejando solo la punta adentro, y luego volví a metérsela. Tenía miedo de acabar pronto, pero los nervios desaparecieron cuando ella empezó a gemir conforme se la iba metiendo. Luego de ir lento empecé a aumentar la velocidad, me gustaba oir el sonido de nuestros sexos completamente mojados chocando entre sí. Las bolas golpeaban su trasero mientras la penetraba más rápido y más hondo. Estuvimos media hora así hasta que le dije que se pusiera encima mío.

    Se subió a mi pene y lo montó, se deslizaba de arriba hacia abajo y de adelante hacía atrás, a veces lento y a veces rápido, mientras sus tetas chocaban entre sí. Yo las estrujaba mientras ella seguía gimiendo cada vez más fuerte, hasta que acabó. Me mojó completamente la entrepierna y se echó encima mío, yo la abracé con fuerza y pensé "aún no acabo yo". Me acomodé ligeramente y empecé a bombearla mientras ella seguía encima mío disfrutando su orgasmo. De pronto paré y rodamos en la cama, ahora yo estaba encima de ella. La volteé para ver ese culo que me volvía loco, le separé un poco las piernas y ella levantó las caderas un poco. Acordándome de una porno que había visto, busqué la entrada a su vagina y la penetré. La pose en la que estábamos hacía que mi pene quedara atrapado y todo quedara más ajustado que antes. Eso me puso a mil, y a ella también. Le agarré el culo mientras se la metía lo más que podía hasta que sentí que estaba por acabar de nuevo. Sentí su vagina ajustando y queriendo atrapar mi pene. Aguanté como pude mientras ella tenía su orgasmo, mientras seguía bombeándola, y cuando terminó saqué mi verga y le bañé todo el culo con mi semen.

    Ambos quedamos rendidos, la puse de costado, le di un gran beso y la abracé. Verla completamente roja, sudando y con los cabellos revueltos me producía ternura y excitación. Me levanté de la cama y traje un poco de papel para limpiar mi semen. Luego nos quedamos acostados un rato hasta que se levantó y fue a bañarse. La ducha era completamente de vidrio y pude ver cómo se bañaba, como se enjabonaba las tetas y el culo. Ella se dio cuenta y me sonrió mientras se metía los dedos a la concha. Mi pene volvió a la vida después de ver tremendo espectáculo y ni bien salió de la ducha volvimos al segundo round. Esa noche nos quedamos hasta las 3 de la mañana tirando, en diferentes poses. Esa noche fui el dueño de su cuerpo y descubrí muchas cosas del sexo.
     
    aioria, 2 Feb 2015

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    #3
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    Buen relato cofrade!!!!. Salud!!??
     
    sic2005, 2 Feb 2015

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    #4

    juancarf

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    buen relato compa, pero y la otra amiga?? esperamos la continuación, compañero saludos
     
    juancarf, 2 Feb 2015

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    #5

    Tonymaster

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    Muy bien cofra...valió la pena la espera... siga contándonos más de Elenita...:)
     
    Tonymaster, 2 Feb 2015

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    #6

    aioria

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    Luego de mi intenso debut no podía caber en mi cuerpo de felicidad. Luego de esa noche empezamos a tirar 2 o 3 veces a la semana, según nuestros horarios. Empezamos yendo a mi cuarto (con lo que me gané algunas puteadas del casero y de mis vecinos), para luego buscar telos en cada distrito de Lima. Desde el más simple (donde te tocan la puerta para que entre la siguiente pareja) hasta el más ficho (con jacuzzi y toda la nota).

    No solo era una chica graciosa e inteligente, si no que el sexo con ella era increíble. Luego de unos meses de salir al fin conocí su casa. Era una casa de dos pisos en Jesús María, acogedora dentro de todo, aunque se notaba que la familia tenía billete. Al principio la familia no me miró con buenos ojos (después de todo, era un universitario que estaba haciendo prácticas y había "engatusado" a su hija a los pocos meses de llegar, mientras que ella era una egresada que trabajaba en una financiera). En fin, eso nunca nos dio problemas más allá de los comentarios jodidos de su madre y la indiferencia de su padre. Yo era feliz con ella y ella lo era conmigo, y era todo lo que importaba.

    Un sábado me invitó a su casa porque no podía salir (tenía que cuidar la casa, todos habían salido y le tocó hacer de guardiana). El plan era pedir una pizza y ver tele, aunque ambos sabíamos en qué iba a terminar todo eso. Llegué a las 6 de la tarde y me recibió en su ropa de diario. Un polo largo que apenas le tapaba el culito, y un short chico que apretaba su entrepierna. Por algún motivo, sus pantuflas en forma de cachorros le dio un toque entre tierno y erótico que tanto me gustaba de ella. A esa hora empezaba a correr algo de viento en la calle, así que cuando me recibió en la puerta pude notar sus pezones completamente levantados, estirando el ya bastante estirado polo que llevaba.

    Luego de tantos meses de tire yo ya estaba acostumbrado a llevar condones en mi billetera. Al menos cuando sabía que iba a verla (después de todo, es un poco rochoso que un Durex salga volando mientras sacas un billete de 10 para pagar el menú de la universidad). Entramos a su sala y empezamos a ver la tele, pero solo por pocos minutos. La tenía recostada sobre mi pecho, con el hombro rodeándola y mi mano jugueteando con su hombro y brazo, para luego pasar a pellizcar uno de sus pezones y recorrer con mis dedos la parte baja de uno de sus senos. Después del "masaje" empezaba a recorrer sus piernas rozando suavemente con mis dedos sus muslos, empezando por la parte externa y luego regresando por la parte interna de sus muslos, apenas tocando su entrepierna. Me gustaba jugar así con ella porque se sonrojaba bastante y eso me ponía a mil.

    Ella, sin previo aviso, me bajó el cierre del pantalón y sacó mi pene del calzoncillo. Mi verga estaba dura y húmeda gracias a ella. Al sacarla, empezó a masturbarme mientras yo seguía rozando mis dedos contra sus piernas. "¿Te gusta?" le pregunté. Su respuesta fue meterse mi miembro en la boca y empezar a devorarlo poco a poco. "Mujum" me respondió, con la boca llena. Me encantaba imaginar esa escena, ella comiéndome todo el pene mientras yo solo la acariciaba, como si un botón fuera necesario para "activar" a la adicta al sexo que llevaba dentro de la pose de niña de colegio católico. Pensar así hizo me excitaba más, y conforme ella lo chupaba más rápido y usaba más su lengua, pensaba que iba a acabar. "Ya acabo" le dije, pero me ignoró. "Ya acabo" le repetí, y nada. No pude aguantar más y eyaculé con furia dentro de su boca, llenando toda su boca y su garganta de mi leche. Ella me miró y sonrió mientras se tragaba todo, con una cara de mamona increíble.

    Todo eso me excitó aún más, la levanté y la puse de rodillas sobre el sofá. Le bajé el shortcito que tenía puesto y vi su calzoncito rosado a rayas blancas, mojadito. Le metí varios dedos, me ensañé con su clítoris, jugando con los tiempos para que lograra acabar antes de la bombeada de rigor. Iba lento primero, rápido después, metiendo y sacando con furia, haciendo círculos dentro de ella. Elena solo gemía más y más. No era del tipo de chica que gritara, después de todo. Tuvo el primer orgasmo de la tarde y mientras recuperaba el aire aproveché en ponerme el condón. No tuvo que pedirme que repitiera. Me subí al sofá, le levanté un poco el polo y empecé a penetrarla con furia. Solo se escuchaba el sonido de nuestros cuerpos chocando y de nuestras respiraciones agitadas. Empecé a coger las pocas carnes que le sobraban de la cintura más y más fuerte, luego a darle pequeñas palmadas al ritmo de cada embestida. El panorama se volvió imborrable en mi memoria. Aquel culo tan rico estaba siendo maltratado por mí, una embestida a la vez.

    Luego de estar así un buen rato, acabé. Ella había acabado una vez más mientras tanto y estaba completamente despeinada, pero satisfecha. Luego de eso, pedimos pizza y comimos mientras veíamos algo de tele nacional. Después de una buena sesión de sexo, los programas de humor de los sábados se ponen graciosos.
     
    aioria, 3 Feb 2015

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    Toda una loba resultó ser su flaca (la monjita).. Pero bien jugado con el relato.. Espero leer mucho mas de sus aventuras.
     
    dokkosex, 3 Feb 2015

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    #8

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    aún espero que pase algo con la otra amiga, buen relato compa, aprovechela lo máximo saludos a la espera de mas
     
    juancarf, 3 Feb 2015

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    #9

    sb3x

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    Muy buen relato brother, pareciera que escribes seguido, a mi humilde opinión no le faltó ni sobró nada, estuvo muy bueno, ojalá y hayan más partes...
     
    sb3x, 3 Feb 2015

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    #10

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    en el lado oscuro xq no quiero pagar la luz
    Muy buena cofra espero q siga sus relatos con elena
     
    dansg, 3 Feb 2015

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    #11

    aioria

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    Aparte de tirar, Elena y yo salíamos casi siempre al cine, por lo que mis antiguas salidas con Mercedes (siempre en plan de amigos) quedaron en el pasado. Intenté un par de veces salir en grupo con ambas, me interesaba que se llevaran bien (después de todo, una era mi mejor amiga y la otra mi flaca), pero más allá de la aparente felicidad de Mercedes por mi nueva relación, siempre sentí que trataba a Elena lo justo y necesario. En fin, yo no sentía culpa de nada, después de todo, lo había intentado con Mercedes y ella me choteó.

    De todas formas, Mercedes seguía siendo mi amiga, y aún la pasaba bien con ella. A veces sentía que me coqueteaba pero no le tomaba importancia. Estaba con mi primera pareja "real" (con la que hacía cosas que hacían las parejas, no solo ir de la manito) y no quería arruinarlo.

    Con Elena las cosas iban bien. Ya estábamos por los 7 meses juntos y llegar al año parecía ser pan comido. En ocasiones iba a recogerla a la salida de su trabajo en San Isidro, o la acompañaba a almorzar si no tenía clases. Siempre marcando territorio, claro. Al principio pensé que se iba a avergonzar porque la vieran salir con un "chibolo" (aún estaba empezando mis 20s y ella ya tenía 25) pero supongo que no se notaba tanto la diferencia. Conocí a algunas de las personas con las que trabajaba, e incluso a su hermano, que trabajaba por la zona (el broder siempre salía los fines de semana así que nunca lo encontraba cuando iba a su casa). El hermano de Elena tenía una flaca, y formaban la pareja más rara que había conocido.

    El pata era feo en serio (si ya Elena estaba un poco chancadita de cara, el hermano era peor), y se veía todo monse. Su flaca, en cambio, era un hembrón. Unas señoras tetas, cada una del tamaño de una cabeza de bebé (los melones quedan chicos acá), bien ricas aunque se notaban caídas, tenía algo de culo pero no tanto como para equilibrar sus ubres, una cara bonita y siempre usaba vestido largo, lo que me daba más morbo. Ya conociéndolos me enteré que la flaca era de Comas y era evangélica (o mormona, una de esas religiones donde ni siquiera celebras los cumpleaños), así que por ahí entendí cómo había caído esa flaca en las garras de ese tarado.

    Elena se ganó cuando veía a la "cuñadita" pero nunca se molestó, felizmente. Siempre me jodía con ella y yo le decía "no sé, posiblemente haga un harem, te paso la invitación si quieres", y Elena se reía aún más. Bueno, siempre me consideré un "tetófilo", y ella ya lo sabía de antelación. A veces íbamos por la calle y ella misma me decía "¿has visto a esa flaca? qué tales "bubis" tiene...". Que dijera "bubis" me parecía curioso y tierno.

    En una de las tantas veces que me quedé en su casa a hacer la guardia con ella (ya subía a su cuarto y todo, cuando sus viejos no estaban) escuchamos unos ruidos en la puerta. Por un momento pensamos que era su viejo. "Ahora sí me truenan" pensé. Todo no pasó de un susto cuando escuchamos risitas. Era su hermano y su flaca. Habían aprovechado que "no había nadie" en la casa para cachar. Nos vimos los 4 en las escaleras y nos reímos. Un poco palteados, Elena y yo nos metimos al cuarto y su hermano y la flaca en su cuarto.

    Elena y yo estábamos viendo una pela, tranquilos, hasta que empezamos a escuchar gemidos. El hermano estaba dando su mejor esfuerzo a la pechugona de su flaca y la flaca se deshacía en gritos ahogados (juraban que no los escuchábamos). Elena y yo nos reímos bajito y subimos el volumen de la tele. De pronto los gemidos se volvieron golpes contra la pared y ya no nos reímos tanto. Toda esa situación me empezó a calentar bastante más del o normal, y a Elena también (a pesar de que fuera su hermano el que se estuviera sirviendo en el otro cuarto).

    Empezamos el chape de ley, me encantaba ir por su cuello y morderle cada parte de la oreja. Ella ni corta ni perezosa me sacó la correa y me bajó un poco el pantalón para sacar mi verga y empezar a masturbarme. Eso solo significaba una cosa: ya estaba excitada. Demasiado excitada. De agarrarle el cuello empecé a estrujar sus tetas, debajo de su polo, jugando con sus pezones, pellizcándolos y rozando mi dedo por su areola en círculos. Como si no estuviera ya demasiado mojada, pasé a jugar con su coñito. Mi técnica es una que nunca falla: empecé rozando mi dedo del medio por la entrada de su vagina, seguí tocando, apenas, su clítoris, para luego meter todo el dedo mientras el resto de mi mano apretujaba su vulva con fuerza. Luego de eso empecé a meter otro dedo más mientras la penetraba con rapidez. A veces metía un tercer dedo, si es que no se quejaba.

    Luego de haberla hecho acabar dos veces con las manos, le bajé el pantalón de polar que se había puesto, la eché completamente en la cama y empecé a bombearla. No hay sensación más rica que cogerse a pelo a alguien, sobre todo si estaba así de mojada. Le levanté las piernas hasta el techo y se la metí hasta el fondo. La volví a sacar, solo hasta la punta, y luego se la ensarté con fuerza, para luego seguir empujando mi pene dentro de su vagina, intentando llegar al lugar más hondo de aquella conchita que me daba tanto placer.

    Así estuvimos por media hora, variando la fuerza y la rapidez de mis embestidas, tratando de callar sus gemidos (después de todo, no quería que esto se volviera una competencia extraña de tires), hasta que no aguanté más y acabé, llenándola completamente de semen cada posible rincón de su interior. La abracé con fuerza, le dio un largo beso e intenté salirme. Elena me dijo "no, quédate así, me gusta sentirte dentro". Nos quedamos abrazados unos minutos, mientras mi pene era envuelto por su vagina y mis fluidos.

    Luego de ayudarla a limpiarse nos echamos de costado, abrazándola por la espalda mientras seguíamos viendo televisión. Su hermano y la flaca parecían haber descansado también. Los escuchamos salir al baño tratanto de no hacer ruido (como si se pudiera), para luego volver a encerrarse. Tenerlos en la habitación del costado me causaba una mezcla de incomodidad y arrechura que, felizmente, Elena también sentía.

    Estar abrazados de esa forma ponía mi verga en una posición privilegiada. Sentía el culo de mi flaca moverse de rato en rato, sobando mi pene para revivirlo. Está de más decir que funcionó, solo que ella no sabía lo que planeaba hacer.

    Agarré mi miembro y lo coloqué despacio en la entrada de su culo, mientras ella seguía meneándose en la cama. Quería pulsear, ver si podía darme el gusto de comerme ese rabo que me tenía loco desde el primer momento que lo vi. Ella sonrió un poco nerviosa, un poco arrecha, y me preguntó "oye, ¿qué haces? Mi hermano está al costado". "Tranquila, no va a escuchar nada", le respondí.

    Cogí un condón de mi billetera (convenientemente puesta en la mesita de noche), y me lo puse con una mano, mientras con la otra estimulaba su concha. Después de todo, si quieres atacar el culo, debes estimular todo el cuerpo primero. Ya con el preservativo puesto, empecé a puntearla despacio, usando una mano para encaminar a mi pene dentro de ese agujero celestial. Ella, a pesar de estar mojada y de los orgasmos que tuvo ese día, gemía con un poco de molestia. "Si quieres paro", le dije. "No no, sigue... au", me dijo. Poco a poco, mi pene empezó a entrar. Empecé metiendo la mitad de la punta, para luego parar un rato, después empezar a empujar de a pocos, casi imperceptiblemente, hasta que entró todo el glande. Luego de esto empecé la misma rutina de meter de a pocos y quedarme quieto por ratos, abriéndome camino en ese culo aparentemente virgen.

    Con una mano agarraba sus tetas y jugaba con sus pezones, mientras que con la otra estimulaba su coño, metiendo varios dedos y jugando con su clítoris. Así lograba que se relajara y podía seguir penetrándola por el ano. Y al fin entró todo. Ambos respiramos hondo y nos abrazamos fuerte. Ese ano ajustaba tan bien que no quería salir por nada del mundo. Empecé a sacarlo y a meterlo a medias, despacio primero y un poco más rápido después (sin ser tan bestia como cuando me enzañaba con su concha), sin perder de vista el resto de su cuerpo. Así estuvimos bastante tiempo hasta que logré acabar de nuevo.

    Con cuidado saqué mi pene de su culo y me saqué el condón. Lo tiré al cesto de basura, junto con el resto de mi semen y la volví a besar. Le pregunté "¿te gustó?", y me dijo "sí, pero me dolió un poquito. Creo que lo dejamos para las ocasiones especiales". Después de eso, cada mes que cumplíamos le reventaba el culo.
     
    aioria, 4 Feb 2015

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    #12
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    DANIEL CRAIG

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    Buen relato Cofrade. Empezó medio lento y medio NERD (JAJAJAJAJ) pero resultó un tremendo relato las aventuras con su flaquita.......Siga contando mas .... Aunque queda la sombra de la amiga que se hace la cojuda....jajaja
     
    DANIEL CRAIG, 4 Feb 2015

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    #13

    NOZH88

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    Muy bien cofrade, que buenas experiencias y que bien sabe contarlas. Un poco de envidia por su prosa y su exp tb
     
    NOZH88, 5 Feb 2015

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    #14

    dokkosex

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    Que buen capítulo con su flaca cofrade!! y con su bautizo de chico... Siga con mas relatos..
    Y en que quedo su amiga?? hubo aventura o nada??
     
    dokkosex, 5 Feb 2015

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    #15

    juancarf

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    que buen relato, aún espero q pasa con la meche, saludos
     
    juancarf, 5 Feb 2015

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    #16

    aioria

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    Ya estábamos por llegar a los 2 años cuando Elena y yo empezamos a tener problemas. En parte mi culpa, en parte su culpa, nos distanciamos un poco y ya no pasábamos los fines de semana juntos. Yo me conseguí un cachuelo enseñando matemática a unos chibolos los fines de semana y a ella ya la agarraron de cojuda en su casa, dejándola a cargo del cuidado los fines de semana. Obviamente yo tenía ganas de salir luego de estar enseñando a esos mocosos, pero ella ni podía ni hacía el intento por poder. Suena tonto, pero eso termina matando la relación.

    De más está decir que el cache se paralizó por completo por unos meses antes de terminar definitivamente. Curiosamente, ya cuando terminamos quedamos como amigos con derecho y la bombeaba de vez en cuando.

    Para esto, en mi trabajo de semana necesitábamos una secretaria, así que no tuve mejor idea que llamar a la flaca del hermano de Elena. Daniela, se llamaba, tenía experiencia en eso, aparte de otras cosas que toda empresa necesita (tributación y huevadas así), y le ofrecieron un mejor sueldo del que ganaba antes, así que aceptó en una.

    Al principio me llevaba mal con la flaca (nunca habíamos "convivido" tanto como cuando llegó a la oficina), pero poco a poco fuimos congeniando. Tuvo mucho que ver el hecho que éramos los únicos que siempre se quedaban a la hora de cierre. A veces iba su flaco a verla, y a veces iba Elena a verme. En varias ocasiones salimos los 4 y todo iba bien.

    Ya cuando Elena y yo terminamos tenía que aguantar al hermano estar ahí jodiendo como abejorro en la oficina. Para esto, si a mí me veían mal los papás de Elena, a Daniela le pusieron la cruz desde el primer día. La familia de mi ex era bien jodida con el tema de "buscarse alguien decente como pareja". Que Daniela no sea católica no jodía tanto como que fuera del cono norte, así que siempre peleaba con el hermano de Elena, porque la mamá de él había hecho algún comentario o porque a ella no la trataba como la "oficial". Tremendo manganzón.

    Un viernes antes feriado largo Daniela y yo nos quedamos en la oficina hasta tarde, para variar. Yo tenía bastantes cosas atrasadas por culpa de la estúpida universidad, y ella se había quedado haciendo hora esperando que su flaco la recoja. Se supone que la familia de él se iba de paseo a alguna playa del sur por un par de días y él le había prometido que iría a recogerla para que duerma en su casa y de ahí salir temprano. Daniela había llevado una mochila con algunas cosas para pasar los dos días y estaba claramente emocionada: al fin iba a hacer un paseo con la familia de su flaco. En los 2 años que estuve con Elena no me sentó ni en la misma mesa, en fin...

    Mientras pensaba en cómo mi ex me había "ocultado" de la familia escucho a Daniela hablando en voz fuerte. "Bueno, si así es entonces ándate nomás, pero ni vengas el lunes. ¡Chao!", gritó y cortó. El pata la había cancelado, fijo. Y por culpa de la vieja de de su madre, fijo.

    "Daniela, ¿todo bien?" le pregunté. No sé para qué pregunté. Me soltó la historia de su vida con el pata, que era un babosazo que la había metido floro para que se abriera, desde que se iba a pasar a su religión hasta que iban a casarse "algún día". Nunca entendí cómo ella pudo haber creído en tanta idiotez.

    "¿Y tú no vas a ir con ellos?" me preguntó media molesta. Le respondía "no... tú sabes que ya no estoy con Elena". "Qué mentiroso eres, yo sé que aún se hablan" me dijo.

    Ahí me asusté un poco, porque me comía a mi ex de vez en cuando pero todo caleta. Le seguí la corriente nomás: "Jaja pero como amigos nomás, no la he vuelto a ver desde entonces, solo por chat" (lo último sí era cierto, después de todo).

    "Ah.. ya..." me dijo, no sé si no me creía o se hacía la cachosa. "Bueno, ahora no sé qué hacer, por las puras hice mi mochila y todo, y encima ya es tarde para regresarme a mi casa". Esto último no era del todo cierto, pero supongo que no quería aventurarse a irse hasta Naranjal sola. Pensaba prestarle para el taxi o qué se yo, no la iba a dejar ahí tampoco, durmiendo en la oficina hasta el martes...

    "¿Quieres ver lo que traje?" me preguntó.

    Me quedé idiota. Ya para entonces tenía la malicia de un zorro pero seguía haciéndome el cojudo, a veces (como en mi caso) suele resultar. Así conseguí cogerme a mi ex después de terminar, después de todo.

    "Sí, claro", le dije.

    Empezó sacando una toalla para poner en la arena con un estampado bien feo de Piolín. "Esto es para no llenarme de arena", me dijo mientras ponía la toalla en el piso de la oficina.

    "Esto es para el sol", sacó unos lentes de sol gigantes y se los puso. Parecía una mosca.

    "Esto también es para el sol", sacó un bloqueador y se puso un poco de crema en el brazo.

    "¿Quieres ver qué me iba a poner en la playa?", me preguntó.

    "Si quieres", le respondí, fingiendo muy mal desinterés.

    "Ah jaja eres un pillo", me dijo. "Voy a guardar todo y a lavarme esto".

    Me sentí el mega huevón del año. Asado conmigo mismo me puse a lo mío, a tratar de acabar lo suficiente como para luego avanzar después del feriado.

    La escucho entrar al baño y sigo con lo mío. "Cagada de fin de semana", pensaba. "¿Por qué se demora tanto en el baño?".

    "Oye, mira lo que me iba a poner mañana".
     
    aioria, 17 Mar 2015

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    #17

    aioria

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    Volteé y me quede idiota de la impresión. ¿Estaba en alguna clase de porno? Ahí tenía a Daniela, en la puerta del baño, con un pareo de cuerpo completo que dejaba ver sus curvas. Y yo ahí, mudo.


    "¿Me veo bonita?", me preguntó con inocencia fingida.


    - "Claro que sí, te ves muy guapa".


    "¿Más que Elena?". Wow, esto se está volviendo peligroso. Qué .


    - "Mucho más bonita que ella".


    "Que pena que nunca me lo hayas dicho antes, ¿no crees?"


    - "Tú tienes flaco..."


    "Tenía".


    Entendí en ese momento que era la señal para atacar. Solo en mis sueños más húmedos había imaginado comerme a la "cuñada" de mi ex, nunca creí que iba a cumplírseme, y menos en la oficina. El morbo estaba a mil.


    Me acerqué a ella y le acaricie la nuca. Le besé el cuello, debajo de la oreja, y seguí bajando por su cuello. Agarré el nudo de su pareo y lo deshice. La tela cayó y pude ver lo que solo me había imaginado en las interminables tardes cuando se me acercaba a mi silla.


    Daniela tenía unas enormes tetas, más grandes que un par de melones, unos pezones marrones claros con aureolas un poco grandes, acorde al tamaño de sus tetas, y una cintura que se marcaba, aunque no era completamente flaca, no se veía nada mal. Lo que le sobraba de ubres le faltaba de culo y de piernas, definitivamente. Sin ser dos alambres, eran flacos, pero tenían buena forma.


    Instintivamente me sumergí en sus tetas, besándolas y mordiéndolas mientras estiraba sus pezones. Ella solo sonreía y gemía bajo de vez en cuando, mordiéndose los labios de placer.


    Dejé de jugar con sus tetas un rato para empezar a besarla, y de paso, empujar mi paquete contra ella. Mi pene ya quería salir pero ella no hacía nada. Pareciera que toda la arrechura se le había ido en ponerse el pareo y salir así del baño.


    La senté sobre una de las mesas y, mientras la seguía besando, saqué mi pene por el cierre del pantalón y puse una de sus manos ahí. Dio un pequeño sobresalto pero lo agarró con fuerza, y empezó a masturbarme. Sabía que no tenía que hablar, se perdería el momento y quizá recobraría la razón si lo hiciera. Volví a sus tetas, esperanzado en poder aumentar su calentura.


    Mientras con una mano jugaba con una de sus tetas, a duras penas, con la otra empecé a jugar con su vagina. Empecé masajeando su clítoris con mis dedos, para luego meter un dedo, luego dos. Ella empezó a mover su cadera por su cuenta, haciendo que mis dedos entren hasta el fondo.


    Yo ya estaba loco por metérsela. Quería que fuera a pelo, pero no podía cagarme así (con mi ex era diferente, no había problema tirar sin condón). Saqué un condón de mi billetera, me bajé el pantalón completamente y me puse el condón. Estaba demasiado entusiasmado, era la segunda mujer que me cogía y estaba mucho mejor que la anterior.


    Puse mi pene en la entrada de su vagina y empecé a presionar. Empecé a penetrarla suavemente, y aún así sus enormes pechos se movían. Era una experiencia única. El estar frente a frente, jadeando mientras cachábamos en la oficina nos arrechaba aún más, si se podía. Empecé a darle más rápido, mientras ella gemía más y más. Mientras más rápido iba sus tetas rebotaban más y más, chocando entre sí.


    Así estuvimos un rato hasta que decidí echarla sobre la mesa, boca abajo, le abrí las piernas y se la metí sin avisar. Dio un grito ahogado. Al bombearla en esa posición sus tetas chocaban contra la mesa misma y ella misma no sabía dónde estaba. Se dejó llevar por completo.


    Ya eran casi las 12 cuando, después de estar tirando en la oficina, la dejé en un hostal mas o menos decente de Lince. Me caía de sueño pero tenía que llegar a mi cuarto.


    "¿No te quieres quedar hoy?", me dijo. Por un lado no quería parecer un pendejo que solo se la come y desecha, pero tampoco quería que pensara que pasaría algo más...


    "Está bien" dije mientras cerré la puerta del cuarto.
     
    aioria, 21 Mar 2015

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    #18
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    xmorfeo, 21 Mar 2015

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    #19
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    luigui001, 11 Mar 2021

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    #20
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